Los hinchas de Chevrolet tienen un Dios terrenal llamado Guillermo Javier Ortelli, ganador de siete campeonatos en el Turismo Carretera que lo convierten en el segundo más laureado de la historia detrás de Juan Gálvez, que logró nueve, todos con Ford. Ayer en el Circuito El Villicum de San Juan, el piloto de Salto cumplió 400 carreras y fue 14º en el “Desafío de las Estrellas”, una competencia especial donde se largó por sorteo y le tocó partir 6º. Fue la octava fecha de la popular categoría.
El Guille, como se lo conoce, hace casi cinco años que no gana una carrera (último triunfo 02/10/2016) y sus resultados en este plazo fueron malos. Cambios de equipos, autos que no rindieron y hasta la mala suerte por algún toque de otro competidor, fueron algunos de los motivos de esta sequía. Fue en 2016 cuando alcanzó la última corona.
Sin embargo, lejos de querer colgar el casco, el bonaerense de 48 años (25/04/1973) sigue dando batalla. Su 41º posición en el certamen es solo para la estadística. Detrás está el fuego sagrado de un gran campeón que decidió no rendirse y más allá de que logre volver al triunfo, su principal objetivo es recuperar la competitividad y pelear otra vez adelante. Hoy Ortelli no corre por la gloria, sino por el orgullo, algo tan importante para un deportista como lograr un título.
Es el corredor con más cantidad de finales largadas en 84 años de existencia del TC y que también brilló en otras categorías a nivel nacional.
Volcó en su primera carrera. Su papá, el recordado Hugo, era hincha de Ford, y le compró su primer karting cuando debutó a los 16 años en una carrera en Colón (Buenos Aires), donde volcó luego de querer doblegar a otro competidor. Pero a pesar de esa frustración el amor por el automovilismo pudo más que la pelota…
Futbolero. Hasta esa edad Guillermo era un centrodelantero que rompió redes para el club Sport de Salto. Declarado hincha de Boca, siempre manifestó su amor por la azul y oro en cada carrera se prendió a hablar de fútbol y tuvo como compinches a los Pernía (primero Vicente y luego Leonel).
Debutó y ganó con Ford. Un año después de pelear por el título de la Fórmula Renault con Juan Manuel Silva (campeón en 1993), llegó al TC y al TC 2000. En la octogenaria divisional a bordo de un Falcon se estrenó con triunfo en las Dos Horas de Buenos Aires el 11 de septiembre de 1994, cuando fue invitado de Fabián Acuña.
Le ganó un título a Traverso. En 1998 peleó hasta la última fecha el campeonato de TC contra dos gigantes como Juan María Traverso y Emilio Satriano. En aquella definición de Olavarría se coronó y en ese momento fue el campeón más joven de la categoría con apenas 25 años. Ese día, el Flaco de Ramallo levantó para no ser subcampeón y pintar el Nº 3 en 1999…
Más gloria. Luego repitió en 2000, 2001, 2002, 2008, 2011 y 2016. Ninguno de sus títulos fueron de forma aplastante o contundente. Por ejemplo, en cinco de ellos solo ganó una sola carrera por año y en 2000 y 2008 obtuvo cuatro festejos en cada temporada. Tiene que ver con su estilo de manejo que no es agresivo, pero siempre que dispuso de un buen auto fue una máquina de cosechar puntos y siempre corrió pensando a lo largo del año y no en una carrera.
Chevrolet. En 1997 pasó de Ford a Chevrolet y desde ese momento comenzó el idilio con la gente. Sus siete títulos fueron con la marca del Moño Dorado, que suma un total de 22 campeonatos en el TC.
Ídolo. Sin ser carismático y de perfil medido en las declaraciones, su sentido de pertenencia con Chevrolet le valió un amor incondicional del público, más allá de que en sus últimos años penó con los resultados. Hay quienes afirman que es el máximo ídolo en la historia del Chivo, aunque cabe recordar que Juan Manuel Fangio obtuvo un bicampeonato con la marca y Agustín Canapino alzó cuatro cetros y recién tiene 31 años. U otros casos importantes como Roberto Mouras (no fue campeón con Chevrolet, pero siempre se identificó con la marca) y el propio Obispo Satriano, coronado en 1990, luego de una década.
Respeto. Ese bajo perfil le valió el reconocimiento de los hinchas de otras marcas, incluso los del eterno rival, Ford. Además, pocas veces se lo vio involucrado en alguna maniobra polémica o tuvo un inconveniente con algún colega. Sobre los valores y principios a la hora de correr, en una reciente entrevista con Posición1, cuando fue consultado sobre qué haría si la categoría le pidiera que recupere su rendimiento a toda cosa, incluso haciendo trampa con anomalías en su auto, fue tajante: “no sería yo, directamente me retiro”.
Su deuda pendiente: el TC 2000. También debuto en la especialidad y fue ganador en 1994. Si bien estuvo en buenos equipos como el de sus inicios juntos a Oscar Castellano y Tulio Crespi, los oficiales Honda, Chevrolet y Renault, sus mejores performances fueron en 1997 (3º) y en 2008 (2º). En 2016 fue invitado por Agustín Canapino para correr los 200 kilómetros de Buenos Aires (ya con el cambio de nombre de la categoría a Súper TC 2000) y ambos resultaron ganadores. El efusivo festejo de Guillermo en el box de Chevrolet fue un aliciente por esa consagración que nunca llegó.
Campeón con Boca. En 2005 volvió al Top Race donde fue campeón en 2001. Cuatro años más tarde la categoría cambió su reglamento y presentó coches nuevos con motores V6. En una movida fuerte, llegó a un acuerdo con algunos clubes de fútbol de Primera División para lucir sus colores y los pilotos pudieron representar a su camiseta. Ortelli lo hizo con el Xeneize y alcanzó otro título con un Chevrolet Vectra pintado de azul y oro, justo en el centenario de la entidad de la Ribera.
Victorias. En el TC conforma el top diez de los máximos ganadores de la historia y es séptimo en la tabla con 32 triunfos. Lo superan Juan Gálvez (56), Roberto Mouras (50), Juan María Traverso (46), Oscar Gálvez (43), Dante Emiliozzi (42) y Omar “Gurí” Martínez (33).
Presencias. Es el que más carreras tiene en el TC con sus 400 competencias. Le sigue el propio Gurí Martínez (365), quien se retiró de la categoría en 2019 frente a su gente, en Paraná.
Otros números. En 28 temporadas en el TC obtuvo: 32 poles positions, 92 series, 98 podios (uno cada cuatro finales) y 71 récords de vuelta.
Detrás de Juan Gálvez. Es el segundo piloto con más campeonatos en la historia del TC. Solo lo supera Juan Gálvez, quien consiguió nueve coronas, todas con Ford. Aunque Ortelli superó a campeones de la talla de Juan María Traverso (6), Oscar Gálvez (5), Dante Emiliozzi (4), Héctor Luis Gradassi (4), Agustín Canapino (4), Roberto Mouras (3) y Oscar Castellano (3).
Su mala racha. Tras su título de 2016 con la escudería JP Racing, nunca más volvió a ganar y en poco más de un año cambió tres veces de equipo: en 2020 dejó el JP y pasó al Dole Racing. En 2021 emigró al LCA Racing y luego volvió al JP. Este año tuvo cuatro roturas de motores en cuatro fechas... “Busco encontrar un auto que me brinde lo que en algún momento me brindó. En la competición, en el deporte, acá, en el fútbol, al ser humano en general, tener tres o cuatro actuaciones buenas genera que te potencies. A Tevez (Carlos) hace dos años lo estábamos cuestionando, jubilándolo y terminó siendo el mejor jugador de la liga al año siguiente. Mi confianza está bien, pero necesito resultados”, indicó en la mencionada entrevista.
Si bien no tiene fecha de vencimiento, Guillermo Ortelli busca en esta etapa de su carrera poder recuperar los primeros planos que lo llevaron a ser uno de los mejores pilotos del país. Ser competitivo es algo que los corredores necesitan como el aire para respirar y el Salto está detrás de ese camino. Por lo pronto nadie le quita lo bailado y una campaña en el TC llena de gloria.
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