Hay barras de Boca, de River, de San Lorenzo y de Excursionistas. Hay hombres con prontuarios delictivos importantes, otros ligados a causas de narcotráfico, robos, violencia y hasta los hay con procesos por homicidios múltiples. Y todos tienen un denominador común: son barrabravas. Esta madrugada con una multiplicidad de 23 allanamientos que terminó con 12 detenidos y varios prófugos, la Justicia le aplicó un golpe a esa banda delictiva que asola la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires y buena parte del Conurbano. Y que es un proceso inédito porque nunca antes se había considerado como asociación ilícita a un grupo de barras de distintos colores, todos unidos por el fútbol y el delito. En los allanamientos se llevaron armas, drogas, y un montón de elementos de importancia para la causa. La pregunta del millón, como siempre, es hasta cuándo quedarán detenidos. Pero el primer paso está dado.
La investigación nació el año pasado tras una serie de enfrentamientos armados en la barra de Excursionistas. El Cuerpo de Investigadores Judiciales del Ministerio Público Porteño vio que allí había algo más que la pelea por el control de la popular: se dirimía el territorio fértil para varios ilícitos. Entre 2019 y 2020 la guerra que asoló el Bajo Belgrano dejó heridos graves y una confirmación de que se estaba ante algo más grande que el dominio de una tribuna. Así se pusieron a trabajar con la fiscalía especializada de eventos masivos, a cargo de la doctora Celsa Ramírez, y la división de Inteligencia Criminal de la Policía Federal. Y lo que llamó poderosamente la atención es que en los videos y en cada enfrentamiento, como bien vino reflejando al cabo de ese tiempo Infobae, aparecían barras de varios equipos.
En primer plano estaba por ejemplo la facción Lomas de Zamora de La Doce que responde a Walter Coronel, quien está elevado a juicio por un doble homicidio en la barra de Boca y también recibió una condena de tres años en suspenso por la pelea en Excursionistas. Coronel es uno de los que cayó detenido esta madrugada. También está en la mira Martín Pérez, alias Dientón, un hombre que supo integrar el círculo íntimo de los hermanos Di Zeo y aterrorizar a los plateístas de La Bombonera durante la gestión de Daniel Angelici, haciéndolos callar bajo amenaza cada vez que se intentaba cantar contra la Comisión Directiva. En los enfrentamientos también terminaron saliendo a la luz los nombres de los hermanos Lucero, ambos de San Lorenzo, que supieron parar durante buen tiempo en el Nuevo Gasómetro con la Butteler con gente de Lugano y Villa Soldati y que tomaron el poder de Excursionistas a mediados de la década pasada. Roberto Lucero, considerado el jefe de esta facción, no fue detenido: cuando allanaron su casa estaba en La Costa y según su abogado, Ricardo Cazorla, se pondrá a derecho en breve. También aparecía José el Corre Canteros, quien sí terminó detenido por la Federal y es del núcleo duro de la facción del Oeste de Los Borrachos del Tablón con base en José León Suárez que sumó otros barras de River a partir de su relación con Pablo Mandibulín Quintana, que también para en La Banda del Nevado, como se conoce a la barra de Excursionistas. ¿Si el nombre Nevado nació en alguna excursión invernal por el Sur argentino o aquel 9 de julio de 2007 cuando nevó en Buenos Aires? No: nevado se le dice al cigarrillo de marihuana mezclado con la cocaína. A confesión de partes…
El raid de allanamientos, de los que también participó la Policía Bonaerense, comenzó a las cinco de la mañana, duró más de cuatro horas y fue al corazón de este grupo de multibarras que había dominado la tribuna de Excursionistas entre 2014 y 2017, hasta que se desató una guerra interna y varios cayeron presos, por lo que el control pasó otra vez a la gente del barrio referenciados en Hernán Castorani, Fabricio Salvarreguy, Martín Tachuela y Fabricio Podestá quienes hasta 2019 montaron su imperio, pero a partir de entonces los Lucero volvieron por lo suyo y convocaron a barras de varios clubes con promesas de negocios diversos si recuperaban la tribuna. Eso desató una guerra con ataques en cada esquina del Bajo Belgrano que semejaba a una película de mafia italiana, que dejó heridos graves de ambos lados. Hasta que la Justicia se decidió a actuar y ahora puso tras las rejas a toda una facción, acusada de asociación ilícita, que tiene pena de entre tres y diez años de prisión. Falta la otra facción, claro. Pero al menos es un golpe para terminar con este flagelo que poco sabe de amor a la camiseta y que bajo la excusa de la pasión, lucra con los negocios ilícitos bajo el paraguas impune del fútbol.
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