El Chino Tapia rompió el mito de la promesa de Tilcara tras el Mundial de México 86

Dos de los futbolistas que gritaron campeón en la Copa del Mundo de México repasaron algunas vivencias de aquella maravillosa experiencia, a 35 años

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Los ocho campeones del mundo con Argentina en México 86 cuando viajaron a Tilcara previo al Mundial de Rusia 2018
Los ocho campeones del mundo con Argentina en México 86 cuando viajaron a Tilcara previo al Mundial de Rusia 2018

A 35 años de la conquista argentina en México 86, las historias reviven y los protagonistas se trasladan nuevamente al estadio Azteca, donde dieron cátedras futbolísticas al mundo entero. Entre varias entrevistas de los ex futbolistas que se coronaron con la Albiceleste en aquella cita mundialista, se destacaron Carlos Tapia y Héctor Enrique, quienes participaron en un zoom junto al periodista Alejandro Fabbri y unas cien personas, organizado por la Agrupación La Dorrego de La Matanza.

Después de sacar pecho por las constantes críticas que afrontó aquel plantel, del que llegaron a decir que “iba a México de vacaciones”, el Negro Enrique dejó al descubierto su devoción por Diego Armando Maradona: su quincho está plagado de imágenes y recuerdos del histórico crack albiceleste desde mucho antes de su fallecimiento. “Hay gente que viene a casa y me pregunta si antes vivía Maradona acá porque hay más fotos de él que mías. El quincho es mi lugar preferido de la casa”, confesó.

Maradona y Enrique comparten una cerveza (@negroenrique12)
Maradona y Enrique comparten una cerveza (@negroenrique12)

Y a la hora de describir al Pelusa, graficó: “Tenerlo al lado era un orgullo. Para nosotros fue un espejo muy pero muy importante en el campo de juego y afuera. Jugar con Maradona es como que estés comiendo con tu familia y baje Jesús a comer con vos”. Y rescató la humildad que desplegaba en el grupo: “El tipo era un fenómeno jugando al fútbol pero con nosotros siempre fue uno más, estaba en la concentración, comía con nosotros y aguantaba nuestras jodas. Por eso los compañeros del 86 lo amamos tanto y va a ser así siempre. No creo que haya habido un argentino más argentino que Diego Maradona. Alguno que amara tanto la bandera como él”.

· TAPIA HABLÓ DE LA FAMOSA PROMESA DE TILCARA:

Durante muchos años se dijo que la Selección sufría una maldición en los Mundiales por una promesa rota por el plantel que fue campeón en el 86. En teoría, los muchachos de Carlos Bilardo habían jurado volver a Tilcara, donde realizaron parte de su preparación a principios de aquel año, si se consagraban en tierras aztecas. Esto nunca sucedió hasta que una compañía de gaseosas los trasladó con la Copa del Mundo antes del Mundial de Rusia 2018. La versión fue desmentida por el Chino.

Nosotros no hicimos ninguna promesa, dijimos que íbamos a volver a la Virgen de Luján si salíamos campeones y lo hicimos. Una marca nos hizo hacer el trophy tour con la Copa antes del Mundial de Rusia y ahí fuimos a Tilcara; viajamos ocho de los muchachos para ver si se daba volver a salir campeón del mundo, recordamos cosas y visitamos a la gente con la que habíamos estado en el 86. Quisimos quedar bien, pensamos en cumplir esa promesa de la que se habló para ver si Argentina podía volver a ser campeón, que es lo que queremos todos los argentinos, pero no se dio”.

Maradona y Tapia, juntos volviendo a Argentina tras la conquista en México (@chinotapiaok)
Maradona y Tapia, juntos volviendo a Argentina tras la conquista en México (@chinotapiaok)

· LAS CÁBALAS DEL EQUIPO

Enrique expresó: “Estábamos llenos. Cuando entrábamos al vestuario antes de cada partido, sonaba el teléfono y tenía que atender el Tata Brown, que decía ‘hola, sí, acá todo bien, todo bien’ y cortaba. Hasta hoy no sé quién era el que llamaba. Y tenía una personal que arranqué en el primer partido de titular (ante Inglaterra), que era pedirle las zapatillas a Tito, el utilero, para hacer el precalentamiento”.

Tapia sumó una más: “Dos días antes de los partidos no entrenábamos, entonces íbamos al mismo shopping, comíamos en el mismo lugar y respetábamos el mismo asiento cada uno. Tanto ahí como en el micro”.

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