Desde que Jorge Amor Ameal le ganó las elecciones como presidente de Boca al candidato de Daniel Angelici, Christian Gribaudo, se avizoraron cambios en el club. Sobre todo en el plano futbolístico. Y esto se confirmó con el tiempo a través de un Consejo de Fútbol que modificó las políticas de contratación y desarrollo de cada mercado. Antes el Xeneize realizaba grandes erogaciones e incorporaba en cantidad (y no siempre en calidad), a la vez que también transfería por millonarias sumas. Ahora, con una economía global golpeada desde que se desató la pandemia del coronavirus, todo es más chato, mitad por contexto y mitad por directiva de Juan Román Riquelme.
Consciente o inconscientemente, el vicepresidente segundo inició una limpieza profunda en el fútbol profesional una vez que asumió su mandato. De movida, no le renovó el vínculo al entrenador Gustavo Alfaro, algo que ya había dejado entrever durante la campaña, y contrató a Miguel Ángel Russo como sustituto. Los primeros futbolistas en decir adiós fueron Daniele De Rossi (tenía seis meses más de contrato pero optó por el retiro), Paolo Goltz (rescindió), Kevin Mac Allister (fin de préstamo) y Alexis Mac Allister (desacuerdo por su permanencia y venta a Inglaterra). Este fue solamente el inicio.
Más tarde atravesarían la puerta de salida por diferentes circunstancias Marcos Díaz (fin de préstamo), Junior Alonso (prefirió irse a Atlético Mineiro pese a que Boca quiso hacer uso de su opción de compra), Emanuel Bebelo Reynoso (vendido a la MLS), Iván Marcone (vendido al Elche) y Lucas Olaza (préstamos al Celta y Valladolid, que lo compró). Además Nahuel Molina fue separado por no firmar la renovación y se marchó libre a Udinese de Italia, mientras que otros jugadores como Marcelo Weigandt (Gimnasia La Plata), Julián Chicco (préstamo a Patronato y próximo a quedar libre), Jan Hurtado (Bragantino de Brasil), Gastón Ávila (Rosario Central), Walter Bou (Defensa y Justicia), Mateo Retegui (Talleres de Córdoba) y Sebastián Pérez (Boavista de Portugal) fueron cedidos, al igual que muchos otros juveniles que se fueron a otros equipos en busca de minutos.
Pero eso no fue todo, ya que transcurrida la última temporada y con muchos vínculos por expirar, la sangría continuó: Manuel Roffo (rescindió y firmó en Tigre), Emmanuel Mas, Julio Buffarini, Leonardo Jara (quedarán libes el 30/6), Wanchope Ábila (cedido a la MLS con opción de compra), Mauro Zárate (ya rescindió), Franco Soldano (no harán uso de su opción de compra) y el caso más emblemático de Carlos Tevez, quien anunció el viernes pasado que se retiró de Boca y el fútbol argentino y cortará la actividad por tiempo indeterminado. Puede agregarse a esta nómina a Guillermo Pol Fernández, quien arribó como refuerzo y se despidió antes del año de contrato por no acordar su continuidad.
Además de Pol, los otros que llegaron a Boca bajo el mando de Riquelme fueron Javier García, Carlos Zambrano, Marcos Rojo, Edwin Cardona y el Pulpo González. Ahora volvió Weigandt de su préstamo en el Lobo y están al caer Esteban Rolón y Nicolás Orsini, a los que se les podría sumar Norberto Briasco. En el mercado que acaba de abrirse hay tres con buenas posibilidades de transferencia: Esteban Andrada (en tratativas con Rayados de Monterrey), Cristian Pavón y Gonzalo Maroni.
EL PLAN PARA DESTERRAR AL “CLAN MADRID”
Muchos hinchas tuvieron entre ceja y ceja a los jugadores que perdieron la final de la Copa Libertadores 2018 en el Santiago Bernabéu contra River. Y el Consejo de Fútbol compartió parcialmente esa sensación con algunas salvedades. Antes de la asunción de Ameal y Riquelme se habían ido Lisandro Magallán, Lucas Olaza (quien siguió ligado al club pero no volvió), Pablo Pérez, Wilmar Barrios, Nahitan Nandez, Fernando Gago y Darío Benedetto.
Los únicos sobrevivientes de aquel plantel que besó la lona son Carlos Izquierdoz, Sebastián Villa, Cristian Pavón (titulares en ambas finales), Agustín Rossi (inicial en la ida disputada en la Bombonera), Frank Fabra (se recuperaba en aquel momento de una lesión de ligamentos cruzados de rodilla izquierda) y Esteban Andrada (sólo por ahora). Cardona podría incluirse con un asterisco debido a que no fue convocado por el Mellizo Barros Schelotto en Madrid. A este quinteto se añaden como incorporaciones que se gestaron durante el mandato de Angelici Lisandro López, Jorman Campuzano y Eduardo Salvio. Los únicos indiscutidos -entre los mencionados- para la dirigencia son Cali Izquierdoz (referente y nuevo capitán tras el retiro de Tevez) y Fabra, a quien le extendieron el contrato hasta 2023. Los demás gozan de buena consideración, pero pueden llegar a ser transferidos ante una oferta potable.
Pasando en limpio, Román pegó un escobazo en 18 meses. Bajo su tutela Boca efectuó nada menos que 25 bajas entre rescisiones, finalizaciones de contratos, préstamos y transferencias (a razón de más de 8 salidas por mercado en promedio), sin contabilizar la venta de Olaza por haber estado fuera del club desde enero de 2019 y el inminente adiós de Nicolás Capaldo (casi listo su traspaso al Salzburgo austríaco). Y apenas sumó 6 caras nuevas hasta acá, aunque muy probablemente incorpore al menos 5 hombres en esta ventana de pases.
De la final en Madrid solo quedan 6 apellidos y el número podría reducirse a la brevedad. A la par, varias promesas juveniles empezaron a tener rodaje y asoman como alternativas potables, algo difícil de llevar a cabo cuando Angelici era presidente por su política de fichajes.
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