El debate posterior al triunfo 3-0 de Argentina ante Ecuador por la Copa América sentó dos posiciones encontradas en el programa ESPN F90. Algunos, como Oscar Ruggeri, buscaban poner en valor la victoria que catapultó al combinado nacional a las semifinales, más allá de los bemoles. Otros, como el conductor Sebastián Vignolo (y dentro de esa rama se enroló Sebastián Domínguez), subrayaron la irregularidad del equipo a lo largo del partido, basándose en el peligroso bajón exhibido en el segundo tiempo hasta la inyección de energía que ofreció Di María. En ese contexto, los dos ex futbolistas protagonizaron un áspero cruce, que tuvo repercusión en las redes sociales.
Ya desde el prólogo del Pollo Vignolo y desde los primeros señalamientos del Chavo Fucks, el zaguero campeón del mundo en México 86 apostó a defender a Scaloni y sus pupilos. “3-0, che, 3-0, cuando dicen que el resultado es grande... También antes del partido dijimos ‘ojo con Ecuador’. Díganme la verdad, ¿cuántas tuvieron ellos, dos, tres? El Pollo nos dice que empieza la verdadera Copa en los mano a mano y ganamos. Seba, si Messi hace ese gol...”, abrió el paraguas el Cabezón, recordando el mano a mano del capitán que dio en el palo en los primeros compases del cotejo.
“De todos los partidos que jugó Argentina, fue el que menos me gustó. Los que entraron, entraron bien, y Messi, que estaba jugando normal, termina liquidando el partido”, remarcó el conductor, mientras sus compañeros le recordaban que a la Pulga lo “reactivó” Di María.
“Esperá, mirá que primero le tiró una pelota a Lautaro...”, volvió a pisar la pelota el ex DT de San Lorenzo e Independiente, evocando la asistencia en el 1-0. Fue ahí que Federico Bulos advirtió que “Seba está enojado”, en relación a Domínguez. “No estoy enojado”, rebatió. “¿Qué sensación te dejó la Selección?”, le abrió juego Vignolo. “Me deja la sensación de que Argentina puede ser campeón de la Copa, pero por el contexto también. Hoy Ecuador comete errores grandes”, opinó.
Fue ahí que comenzó el tramo más álgido del ida y vuelta. “¿La culpa es de Argentina, también?”, lo cruzó Ruggeri. “¿Yo dije que era de Argentina?”, devolvió el ex Newell’s, Estudiantes y Vélez. “¿Y con quién querés que juguemos?”, inquirió de nuevo el Cabezón.
“Si yo digo algo, y vos decís que yo dije algo que no dije diez segundos antes... Es muy difícil. Yo dije, viendo el contexto de la Copa donde a los equipos les cuesta un montón todo, inclusive a Brasil con Chile, Argentina puede ser campeón. ¿Me encanta cómo juega Argentina? No, para nada. Es un pensamiento propio, no digo que sea la verdad. No me atrae cómo juega”, fue contundente Domínguez.
“Así como decís que no juega brillante, gana 3-0. Es un torneo parejo”, volvió a la carga Ruggeri y recibió una respuesta veloz. “Estamos diciendo lo mismo, entonces. ¿Qué querés que diga para que esté bien?”, fue a fondo el ahora comentarista.
Ahí intercedió Vignolo con su mirada, similar a la de Domínguez. “Colombia -próximo adversario del seleccionado- tiene un poco más de jerarquía. Argentina ganó una vez más por el peso de sus individualidades. Desde el primer gol al segundo, el DT tardó con los cambios, no me gustó. El técnico demoró con los cambios, tuvo que aparecer el arquero. Gabriel Jesús o Neymar no son el 9 de Ecuador”, resaltó, pensando en una hipotética final y en algunas ventajas que dio la Selección en el fondo o en el retroceso.
“Hay mucha gente que me repite eso, ‘ganamos y no te gusta’. Esos son los mismos que Argentina pierde 1-0 un partido parejo y están ofendidos y piden echar al técnico, a los jugadores, y dicen que no tiene que quedar nadie. En el análisis digo: Argentina gana, y Brasil mirando la tele dice, éstos juegan mal y ganan 3-0. En algún momento van a jugar bien’”, concluyó Domínguez el tenso debate.
No es la primera vez que ambos expresan posturas encontradas con vehemencia. A fines de abril, debatieron los errores defensivos de River en su derrota frente a San Lorenzo por la Copa de la Liga. Con la pantalla de fondo, les brindaron una master class a lo espectadores, más allá de las miradas disìmiles.
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