La Argentina rompió el maleficio y después de 28 años sin títulos se consagró campeón de la Copa América ante Brasil en el Maracaná. Después de la coronación y las celebraciones con el puñado de argentinos que pudieron estar en las gradas alentando, el plantel siguió los festejos en el vestuario y algunos jugadores compartieron a través de sus redes sociales toda la intimidad.
Con dedicatorias al combinado local con el ya famoso “Decime que se siente”, los futbolistas cantaron y saltaron. Además hubo mensajes para los críticos del equipo, sobre todo para los periodistas y hubo un momento especial con Lionel Messi como protagonista.
La Pulga, que había perdido cuatro finales con la Argentina, pudo por fin dar la vuelta olímpica y se sacó la espina que lo perseguía. Por eso, cuando estaba sacándose fotos con el trofeo apareció el gripo: “Vení, vení, cantá conmigo”. Ese estallido hizo que todos se paren a abrazarlo y con él en el medio se armó una ronda de euforia que fue compartida por Nicolás Otamendi en Instagram.
En una pequeña pausa para recargar energías, el Diez fue grabado mientras disfrutaba de un sándwich, mientras que Sergio Agüero fue sorprendido con un vaso de fernet en la mano que quiso esconder, aunque ya era tarde.
El Kun, otro de los que encendió su teléfono, transmitió en vivo para más de 600 mil personas y le mostró a sus seguidores la algarabía que se vivió en el vestuario en donde también se entonaron las típicas canciones “se mueve para acá, se mueve para allá, esta es la banda más loca que hay” y “olé olé”. Además, fue tal la locura que en un momento ingresó al mascota de la Copa América, Pibe, quien se sumó a la celebración. También hubo lugar para el baile del Papú Gómez y para el clásico “El que no salta es un inglés”.
Todas estas imágenes son una prueba clara del buen grupo que se logró conformar en la Selección y que sirve para explicar en alguna medida la consagración de un combinado que no llegó como candidato al certamen pero que se fue afianzando con el correr de los partidos y que terminó levantando la copa ante Brasil, el anfitrión.
A su vez, Lionel Messi lo logró con su propio Maracanazo. El 10 argentino al fin consiguió el trofeo tan ansiado con su país, por eso después del pitazo final, sonrió con rostro aniñado, alzo el puño en lo alto y se golpeó el pecho antes de romper en llanto. Minutos después, levantó y besó la Copa al frente de sus compañeros.
A los 34 años, y en un romance con la celeste y blanca, Messi llevó a su selección a las condiciones soñadas para el título que buscaba desde que se estrenó con la absoluta hace casi media vida: una final contra Brasil en su templo. El mismo donde en 2014 Alemania le había arrebatado la Copa del Mundo.
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