Hoy se cumplen 25 años de la recordada goleada 5-1 de Vélez a Boca en Liniers por el Torneo Clausura en el que se consagró el Fortín dirigido por Carlos Bianchi. Pero más que el abultado resultado quedó en la memoria de todos el cruce de Diego Armando Maradona con Javier Castrilli, quien lo expulso por última vez como profesional ese día. El juez hizo su descargo en ESPN.
“Quiero aclarar que uno no puede recordar ese momento sin experimentar un dejo de dolor y angustia porque precisamente no fueron momentos gratos para nadie, ni siquiera para la gente de Vélez. Fue un partido absolutamente desnaturalizado, con muchos incidentes y violencia en la tribuna”, fue lo primero que dijo al respecto Castrilli, quien -a instancias de su asistente- convalidó el empate de Vélez 1-1 (Claudio Caniggia había puesto en ventaja a Boca) por un tanto de Patricio Camps que generó polémica (el balón no ingresó al arco).
Con el 3-1 a favor del Fortín y ya habiendo sido expulsado Néstor Fabri en la visita, Maradona se sobrepasó y Castrilli le sacó la roja. El ex referí argumentó por qué lo echó y no le contestó pese a su súplica de diálogo: “Maradona sabía los motivos. A 4 metros hizo señas inequívocas en reiteradas oportunidades señalándome justo en el momento peor de los incidentes en la tribuna, cuando la Policía y los Bomberos se esforzaban para contener a la gente y que no entrara al campo de juego. Justo ahí ocurrieron esos gestos que tomé como una incitación a la violencia y por eso lo sancioné”.
Más tarde, agregó: “Cuando yo le saco la tarjeta roja, automáticamente él se da media vuelta y se va. No había ninguna otra lectura que no fuera que él sabía los motivos. Nunca expulsé a ningún jugador sin que él supiera por qué lo había expulsado”. Y confesó: “Antes y después de ese episodio yo admiré profundamente a Maradona. Nunca tuve oportunidad de cruzarme con él luego de eso”.
Castrilli se percató con las repeticiones televisivas de que la pelota no había ingresado al arco. Para él no hubo dudas, no debió haber sancionado el gol: “Si hubiera existitdo el VAR ese partido, el desarrollo y el resultado hubieran sido distintos, no se hubiera desnaturalizado. Cuando muchos se quejan de lo que tarda el VAR hoy, fíjense lo que genera la ausencia de tecnología. El problema no es la tecnología sino algunos de los ineptos que la están manejando. Boca venía ganando en la mejor producción de la era Maradona-Caniggia contra un Vélez que había ganado todo y fue absolutamente injusto dar un gol en esa circunstancia. Las limitaciones humanas lo hicieron posible y hoy tenemos que tragar ese sabor amargo”.
Pese a la imponente figura y recorrido en el fútbol de Maradona por ese entonces, Castrilli aseguró que nunca titubeó en expulsarlo: “Uno actuó con la más profunda convicción sobre lo que hace y tiene dos conceptos que son fundamentales como la seguridad jurídica, la previsibilidad frente a lo que tiene que ocurrir y cualquier estímulo, y la igualdad ante la ley. Yo, fuera como se llamara el jugador, el color de camiseta o el estadio, siempre traté de garantizar esa igualdad de la ley. Cuando uno trata a un NN de la misma manera que a las grandes figuras, uno siente que cumple con la igualdad de la ley”.
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