Aquella zurda que conducía el balón pegado a la raya de cal, hoy ya no juega. Pero lo que sí tiene actividad es su voz, su visión y su análisis. Gustavo López, aquel jugador del Independiente múltiple campeón a mediados de los 90, se ha transformado en uno de los comentaristas del fútbol español más escuchado. Ya sea en un partido de Liga o de ascenso, o en un programa en el que el tema principal es la Champions League o hasta en los encuentros de la Selección Argentina en las Eliminatorias Qatar 2022, ese acento argentino sobresale y es fácil de identificar tanto en televisión como en radio. Gustavito, el zurdo, o el Cuervo como más se lo conoce por acá, en donde reside desde hace ya más de dos décadas; porque luego de jugar 303 partidos en total y marcar 32 goles repartidos en Zaragoza, Celta de Vigo y Cádiz, se quedó en estas tierras con la familia que formó.
Mientras se toma unos infaltables mates, atiende a Infobae en Madrid y repasa la temporada en España, el título del Atlético de Madrid y cuenta sobre su día a día como comentarista y su intención a futuro de ser director técnico.
-¿Cuantos años hace que sos comentarista de fútbol en España?
-En Movistar 12 años, después de que dejé el fútbol (2008) arranqué con las Eliminatorias y sumé partidos de Primera División, programas, informativos, otras ligas extranjeras.
-¿Cómo se tiene que manejar el ex futbolista que comenta fútbol en cuanto al trato con el jugador?
-Yo primero respeto al periodista. Yo soy comentarista, comentamos lo que vemos desde una perspectiva de ex futbolista, de lo que viví en una cancha o en un vestuario. O contamos lo que puede sentir un jugador en una final, en una derrota o en un triunfo, en un descenso. Fueron un montón de experiencias que hemos tenido para bien o para mal, y desde ahí analizo y se lo cuento al espectador. Por ahora estoy muy feliz en esta posición y no la quiero cambiar. Estoy muy cómodo y sé que me sirve para un futuro.
-¿Pensaste en dirigir un equipo? ¿O ser director deportivo?
-Tengo el carnet de entrenador Uefa Pro, el nivel 3. Veo entrenamientos, metodología de trabajo, guardo partidos, los analizo para un futuro. Ser director deportivo no está en mi mente. En cambio entrenar un equipo sí, porque para mí es una adrenalina que uno siempre tiene en el cuerpo, es un cosquilleo constante. Es algo que uno lo siente dentro y lo intuye. Pero no sé a partir de cuándo, ahora vivo el día a día. No pienso tanto en el más allá, en qué momento puede llegar a pasar que dirija. Pero sí, mi intención es estar en un banquillo como entrenador. No sé si en España, será en donde se dé.
-¿Serías parecido al Cholo Simeone como DT?
-Con él tengo mucha relación, nos une una gran amistad. Ambos somos pasionales y no entendemos el fútbol de otra manera. Uno quiere desarrollar su trabajo y que en la cancha eso surja. Imaginar un partido y ver en dónde lo podés ganar y en dónde perder. Eso sumado al trabajo en la semana está buenísimo.
-¿Simeone es el mejor entrenador del mundo?
- Es uno de los mejores en el mismo rango que Pep Guardiola, Jürgen Klopp, Thomas Tuchel y Zinedine Zidane más allá de los estilos de cada uno. El Cholo lo demostró con sus títulos, revalorizando a sus futbolistas y potenciando a un club como el Atlético de Madrid, porque no hay que olvidar que cuando él llegó ya a los seis meses ganó una Europa League. Después la Supercopa de Europa y todos los años compitió en Champions. Luego ganó dos Ligas, Copa del Rey, Supercopa de España, le agregó otra Europa League en 2018. Estamos hablando de un tipo exitoso, ganador. Él siempre adonde fue cumplió con los objetivos. El entrenador además tiene que ser valorado por distintas circunstancias: la preparación de un partido de domingo a domingo sí, pero también por la capacidad para intervenir dentro de un mismo partido en décimas de segundo al ver que hay algo que no funciona por factores como una expulsión, una lesión, un gol que recibiste en el minuto 1. Los entrenadores top que mencioné pueden hacerlo y además gestionaron grandes vestuarios.
-¿Por qué Atlético fue campeón?
-Porque hizo una primera vuelta de ensueño y después porque cuando peor estaban las cosas, tuvo rebeldía. Fue un equipo maduro, no sólo de nombres sino de hombres. No era sencillo mantener el ritmo inicial y más teniendo la presión del Real Madrid, el Barcelona y hasta del Sevilla. Fue una Liga durísima por el COVID-19 y las lesiones. El calendario fue apretado, no hubo pretemporada ni partidos amistosos. Las temporadas casi que se solaparon, estuvieron muy juntas. Eso no es sencillo para los preparadores físicos, los entrenadores ni los futbolistas, ni en el juego ni en lo emocional. En este contexto el Atlético fue el que mejor lo manejó.
-¿Qué futbolista de la actualidad se te parece en la forma de jugar?
-Bryan Gil, el chico del Sevilla que estuvo a préstamo en el Eibar. Sobre todo porque le gusta jugar sobre la raya. No es fácil hacer ese trabajo. Ahora se usa más el medio interno, no se utilizan tanto los extremos puros y duros. Los meten más adentro para que el carril quede para el lateral y llegue por sorpresa, esto más allá de que juegues con línea de tres atrás y dos carrileros. Hoy se busca que los laterales ataquen, que vayan en profundidad más que defender bien. Entonces ante esto no se utiliza tanto un extremo potente. Se perdió un poco al habilidoso que sabe gambetear al defensor y que va sobre la línea, porque eso no es sencillo. Pero Bryan es el jugador que más lo puedo identificar con el juego mío de aquel momento. Se nota que le gusta esa posición.
-¿El Chelsea fue un justo campeón de la Champions?
-En diciembre, cuando lo tuvo que echar a Frank Lampard, parecía que no iba a lograr ningún objetivo. Pero lo trajo a Tuchel y fue campeón. ¿Es el mejor equipo europeo? No, para mí no. Pero es el que mejor Champions hizo, siendo un equipo aguerrido, rocoso, que en transiciones te sale muy bien, que en posiciones altas te ataca bien, que carga muy bien las áreas a nivel defensivo. Es un equipo que te libera las bandas para que les tires centro y ellos en su área son fuertes. Fue el mejor en la Copa, pero no es el mejor de Europa
No solo sus trabajos radiales y televisivos, que son muchos, ocupan el tiempo de Gustavito, diminutivo que sigue en uso más allá de que ya cumplió 48 años. Desde hace un tiempo, está a cargo de una escuela de tecnificación de fútbol, asociada al Instituto SEK, al norte de Madrid. Su tarea es potenciar a los niños que están, seleccionar los que más aptitudes tienen y buscar que algún club los capte. Además como el verano está por comenzar, prepara un campamento especializado con visitas guiadas a los lugares de entrenamiento de los equipos de Primera División. A todo esto, por las madrugadas comenta a la Argentina en Eliminatorias y estará al tanto de la Copa América mientras se juegue la Eurocopa.
-Sin contar a Messi, ¿quién es el mejor jugador argentino en La Liga?
-Obvio que Messi es el número 1, pero sin contar a él creo que Juan Foyth terminó muy bien la temporada, ya sea de central, de lateral o de mediocentro defensivo, en estas dos posiciones sobre todo se lo vio muy bien. Me encanta Lucas Ocampos y creo que hay uno que no se lleva todas las luces pero que hizo un temporadón: Marcos Acuña. El Huevo hizo olvidar a Sergio Reguilón en el Sevilla, algo que no era fácil. Fue un fichaje sorprendente pero muy rentable para el Sevilla. Monchi (el director deportivo) tuvo certeza porque Acuña le dio muchísimo a su equipo. Es un jugador que en España se revalorizó y se potenció. A mí estos tres que nombro me encantaron.
-¿Cómo ves a la Argentina para la Copa América? (N. de la r. la entrevista se realizó antes de que debutara Argentina)
-Va pasito a pasito hacia adelante. Me gusta la forma de gestionar el equipo que tiene Lionel Scaloni. No sé bien cómo trabaja en el día a día, pero sí le destaco la forma de desarrollar el juego, de expresarse, la forma de dialogar con el jugador. Lo está llevando con humildad y trabajo. Además me parece que se rodeó de muy buena gente, de expertos en la Selección que le dan mucho a él, como es el caso de Walter Samuel, del Ratón Ayala y de Pablito Aimar, que además está en las juveniles y le puede aportar mucho. Y después tenemos a Messi que es el joker (el comodín) y eso es una ventaja que hay que aprovechar. Hay futbolistas que llegan en buen estado de forma, además. Tiene buenos jugadores y cantidad.
-¿Y a España en la Eurocopa? ¿Cómo pensás que le puede ir?
-Es una caja de sorpresas para lo bueno y para lo malo. Es un equipo joven, con desparpajo. Está en transición y eso lleva su tiempo, ya sea que el grupo sea homogéneo, como que el entrenador pueda bajar bien su mensaje. Los defensores centrales (Eric García y Aymeric Laporte) que lleva Luis Enrique prácticamente no han tenido participación ni en Selección ni en su equipo. Pero tiene a un goleador como Gerard Moreno que hizo una temporada espectacular en el Villarreal.
-¿Y cuál es tu favorito?
-Francia. Tiene un equipazo. Por calidad de sus futbolistas es la número 1. Ya tenía a Kylian Mbappé y a Antoine Griezmann y ahora volvió Karim Benzema. Más N’golo Kanté y Jules Koundé. Pero ojo, en el 2002 también tenía una gran Selección y se volvió en primera ronda. Bélgica también tiene un buen equipo. Tiene a Romelu Lukaku, hay que ver si está bien Eden Hazard, y hay que esperar a ver cómo llega Kevin De Bruyne después del golpe en la final de Champions. Y su entrenador, Roberto Martínez, me encanta.
-¿Creés que hoy al futbolista argentino le cuesta más que en tu época llegar a España?
-No, no creo. Ni era más fácil antes ni más difícil ahora. Es una cuestión de camadas. Mirá, conmigo vinieron Seba Rambert, Ariel Ortega, Marcelo Gallardo, Hernán Crespo, Matías Almeyda, el Piojo López. Antes hubo mucha cantidad y calidad sí, pero también nos manteníamos más tiempo jugando en Argentina, porque los equipos se podían sostener económicamente. Después sí veníamos a Europa. Creo que en la década pasada en inferiores no se sacaron tantos futbolistas y no hablo de estos dos o tres últimos años porque noto que en la Selección juvenil ahora se está trabajando muy bien. También hay un tema económico en Europa, porque salvo los grandes que buscan estrellas, los demás buscan jugadores más baratos, un intercambio.
-¿Seguiste al Mono Burgos en Newell’s?
-Vi mucho a su equipo. Los resultados no lo ayudaron en algunos partidos. No es fácil agarrar un equipo que estaba tan abajo en la tabla. Además es un grupo con demasiada gente grande de treinta y pico, eso no te ayuda cuando tenés una cantidad de partidos seguidos tan grande. Era difícil llevarlo hacia arriba a un equipo que estaba tan bajo. Él siempre tuvo las cosas muy claras igualmente, es muy capaz y le puede ir muy bien.
Si hay una etapa que Gustavito López no olvida en su vida, es la que vivió en Independiente y actualmente, de alguna manera, sigue vinculado al Rojo.
-¿Qué relación tenés con Independiente, además de ver sus partidos desde España?
-Soy el embajador del club en España. Por eso en el programa de fútbol que hago llevé la camiseta y la sorteamos. Ahora estoy esperando unas más que me manden porque la gente me lo pide y queremos sortear. Pero bueno, están retrasados por los envíos (ríe).
-La última mejor época de Independiente fue la tuya en los 90. Pasó demasiado tiempo. ¿Por qué crees?
-No te olvides del 2002 con Gaby Milito, que ganaron el campeonato. Pero claro, nosotros en tres años ganamos cuatro títulos: torneo local, dos Supercopas y una Recopa. Fue brillante. Aquella vez se armó un gran vestuario entre los que veníamos de abajo como Dani Garnero, Rambert y yo, más los grandes como el Luli Ríos, Néstor Craviotto. Y ayudaron mucho el Tapón Gordillo y el Flaco Gareca que tenían en sus espaldas muchísimos partidos también y eran ganadores. Muchos de los jóvenes como yo, luego nos fuimos a Europa. Tuvimos a un grandísimo entrenador como Miguel Brindisi, después vino el Zurdo López, antes tuvimos a Pedro Marchetta. Todos entendieron el paladar del hincha del Rojo: ganar jugando bien, dando alegría. Hoy todo eso cuesta porque para los entrenadores el fútbol es una trituradora de carne, hay demasiada prisa, no se mantiene a un entrenador con un proyecto. Siempre hubo resultadismo pero ahora mucho más. Entonces buscan a un director técnico solo por un semestre, pero si no va bien en dos meses ya lo echan. Y el que viene detrás se encuentra con jugadores que no quería, entonces así es muy difícil. Los proyectos hay que mantenerlos, más allá de los resultados inmediatos. Fijate lo que pasó con Crespo en Defensa y Justicia. Ése es un club que viene haciendo las cosas bien desde hace tiempo, con paciencia, con entrenadores de un mismo estilo. Porque claro, a mí me llama la atención cuando en algunos lados quieren contratar a alguien como Menotti o como Bilardo, o a Guardiola o al Cholo. No, pará, fijate primero el estilo que querés, porque los que me nombraste son diferentes, con perfiles distintos. Si vos mantenés un mismo perfil y sostenés una idea, a la larga te tiene que ir bien.
-La última ¿te llamaron mucho por el episodio de Ibai y Gustavo López, el periodista?
-Mucho sí (ríe). Y me mandaban mensajes en redes sociales, pero les dije “que me llame igual no significa que pensemos lo mismo”. Entonces la gente supo diferenciar entre uno y otro. A Ibai mis hijos lo siguen.
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