La intimidad de la Selección en la burbuja de Ezeiza: el equipo de truco de Messi y quiénes brillan en los duelos de PlayStation

Lionel Messi “orejea” las cartas y le pide a Leandro Paredes, uno de sus compañeros, que haga primera. Rodrigo De Paul, el otro integrante del tridente más campeón de los torneos de truco en la burbuja de Ezeiza, lo mira al capitán de la Selección y éste evita hacerle la seña de lo que le tocó en suerte: Guido Rodríguez, uno de los rivales, lo está relojeando. Cuando llegan a la tercera mano, Messi intenta despistar con un “poné todo” a De Paul para que le canten “quiero retruco”. A sabiendas de que cuenta con la carta que también lo identifica en el fútbol, el crack rosarino aguarda el instante decisivo con la sensación de felicidad interna del que se sabe ganador de antemano. Al momento de la definición, Messi tira con fuerza el ancho de espadas, buscando que el impacto de la carta sobre la mesa sea sonoro. Sonríe él y sonríen todos a su alrededor. El truco es uno de los pasatiempos preferidos de los jugadores de la Selección en la burbuja sanitaria que la AFA montó en el predio de Ezeiza. No es el único, claro, pero sí el que suele aglutinar alrededor de las mesas a casi todo ese grupo que amasa la esperanza de cortar la racha de 28 años sin títulos en esta Copa América de Brasil.

La de Argentina es la única Selección que decidió no establecerse en Brasil durante la disputa de la competencia, que comenzó el 13 de este mes y finalizará el 10 de julio con la final en el Maracaná, en Río de Janeiro. El plantel que conduce Lionel Scaloni va y viene desde Ezeiza a Brasil para cada partido, a excepción de lo que ocurrió para los encuentros ante Uruguay y Paraguay: Argentina permaneció cuatro días en Brasilia, del jueves 17 al lunes 21. Las razones son sanitarias y también de comodidad: a los jugadores les gusta estar en el predio de la AFA, una suerte de cinco estrellas en el que cada uno cuenta con habitación individual, un gimnasio gigante que nada tiene que envidiarle a los de los grandes clubes europeos, un salón comedor en el que se sienten muy a gusto y comparten largas sobremesas, y también una sala de juegos muy visitada todos los días.

Ahora bien, ¿qué hacen Messi y compañía cuando no se entrenan? Por lo general hay un solo turno de entrenamiento, por lo que las horas ociosas suelen ser muchas. La mayoría de las prácticas son en horario vespertino, con lo cual por la mañana desayunan y todos optan por pasar un rato por el gimnasio, montado en una de las carpas gigantes que se instalaron en el predio y que cuenta con ventilación natural. Allí realizan una rutina que suele ser coordinada por Luis Martín y Rodrigo Barrios, los preparadores físicos de la Selección. Algunos hacen los ejercicios que habitualmente les dan en sus clubes y otros prefieren realizar trabajos de “activación” monitoreados por los “profes” de Argentina.

Si el truco es el pasatiempo más popular, los partidos de fútbol en la Play Station son el hobby preferido por los más jóvenes. Los jugadores suelen caminar por la enormidad del predio con sus Play Stations portátiles. “Las llevan como si fueran valijas. Se arman partidos muy buenos y los que mejor juegan son los más pibes: Lisandro Martínez, Montiel, Martínez Quarta, Nicolás González, Exequiel Palacios y Nicolás Domínguez”, afirma una de las 92 personas que forman parte de la burbuja. Esos duelos se realizan en una carpa ambientada como un salón de juegos en el que también hay dos consolas de Play Station fijas, una mesa de ping pong, un simulador de Fórmula Uno, cinco mesas para jugar al truco y dos flippers.

En otra carpa similar, que también cuenta con ventilación natural, suele realizar sus reuniones de trabajo el cuerpo técnico liderado por Lionel Scaloni y que tiene como ayudantes de campo a Pablo Aimar, Roberto Ayala y Walter Samuel. Todos los integrantes de la delegación son hisopados entre tres y cuatro veces por semana.

Por lo general, las distintas actividades están acompañadas por tres estilos musicales bien diferentes: cumbia santafesina, reggaeton y rock nacional. Los encargados de llevar el equipo de música suelen ser dos de los cuatro históricos que tiene el plantel: Angel Di María y Nicolás Otamendi (los otros son Messi y Sergio Agüero). Di María sería algo así como el encargado titular de llevar los parlantes y Otamendi, su reemplazante habitual. “Cuando suena rock nacional, lo que más se escucha es el Indio Solari, La Vela Puerca, y Ciro y los Persas. La música nunca falta ni en el gimnasio ni en las habitaciones”, comentan desde Ezeiza.

Antes del comienzo de la Copa América, cuando los jugadores llegaron desde sus clubes, cada uno comía en su habitación. Una vez transcurridos los diez días iniciales, comenzaron a realizar las cuatro comidas en el salón comedor del predio, aunque divididos en dos grupos: por un lado, el plantel; y por el otro, los integrantes del cuerpo técnico, empleados de la AFA y los dirigentes, entre los que se encuentran el presidente de la AFA, Claudio Tapia; Jorge Miadosqui, secretario de Selecciones y presidente de San Martín de San Juan; y Luciano Nakis, integrante de la Secretaría de Selecciones y presidente de Deportivo Armenio con aspiraciones electorales en los comicios que habrá en Independiente en diciembre de este año. “Nos dividimos en dos turnos para que no se acumule tanta gente. Las mesas son grandes y tratamos de que haya distanciamiento social entre todos”, afirma otra fuente que pasa sus días en la burbuja.

Las competencias de alrededor de un mes de duración, y en este caso en tiempos de pandemia, atentan hasta contra las situaciones más lindas de la vida: por caso, Martínez Quarta todavía no pudo conocer personalmente a Alba, su tercera hija, que nació el 13 de este mes, el día previo al debut ante Chile. El ex River la ve todos los días pero a través de videollamadas.

Son varios los futbolistas que tuvieron que festejar su cumpleaños lejos de sus afectos: sin ir más lejos, ayer le tocó a Messi, quien celebró sus 34 en la concentración de Ezeiza. Este domingo, por caso, Germán Pezzella cumplirá los 29 con un amanecer en Ezeiza y un cierre del día en Cuiabá, adonde la Selección viajará ese día por la tarde a la espera del choque del lunes frente a Bolivia, en el cierrela conclusión de la primera fase. El lunes, justamente, Nicolás Domínguez cumplirá 23 años en Cuiabá. Al día siguiente, ya de regreso en Buenos Aires, el que cumplirá años será Paredes: 27.

Hay compañeros de la Selección a los que el fútbol los transformó en amigos de la vida que aprovechan estas largas concentraciones para ponerse al día con sus cuestiones personales. Eso es lo que hacen, por caso, Messi y Agüero, Di María y Paredes, Gonzalo Montiel y Martínez Quarta, y Cristian Romero y Alejandro “Papu” Gómez.

También se arman grupos entre los que tienen más afinidad, como es habitual en cualquier equipo. Messi, Agüero, Otamendi, Di María y Paredes suelen compartir mucho tiempo juntos.

Con el mate como aliado infaltable, Rodrigo De Paul, flamante refuerzo de Atlético Madrid, escucha con atención los consejos que le suele dar Ángel Correa, quien será uno de sus compañeros en el equipo que dirige Diego Simeone. Lo mismo hace Nicolás González con Germán Pezzella y Martínez Quarta, quienes le cuentan todos los tips que debe conocer un jugador que recién llega a la Fiorentina.

La Selección vive en un complejo que fue reconfigurado para esta Copa América con distintas medidas para tratar de evitar los contagios de coronavirus. Así, además de las habitaciones individuales para cada futbolista en el complejo destinado a la Selección Mayor (el número dos), la AFA instaló diecisiete motorhomes habitados por integrantes del cuerpo técnico, empleados y dirigentes, así como también containers que cuentan con todas las comodidades. “Yo estoy en un cubo que es mejor que el departamento en el que vivo con mi familia”, dijo entre risas un empleado de la AFA.

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