El último domingo de junio de 1985, la selección argentina consiguió su clasificación al Mundial de México. Lejos estuvo de ser un trance placentero y de buen fútbol. Por escasos momentos el equipo jugó bien y el pasaje se selló de forma agónica, con el gol de Ricardo Gareca, tras la corajeada de Passarella, para igualar en dos tantos frente a Perú en el estadio Monumental. Nadie podía suponer que exactamente un año más tarde, el último domingo de junio de 1986, el país sería una fiesta celeste y blanca celebrando el título logrado en el estadio Azteca con el gol de Burruchaga a los alemanes y un Diego Maradona esplendoroso de principio a fin.
¿Esa gesta deportiva gloriosa tuvo una cobertura acorde en los canales de televisión? Rápidamente surge la respuesta negativa, ya que hubo muy pocos enviados, pero lo fundamental es poner el foco en las transmisiones de los partidos. Los cuatro canales de la Capital Federal aún estaban afiliados a la OTI, que era la poseedora de los derechos, por lo tanto, el torneo se pudo apreciar por cualquiera de ellos. Se repartieron la mayoría de los partidos en forma equitativa con ciertas curiosidades: los cotejos de la selección nacional más el match inaugural, fueron televisados en bloques de dos canales. Por ejemplo, el debut ante Corea del Sur se vio por el 9 y el 11, mientras que el siguiente frente a Italia por ATC y el 13.
El dato llamativo es que ninguna de las emisoras envió a sus equipos periodísticos a México y por lo tanto, los relatos y comentarios se hicieron desde sus respectivos estudios. En ATC se deshizo la tradicional dupla de Mauro Viale y Enrique Macaya Márquez, ya que éste último estuvo en el lugar de los hechos para radio Rivadavia y haciendo notas para Fútbol de Primera que seguía los domingos por la noche. Los comentarios estuvieron a cargo de Oscar Gañete Blasco, habitualmente segundo relator detrás de Macaya.
El binomio del 9 estaba conformado, desde hacía muchos años, por Marcelo Araujo y Fernando Niembro, sin embargo, en el Mundial sus lugares fueron ocupados por Jorge Bullrich en la narración (histórica voz del ascenso radial) y los comentarios de Antonio Ubaldo Rattín y Dante Zavatarelli, por entonces miembro de un clásico de la emisora como “Todos los goles”. Un relator que llevaba un par de décadas en televisión como Horacio Aiello, inventor de la frase “A la derecha de la pantalla señora”, tratando de integrar a la mujer a un mundo que se le suponía lejano en su mayoría, fue la voz de canal 11 en compañía de Juan Carlos Pichuqui Mendizábal.
La curiosidad apareció en el 13, donde no solo hubo dos relatores a cargo (Carlos Parnisari y Carlos Asnaghi), sino que en el análisis dijo presente un periodista que no estaba vinculado al fútbol como Rolando Hanglin, que así lo rememora: “Había un panel donde éramos varios y entre ellos recuerdo a Leopoldo Luque, con quien nos hicimos amigos. Lo que me quedó más grabado fue el momento del gol de Maradona a los ingleses, en donde Parnisari revoleó el micrófono para cualquier lado y todo se volvió una locura en el estudio, con gritos y abrazos. Quizá por mi personalidad de no gritar muchos los goles y sabiendo que estaba trabajando, me puse al frente de la transmisión para hablar sobre las repeticiones de ese gol celestial, porque los demás se habían olvidado de todo (risas). Lo hice realmente con poca autoridad porque no soy periodista de fútbol”.
“La mía fue una participación secundaria, porque no soy especializado en el tema. Llegué a estar ahí porque en ese momento participaba de ‘Polémica en el fútbol’, porque Carlos Fontanarrosa, su creador, nos había llevado a mí y a Nicolás Repetto y por eso estaba empapado de los temas de actualidad del fútbol. Da la casualidad que en el otro Mundial en el que Argentina fue campeón, también me encontró vinculado, ya que entre fines de noviembre del ’77 y abril del ’78 fui director de la revista Goles, que intentaba hacerle la competencia a El Gráfico y en ese tiempo fue muy original, porque armamos la selección paralela a la de Menotti, que causó bastante revuelo en el ambiente”.
¿Partidos de un Mundial en diferido? Ahora parece algo impensado, pero ocurrió allí, sobre todo en el inicio de la fase de grupos, como por ejemplo con Hungría vs Unión Soviética o Polonia vs Marruecos. A partir de la segunda fecha, se destacó Canal 2, que todavía tenía sus estudios en la ciudad de La Plata y su recepción en Capital era bastante dificultosa. Sin embargo allí logró una audiencia interesante, ya que emitió todos los partidos, en la que fue la primera aparición masiva en televisión de Enrique Quique Wolff.
Ante este panorama de la TV, la radio fue un actor muy importante, sumado al hecho que aún no había delay y los cotejos se podían observar con el volumen bajo del monitor y los relatos de las AM. Desde su llegada al país en 1981, Víctor Hugo Morales había cautivado a una audiencia que día a día se iba incrementado, primero por El Mundo y desde 1982 por Mitre, desbancando del liderazgo a José María Muñoz en Rivadavia. En los meses finales del ’85 se supo que los derechos para el Campeonato del Mundo de México eran propiedad de radio Argentina al haber sido adquiridos por su propietario, Ricardo Gangeme, quien fue en busca del relator uruguayo para sumarlo a sus filas con una gran oferta. Allí se produjo un quiebre en su histórico Sport 80 de Mitre, un equipo irrepetible de figuras, como lo evoca Juan Manuel Bambino Pons.
“En diciembre del ’85, los integrantes de Sport 80 debíamos tomar la decisión de seguir en Mitre o acompañar a Víctor Hugo a radio Argentina. Marcelo Araujo y Fernando Niembro nos convencieron a mí y a Roberto Leto de permanecer junto a otros muchachos, mientras que gran parte del grupo partió, entre ellos Adrián Paenza, Alejandro Apo, Eduardo Ramenzoni y Tití Fernández. Creo que se mantuvo un buen equipo, porque además de los mencionados estaban Néstor Ibarra y Juan José Lujambio, pero perdimos claramente al no poder transmitir el Mundial y con el relator, ya que Mitre trajo al colombiano Paché Andrade, que era bueno, pero no estaba muy al tanto del fútbol local”.
“Ya en México hicimos una gran cobertura y estoy convencido que, sacando los partidos, en el resto medimos mejor, porque estábamos las 24 horas conectados con Buenos Aires a satélite abierto. En la misma casa donde vivíamos se instaló el estudio, con fantástica tarea del operador, el Negro José Tello. Hablar por teléfono desde allá a nuestro país salía una fortuna, pero nosotros logramos que tanto los jugadores, como el cuerpo técnico de la selección pudieran hacerlo gratis, ya que ellos llamaban desde el único teléfono público que tenían en la concentración a nuestra casa y desde allí los conectaban con sus familias sin pagar un peso. La situación generó un gran ida y vuelta con casi todo el plantel, excepción hecha de Passarella, que como sabía que éramos amigos de Bilardo y Maradona, nos destrató de arranque. Dimos media vuelta olímpica con ellos y la seguimos en el vestuario del estadio Azteca, donde hacíamos las notas desde un teléfono público que estaba instalado allí. Increíble pero cierto. Fue un trabajo bárbaro y donde quedamos muy satisfechos, además de obtener un alto rating, pese a la dura competencia con Argentina y Rivadavia”.
Víctor Hugo Morales comenzó su tarea en radio Argentina en enero de 1986 con un enorme despliegue, transmitiendo desde Italia, un partido del Napoli de Diego Maradona. Mucho del público que lo había escuchado en Mitre le fue fiel en su nueva emisora, pero a veces, contaba con el inconveniente de no poder sintonizarlo en forma clara y correcta, por la poca potencia y un lugar lejano en el dial, en el 1100. Él le había ofrecido a todos sus compañeros de Mitre que lo acompañaran, pero solo un grupo lo hizo y entre ellos se encontraba Miguel Tití Fernández, que evoca aquel momento:
“Una noche, en los meses finales de 1985, estábamos con Víctor Hugo en la sede de River, porque el club le hacía un agasajo a Gabriela Sabatini y allí compartimos la mesa con Julio Ricardo, quien en un momento le pidió hablar a solas y fue allí donde le planteó la chance de pasar a radio Argentina. La oferta incluía a todo Sport 80, pero los que finalmente aceptamos fuimos Adrián Paenza, Alejandro Apo, el Ruso Ramenzoni y yo, para después completar el staff con gente nueva. Sinceramente era como una patriada, porque la radio realmente se escuchaba poco, pero teníamos los derechos exclusivos de la Copa del Mundo, que luego se compartieron con Rivadavia, la otra emisora que transmitió con José María Muñoz, Enrique Macaya Márquez y Horacio García Blanco”.
“Ricardo Gangeme, que era quien estaba a cargo, no era trigo limpio, al punto que a veces tenía un revolver sobre el escritorio en su oficina, por lo que rápidamente nos dimos cuenta de que las cosas no iban a ser fáciles. Víctor Hugo se había ido a hacer la gira de la Selección desde fines de abril, pero el grueso partimos más tarde, en medio de una gran confusión, porque un grupo no quería viajar, ya que Gangeme había puesto solo una parte del dinero de los viáticos, algo que se arregló a último momento con la intermediación de Julio Ricardo, que sufrió como loco. Víctor Hugo se enteró recién cuando llegamos allá y le describimos la situación. La cosa se puso pesada, al punto que Paenza renunció el mismo día que arribamos a México y no participó de las transmisiones”
Esa experiencia de radio Argentina fue una montaña rusa de sensaciones, porque mientras lidiaban con un bagaje inagotable de inconvenientes, en paralelo el equipo de Bilardo avanzaba en la competencia y la audiencia estaba de su lado: “A México fuimos como 25 personas, de las cuales solo 6 o 7 éramos lo que realmente laburábamos (risas), pero las transmisiones fueron muy buenas, porque en los comentarios estuvieron el Tano Juan Fazzini y el Negro Víctor Brizuela, dueño de la mayor audiencia en la provincia de Córdoba, mientras que los otros dos relatores fueron Ricardo Podestá y Pablo Zaro. También estuvimos a pleno con las cábalas. A Víctor Hugo le habían asignado un pupitre al aire libre y al lado estaba un grupo de colegas colombianos. Antes del partido con los ingleses, se le cayó sin querer un vaso de café sobre la posición de ellos, hecho que repitió previo a la semifinal con Bélgica y la final con Alemania, para en el enojo lógico de ellos, que casi lo agarran a trompadas (risas)”.
Los partidos tuvieron un gran encendido, el cual se fue incrementando a medida que Argentina dejaba atrás a sus rivales. Solo como ejemplo, en la primera semana de junio, coincidente con el inicio del torneo, 5 de los primeros 10 puestos del rating fueron ocupados por partidos, pero ninguno en la cima. La lista la lideró Rambo I por el 13 con 45 puntos, seguido de Finalísima (37.0 por el 9), Argentina – Corea (36.7 por el 9), Argentina – Italia (34.9 por el 13). Los otros cotejos de México ’86 en ese listado fueron Uruguay vs Alemania en el 6° lugar, Francia vs Canadá (8°) y Brasil vs España (9°). Desde octavos de final ante Uruguay, los cinco canales emitieron en simultáneo cada uno de los capítulos de una gesta histórica, culminada con la postal eterna de Diego levantando la copa.
La historia de Víctor Hugo en radio Argentina fue efímera, porque al regreso de la Copa del Mundo los incumplimientos se fueron incrementando, hasta llegar a una situación límite, que se zanjó con su pase, ya en 1987, a Continental, donde permaneció un cuarto de siglo. Apenas un año, pero allí dejó para todos los tiempos, el mejor relato de la historia, que seguirá pasando de generación en generación y viajará por la eternidad en un barrilete cósmico.
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