El boletín de Argentina en el empate ante Chile por la Copa América: de las luces de Lo Celso y Messi a las sombras de la defensa y Scaloni

La Albiceleste mostró dos caras, como ante Colombia en Barranquilla. Su nivel reclama mayor consistencia para presentarse como candidato al título

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El momento de los himnos
El momento de los himnos en el estadio de Botafogo, con Lionel Messi como capitán. El astro fue de lo mejor de Argentina (REUTERS/Ricardo Moraes)

Emiliano Martínez (7): cuando fue convocado a la acción, rindió. Le tapó un mano a mano a Vargas y le atajó el penal a Vidal; tuvo la mala fortuna de que el rebote derivó en Vargas, quien marcó la igualdad. Bien en en los centros, otro paso adelante en su rendimiento.

Gonzalo Montiel (5): un par de proyecciones interesantes, como en la combinación con Messi en la que dejó solo frente al arco a Lautaro Martínez, pero sin la comodidad y la convicción que muestra en River. En el retroceso, algunos desajustes.

Lucas Martínez Quarta (3): le costó la marca del movedizo Eduardo Vargas, salió a cortar lejos y mal en varios lances (o cometió falta o perdió, como en la jugada de Meneses en el primer tiempo) y de arriba fue irregular.

Nicolás Otamendi (4): mejor en el primer tiempo, pero su nivel decayó en el complemento. Pierde a Vargas en la jugada del mano a mano que derivó en el penal y perdió en algunas ocasiones en el juego aéreo.

Nicolás Tagliafico (4): sin las trepadas que muestra en el Ajax o en sus mejores momentos en el fútbol argentino; además le cometió el penal a Arturo Vidal por un intento de rechazo a destiempo.

Rodrigo De Paul (6): rueda de auxilio de todo el mediocampo, dueño de los relevos, siempre intentó tocar simple y al pie. Sin Paredes, en el segundo tiempo, ocupó su rol.

Leandro Paredes (6): correcto en el primer tiempo, sobre todo cuando Argentina logró salir del primer acoso. Primera puntada inteligente, sin pisar tanto el área como frente a Colombia, cuando anotó un golazo.

Giovani Lo Celso (7): de lo mejor de Argentina en el mejor momento de Argentina. Como el mediocampista con menos obligaciones de marca, fue el mejor socio de Nico González, al que le entregó varias asistencias, y provocó la falta en el gol de tiro libre. Había bajado su incidencia en los primeros minutos del complemento, pero no se entendió su salida.

Giovani Lo Celso en acción.
Giovani Lo Celso en acción. De sus pies, en combinación con Messi y Nico González, surgió lo mejor de Argentina (REUTERS/Ricardo Moraes)

Nicolás González (6): por rendimiento, desgaste y desequilibrio; gran partido. Por efectividad: pobre. De ahí el promedio que le entrega un 6 de puntaje. Como atacante-carrilero, impidió la proyección de Isla y llegó 5 veces a posición de gol: falló todas. Hizo autocrítica y aceptó sus culpas. De todas maneras, una pieza que abona las esperanzas del equipo en el torneo.

Lionel Messi (7): un tiro libre con la marca de su talento y varios destellos de altísimo nivel, como el remate que le saca Bravo o las asistencias a Nico González en el segundo tiempo. Empujó hasta el final. Por él, Argentina debió ganar.

Lautaro Martínez (4): con la voluntad y el coraje de siempre, pero sin la tiza de otra época y peleado con el arco. Tuvo dos chances en el primer tiempo: en una, tras centro de Lo Celso, se deslizó pero tiró el balón por encima del travesaño; en la otra, tras cesión de Montiel, pateó mal y mordido. Fue reemplazado.

Ángel Di María (5): la búsqueda de siempre con su tranco y vértigo, pero sin claridad, en el trance de mayor confusión de Argentina. Algún centro venenoso.

Exequiel Palacios (5): la intención habitual de jugar al pie y filtrar balones, pero con poca eficacia.

Sergio Agüero: entró sobre el final y buscó, pero no fue correctamente abastecido.

Joaquín Correa: se ubicó sobre la izquierda, en la función de Nico González. Algún buen desborde como acción más positiva.

Nahuel Molina: entró por Montiel para enviar centros; no consiguió inquietar.

Lionel Scaloni (4): responsable de lo bueno y de lo malo en la Selección. Por propuesta y la posición difícil de descifrar para los rivales de Nico González, Argentina se fue en ventaja y redondeó un buen primer tiempo. Se derrumbó en el segundo porque una vez más se replegó ante un empuje tibio de Chile. Los cambios no hicieron efecto y también resultaron difíciles de entender (Lo Celso había sido el mejor del primer tiempo; salió Paredes, el 5, improvisando en su rol).

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