La crisis política y judicial que afecta al presidente de la AFA sumó un nuevo problema. El clima en el predio de Ezeiza debería ser el más despreocupado a poco del partido trascendental que disputará la selección argentina ante Colombia, pero un hecho de los últimos días quebró la armonía que circulaba en el aire y tiene a Claudio Tapia como principal protagonista. El mandatario es parte de la burbuja sanitaria que llevan adelante los futbolistas desde hace más de un mes, pero las energías se tensaron entre las partes porque tomaron conocimiento de que el Chiqui y la gente que lo acompaña en esa concentración rompieron los protocolos.
La máxima autoridad del fútbol nacional está atravesando un delicado camino político que podría tener su desenlace en agosto cuando la Inspección General de Justicia (IGJ) determine si la elección que le renovó el mandato hasta 2025 es válida o no. Frente a esa tormenta que podría eyectarlo del sillón principal, Tapia optó por aislarse en el predio de la selección argentina al mismo tiempo que los jugadores se encerraron allí para afrontar dos fechas de Eliminatorias y la Copa América de Brasil. El sueño que lo acompaña es que un título deportivo lo apuntale en lo político.
Chiqui se recluyó en ese sitio acompañado por un núcleo duro de dirigentes del ascenso y empleados administrativos que sostienen su gestión mientras en el tablero político se tambalean las fichas. Sin embargo, la relación de cortesía que reinaba en el predio entre las estrellas del fútbol con Tapia y sus acompañantes se quebró cuando los jugadores tomaron conocimiento de que esa burbuja paralela no respetaba al pie de la letra las recomendaciones sanitarias.
En los últimos días antes de enfrentar a Colombia, futbolistas y cuerpo técnico no ocultaron su enojo puertas adentro con el presidente y su gente. Al mismo tiempo, en Ezeiza conviven dos burbujas distintas, lo que genera un verdadero riesgo. Por un lado, los jugadores que solo salen del lugar para viajar a Brasil el día previo con el fin de disputar sus respectivos partidos. Por el otro, el mandatario y su comitiva que rompieron la burbuja con algunas salidas.
Los deportistas tomaron conocimiento de este suceso y pidieron no tener contacto con nadie más, una medida absolutamente lógica teniendo en cuenta que el plantel está resguardándose desde los últimos días de mayo y permanecerá así al menos hasta el próximo fin de semana cuando se desarrollen las instancias finales de la Copa América. Frente a este suceso: ¿Tapia y su gente no deberían aislarse al regresar de Brasil tal cual le ocurrió al plantel de River recientemente por las nuevas medidas nacionales?
El esfuerzo por respetar todas las medidas sanitarias en pos de evitar contagios de coronavirus es verdaderamente grande para los deportistas y hasta el propio Lionel Messi destacó el accionar del grupo después de ser la figura ante Ecuador en los cuartos de final: “Hace mucho que estamos lejos de la familia. Somos la única selección que en ningún momento rompió la burbuja y tenemos un objetivo. Pelearemos por ello”.
El sueño de que lo deportivo lo ayude a reordenar lo político tampoco parece tener respaldo. Un eventual título en la Copa América de Brasil de la mano de Lionel Messi no cambiaría el destino político de Tapia, que todo parece encaminarse a que será lejos del sillón de Viamonte en el que se sentó por primera vez en marzo del 2017 con la bendición de Hugo Moyano y de Daniel Angelici.
Los frentes de disconformidad que deberá atravesar el presidente de la AFA son variados a nivel político, pero una verdadera tormenta judicial que se asoma es la que más lo preocupa durante las últimas semanas. La IGJ ya recibió la determinación del Juzgado Civil N° 59 que está bajo el mando de la magistrada Mariana Callegari y se estima que a comienzos de agosto dictaminará si valida o no la asamblea virtual que se celebró en mayo del 2020 y reeligió a Tapia como nuevo presidente de la Asociación de Fútbol Argentino hasta 2025.
Pero al mismo tiempo, el directivo está impaciente por las causas de presunto lavado de dinero y defraudación que impulsa Graciela Ocaña. La diputada denunció que Tapia favoreció a amigos y allegados con contratos millonarios de la AFA y el avance de esa causa podría acorralar a Chiqui. El pasado 13 de mayo, la Policía Federal realizó un operativo en la sede de la entidad en la calle Viamonte para buscar todos los documentos de los contratos impugnados.
El caso que más capta la atención de la Justicia es el de la empresa Metro World, agente digital exclusivo de la AFA. Según consta en los registros oficiales de la Asociación, presentó una propuesta el 8 de noviembre y fue aceptada el día 9, sin llamado a licitación ni paso previo por Comité Ejecutivo. Pero con una salvedad: esa empresa aún no estaba registrada como tal en Inspecciones Jurídicas de la Provincia de Buenos Aires, lo que ocurrió recién el 14 de noviembre. Hay otros datos que alimentan la sospecha que ahora investiga la Justicia: Metro World cambió su razón social apenas 15 días antes de presentar su oferta a la AFA (pasó de llamarse Metro Music y ser una productora sobre todo de espectáculos musicales y teatrales a convertirse en una agencia de marketing y publicidad) y su titular es Carlos Varela, nombre conocido en el fútbol ya que por entonces era el presidente de Barracas Central, puesto al que había llegado tras la licencia que pidió en ese cargo Tapia cuando asumió en la AFA.
Tanto Tapia como Pablo Toviggino, secretario ejecutivo de la AFA, querellaron a Ocaña por el presunto delito de calumnias e injurias. Quienes están cerca de la diputada aseguran que lleva más de dos meses juntando documentación.
La realidad política a nivel nacional tampoco es favorable para el actual mandatario de AFA. Sabe que no es del gusto del Gobierno y que Hugo Moyano, su suegro y principal aliado en el pasado, ya no lo respalda como en las viejas épocas. Frente a esa situación, busca refugio en La Cámpora.
El apoyo que supo tener en el inicio de su trayecto en AFA, especialmente del ascenso, se resquebrajó notablemente en el último tiempo y eso le hizo perder una parte sustancial de su principal capital político. Diferentes motivos socavaron su imagen internamente, pero algunos fallos arbitrales controversiales en la Primera Nacional que involucraron a Barracas Central, Mitre de Santiago del Estero y Deportivo Riestra lo pusieron en el centro de las críticas.
En el medio de eso, Nueva Chicago y San Martín de Tucumán fueron los que impulsaron la denuncia ante la IGJ para declarar nula la asamblea que lo reeligió. Los clubes apuntaron a que la convocatoria no detalló cómo debían conectarse los representantes de los clubes y que los delegados no dejaron constancia de haberla recibido. También repararon en un supuesto incumplimiento del Artículo 42 del Reglamento General de AFA donde se especifican las votaciones. Según aclararon, en el acta no surge “ninguna descripción de la modalidad bajo la cual se adoptó la decisión de pasar a votación por aclamación ni la cantidad de votos con la cual se configuró la mayoría absoluta”. Todos estos puntos podrían darle a la IGJ las herramientas para sancionar la nulidad del acto eleccionario que se desarrolló de manera virtual por la pandemia.
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