Los partidos que acaparan gran atención alrededor de todo el mundo son un señuelo para aquellos que quieren enviar un mensaje a una buena porción del planeta. Las acciones de intrusos que irrumpen en el campo de juego son una constante en los duelos estelares. Pero esta vez, el hecho parece que llegó demasiado lejos. Un ambientalista intentaba enviar un mensaje de concientización, pero su acción pudo haber terminado en una tragedia por distintos motivos.
Todo se desencadenó cuando faltaban unos pocos minutos para el arranque del duelo por la Eurocopa entre Alemania y Francia por la 1ª fecha del Grupo F en el Allianz Arena de Múnich. Con los equipos en el campo de juego, el activista giró por arriba del estadio para soltar un globo que decía “Kick out oil”. Sin embargo, justo en ese momento, perdió el control de su parapente y comenzó a precipitarse sobre las gradas.
Pasó a centímetros de distintas personas que se encontraban en la tribuna lateral del estadio, pero logró ordenar el destino de su caída para tener un violento aterrizaje forzoso sobre el césped. A punto tal fue la preocupación que generó que los futbolistas alemanes Antonio Rudiger y Robin Gosens se acercaron inmediatamente para ver si el activista estaba bien de salud.
Rápidamente, los oficiales en el campo lo sacaron del lugar, lo arrestaron y lo llevaron a un centro de detención en el estadio.
Sin embargo, hubo varias historias detrás de esta protesta del activista de la organización internacional Greenpeace. Según el diario alemán Bild, cuando perdió el control de su parapente motorizado “golpeó unas instalaciones técnicas” e hirió a dos personas que se encontraban en las tribunas.
“El piloto hirió a dos hombres cuando aterrizaba. Los heridos fueron trasladados a hospitales de Múnich y están recibiendo atención médica. Según nuestro informe actual, ambos tienen lesiones en la cabeza”, aseguró el portavoz de la policía local Andreas Franken al periódico alemán minutos después del suceso. Por este hecho, las autoridades correspondientes investigan “varios delitos”.
Las cámaras de la transmisión captaron también que el entrenador francés Didier Deschamps y su colaborador Guy Stéphan se protegieron debajo del techo del banco de suplentes cuando distintas partes del parapente cayeron frente a ellos, aunque ninguna los golpeó.
Detrás de todo lo sucedido, estuvo también el minucioso análisis de las fuerzas de seguridad que estuvieron a punto de dispararle al activista con sus francotiradores. “Se ha emitido expresamente una prohibición total de vuelo sobre el Allianz Arena por la Eurocopa. Debido a la etiqueta ‘Greenpeace’ ningún francotirador intervino. Pero si la Policía hubiera llegado a la conclusión de que podría ser un ataque terrorista, entonces el aviador podría haber pagado la acción con su vida”, afirmó al Bild el ministro del Interior, Joachim Herrmann.
“En la situación habría estado justificado que la Policía usara armas de fuego. Es completamente irresponsable llevar a cabo tal acción. Sólo puedo condenarlos por lanzar acciones tan irresponsables, esto no tiene nada que ver con la protección ambiental bien entendida”, agregó.
La segunda alcaldesa de Múnich, Katrin Habenschaden, se encontraba en las tribunas a metros de donde pasó el activista: “Fue una suerte y una amenaza para la vida. La protesta debe ser siempre pacífica y no debe poner en peligro a otras personas”.
El diario británico DailyMail aseguró incluso que el parapente cortó los cables de la Spidercam que estaban conectados al techo del estadio y que por eso perdió el control. El periódico local Welt especificó que “aparentemente” quedó atascado en los cables de esa cámara que flota por el césped, antes de caer en picada. El Bild se limitó a informar que “derribó tecnología”, sin especificar más.
Según se informó en los medios locales, el activista en cuestión, identificado como Kai S. de 38 años, había estado relacionado a una protesta en el sector bancario de Frankfurt durante marzo de este año. Aquella acción estuvo emparentada también al clima, pero apuntando contra el rol de los bancos. En este caso, intentaba visibilizar un pedido a una automotriz que patrocina el torneo para no vender más vehículos diésel ni de gasolina y así disminuir el impacto en el cambio climático.
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