Claudio Gugnali es palabra más que autorizada para hablar de la selección argentina y en especial de Lionel Messi, quien brilló en la gestión que comandó Alejandro Sabella entre 2011 y 2014. El ex ayudante de campo de Pachorra analizó el gran presente de La Pulga, que lo tiene como goleador de la Copa América que se disputa en Brasil.
“Como decía Sabella, Messi juega siempre de bien a muy bien. Hoy está en un gran momento, lo veo comprometido y ojalá el destino le dé la derecha y le permita ganar la Copa. Él, más que nadie, la necesita. Messi siempre quiere jugar y eso da la pauta de que está muy bien anímicamente”, se ilusionó en diálogo con Cómo te va por Radio Colonia.
En la antesala del duelo que Argentina jugará ante Colombia este martes en el estadio Mané Garrincha de Brasilia, Gugnali se mostró feliz por el capitán albiceleste. “Leo desde hace un tiempo está encontrándose con él mismo, en la plenitud, con ganas de defender la camiseta de la Selección y esas ganas le quitan el cansancio”, agregó sobre la seguidilla de partidos.
Y lo valoró como persona al contar cómo reacciona La Pulga cada vez que escribo: “Leo me responde con esa pureza, ese cariño, como no lo voy a admirar, si le deben llegar millones de mensajes por día y me contesta rápido”.
En relación al andar del equipo, Gugnali destacó que “está logrando una seguridad que otros no la dan” y que nota “una fuente de energía única, que es el compromiso y las ganas. Hoy los veo bien en cuanto al clima, en el estado de ánimo del plantel. Si vos tenés un grupo bien, no tiene techo”.
Al mencionar el clima en el plantel, algo que se alcanzó de gran manera en la Selección comandada por Alejandro Sabella, que fue finalista del Mundial de Brasil 2014, el ex ayudante de Pachorra reveló la intimidad del día del velatorio del ex DT y el gesto de Ezequiel Lavezzi: “Una de las cosas que más me emocionó fue ver al Loco (Lavezzi) llorando adelante del cajón. Estaba ahí, despidiendo a su entrenador”.
Para terminar, recordó a Sabella, quien murió en diciembre de 2020. “Era era un profesor de lunes a viernes y un maestro los fines de semana. Cuanta más edad tengo, más me cuesta creer, y Sabella era un entrenador que tenía credibilidad ante todos. Hay algo más importante que ganar, que es dar todo. Cuando vos das todo, no tenés nada que reprocharte. Todo nuestro proceso fue prolijo, no tuvimos ningún problema”.
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