Lionel Messi dio otra muestra de su enorme jerarquía en una nueva presentación de Argentina en la Copa América. Fue de menor a mayor, condujo al equipo hacia la victoria y sentenció la historia sobre el final, luego de haber abierto el duelo a través de dos magníficas asistencias.
Minuto 22. Ecuador trataba de hacer pie y sostener la pelota frente a una Argentina que le había generado peligro con un par de aproximaciones. El balón circulaba en la mitad de cancha y cayó en poder de Carlos Gruezo, quien muy confiado en que no había rivales detrás de su línea, pasó la pelota hacia atrás con intención de entregársela al arquero Hernán Galíndez. Allí apareció a toda velocidad Messi...
La Pulga estaba retrocediendo por un ataque anterior frustrado y se vio mano a mano con tiempo y espacio para definir. Aguardó el achique del guardameta rival y definió de zurda, cruzado y raso. Fue bien direccionado su tiro aunque por escasos centímetros no entró en la valla. El esférico rebotó en el palo y quedó en poder de la defensa ecuatoriana, que apurada la sacó rápido del área chica.
El grave error de Gruezo hizo recordar a la recordada jugada desperdiciada por Gonzalo Higuaín en la final del Mundial 2014 entre Argentina y Alemania en el Maracaná de Río de Janeiro. En aquella oportunidad el defensor Mats Hummels tocó hacia atrás y dejó solo al Pipita, quien de volea la tiró afuera. Claro que Messi le entró mejor al balón y decidió adónde quiso meter el balón, sin embargo unos milímetros lo privaron de romper el cero en el estadio Olímpico Pedro Ludovico Teixeira.
Solamente el 10 albiceleste podía tener la visión periférica para observar en posición de gol a Rodrigo De Paul, que rompió el cero en el resultado llegando a los 40′ del primer tiempo. Leo capturó el rebote tras la salida vehemente de Galíndez y dejó cara a cara con el arco y la oposición de dos defensores al ex mediocampista de Racing, que no falló. “¡Leo!”, le gritó De Paul al crack nacional, que casi sin levantar la vista lo asistió.
Un par de minutos después Messi ganó una pelota perdida en ataque (madrugó a Estupiñán y generó una infracción a favor) y envió un centro de tiro libe que casi se convierte en el segundo: Nico González conectó de cabeza, agarró el rebote de Galíndez y volvió a perder con el arquero argentino nacionalizado ecuatoriano.
En el complemento el conjunto dirigido por Lionel Scaloni retrocedió mucho en el campo y a Messi le costó hallar la tenencia y armar sociedades en la ofensiva. Estuvo cerca de conseguir la expulsión por doble amarilla de Estupiñán (buscó al lateral izquierdo sabiendo que estaba en capilla) y en el minuto 73 tuvo una doble opción: primero con un remate de zurda que salió desviado y luego con un remate que directamente fue bloqueado. Ambas jugadas fueron en la puerta del área grande, recostado sobre la izquierda. Extra: a falta de un cuarto de hora para el final, tuvo un tiro libre fabricado por De Paul en las inmediaciones de la medialuna pero no superó la barrera.
Sobre el cierre, acompañó en la presión a Di María y pescó la pelota suelta antes de habilitar a Lautaro Martínez para el 2-0 a favor de Argentina. Con esa arribó a las 46 asistencias en 149 presentaciones con el combinado nacional. Y en tiempo de descuento, tras la polémica infracción al borde del área sobre Ángel Di María (Wilton Sampaio primero pitó penal y a instancias del VAR dio la falta afuera), apuntó al ángulo cuidado por Galíndez para liquidar la historia en Goiania.
Leo ya lleva 76 tantos con la camiseta albiceleste y quedó a una sola conquista de alcanzar al brasileño Pelé, que llegó a anotar 77 con la Verdeamarelha y es actualmente el máximo anotador histórico en selecciones sudamericanas. Con la humildad habitual, declaró sobre esta marca: “Los premios individuales son secundarios, estamos acá por otras cosas”.
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