Hay momentos que son una bisagra en lo deportistas. En los futbolistas puede ser un partido, un gol, la conquista de un título, pero también su actitud de querer probarse en un entrenamiento en un puesto que no es el suyo. Allí confluyen la visión de su entrenador y la predisposición del jugador y confianza hacia su DT para querer arriesgarse. Eso pasó con Braian Romero, hoy flamante goleador de River Plate cuya performance hizo que de a poco sus hinchas no extrañen a Rafael Santos Borré.
Romero, de 30 años, tuvo su explosión en Defensa y Justicia y fue durante la etapa en la que Hernán Crespo estuvo a cargo. Juntos protagonizaron la hora más gloriosa del Halcón de Varela al ganar su primer título y nada menos que a nivel internacional, en lo que fue la Copa Sudamericana 2020.
En enero de 2020, el ex futbolista asumió como entrenador del conjunto del sur del Gran Buenos Aires. Fueron unos pocos partidos hasta que llegó la pandemia, pero en el reinicio de la actividad, que fue en el plano internacional, llegó el quiebre para Romero. En aquellos encuentros de la Sudamericana, Braian empezó a romper las redes y fue gracias a Crespo, que vio algo que ningún otro técnico había visto antes en el nacido en San Isidro el 15 de junio de 1991.
“A Braian lo trajeron como externo y un día, en un entrenamiento, yo estaba en la torre junto a un dirigente, ya que cuando hacemos fútbol me gusta mirarlos desde arriba. Y la primera media horita no me cerró, nos faltaba ser un poco más picantes. Y bajé y hablé con Braian y le dije ‘mirá, vamos a hacer un segundo tiempo, media horita, quiero verte de Nº 9, quiero verte con dos jugadores que te puedan dar juego’”, recordó Crespo en una entrevista en ESPN luego de ganar la Copa Sudamericana.
“Por dibujo táctico eran Pizzini (Francisco) y Hachen (Gabriel). Probamos y vimos eso que nos dio en los últimos metros, que era esa explosión. Le pregunté si le gustó, me dijo que sí, y en 15 minutos ya había hecho dos goles y había tenido mano a mano”, subrayó.
El resultado y rápida adaptación lo convencieron a Crespo, que luego pulió algunos puntos con Braian. “Después empezamos a trabajar en los detalles, en los movimientos, en aceitar todo lo que llegó a ser, pero sin la predisposición de él, no hay manera, no hay forma; esto es del jugador. Nosotros podemos tener mil ideas, pero si el jugador no está dispuesto a aprender y a equivocarse... Porque también hay que tener el coraje de exponerse a todo eso y no es fácil”.
“Lo de Braian es tan particular y tan explosivo que también pasó con el Corcho Rodríguez de Nº 5 en Banfield. Era central. No teníamos 5 porque se habían ido todos por finalización de sus contratos y hablamos con el Corcho y también entendimos que él podía ocupar esa posición, que le podía dar juego, pase, salida. Y pasaron los técnicos y lo siguen manteniendo”, explicó sobre otro caso donde pudo potenciar a un futbolista, al punto que luego fue transferido a Estudiantes de La Plata.
“Estos son pequeños resultados. Lógico que todos queremos ganar, pero lo que más me nace y me preocupa es que ellos sean mejores profesionales y jugadores. Y si el día de mañana cuando se retiren dicen ‘mirá, Hernán me sumó un uno por ciento en mi carrera’, para mí es un montonazo”, reflexionó.
Hernán encontró soluciones sin tener que salir al mercado. Porque seis meses después de su llegada a Florencio Varela las cosas tampoco fueron fáciles en el medio de la pandemia y con una sangría en el plantel. “En junio pasado (2020) se fueron doce jugadores y vinieron tres”, afirmó.
Es posible que por su pasado como Nº 9, rol en el que Hernán se cansó de romper las redes jugando para River Plate, la selección argentina y diversos clubes en Europa, le haya dado ese olfato para descubrir un talento dormido en Romero, cuya carrera tuvo un antes y un después con aquella prueba que le propuso Crespo.
Braian, en el primer semestre de 2021, marcó siete goles en 13 partidos disputados, entre la Copa de la Liga Profesional, Copa Libertadores y Recopa Sudamericana. En Defensa y Justicia concretó un total de 21 goles en 33 juegos y 18 de ellos fueron en la misma cantidad de encuentros internacionales. Es decir, el 85,71 por ciento de todos sus tantos fueron en certámenes de la Conmebol.
Fue la gran figura de la Copa Sudamericana 2020. Su nombre dijo presente en la red en 10 oportunidades en 9 partidos y fue el máximo goleador del certamen. Solo Eduardo Vargas, con 11, convirtió más que él en una edición de Copa Sudamericana. Fue en 2011 con la Universidad de Chile.
Pero al llegar a River Plate todos sus logros se potenciaron y más con su irrupción. En su tercer partido concretó dos tantos y fueron nada menos que en el choque de vuelta por los octavos de final de la Copa Libertadores, de visitante frente a Argentinos.
Luego marcó otro este domingo en la goleada ante Unión de Santa Fe y en su estreno en el Monumental (con la camiseta millonaria) ya convirtió. Fueron 3 goles en 4 partidos. Si se toma el global de Defensa y Justicia y River Plate, son 24 tantos en 37 cotejos.
Por ahora se mostró muy cómodo con Matías Suárez, el otro atacante de la banda. Su entrenador, Marcelo Gallardo, confía en tener una buena pareja en la delantera.
Todo comenzó en una práctica, con la visión de un entrenador y predisposición del jugador. Ese día Crespo descubrió a Romero como Nº 9 y fue el despegue del actual delantero de River Plate.
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