El recorrido como entrenador de Lionel Scaloni es inversamente proporcional a lo que indican los manuales. No necesitó acumular rodaje ni éxitos para que Claudio Tapia, el presidente de la AFA, lo ungiera como técnico de la selección argentina tras la frustrante experiencia en Rusia 2018 de Jorge Sampaoli, de quien fue uno de los ayudantes de campo en el último Mundial. Tapia designó a Scaloni primero como entrenador interino y lo ratificó en el cargo tras la Copa América de Brasil 2019. Antes de asumir al frente del seleccionado, sus únicas experiencias como cabeza de un cuerpo técnico fueron en las categorías infantiles del Mallorca con chicos de 10 y 11 años, y luego en la Selección Sub-20, con la que ganó el torneo de L’Alcudia, en Valencia en 2018. Ese título a nivel juvenil de algún modo comenzó a abrirle la puerta que luego lo llevó a ser confirmado como sucesor de su ex jefe hasta la finalización de las Eliminatorias para Qatar 2022. Con Sampaoli también había trabajado como uno de sus ayudantes de campo y analista de rivales en el Sevilla, antes del desembarco en la Selección.
Inquieto y deseoso de sumar conocimientos permanentemente, Scaloni siempre buscó crecer y mejorar. Vive en Mallorca junto a su familia, y esa presencia en Europa le permite estar más cerca de muchos entrenadores de primer nivel. Antes de viajar a Argentina para preparar a la Selección para los partidos de este jueves ante Chile y del próximo martes frente a Colombia, por las Eliminatorias para Qatar 2022, y para la Copa América que finalmente se jugará en Brasil desde el 13 de este mes, visitó a técnicos de jerarquía para intercambiar pareceres futbolísticos y sumar conceptos que lo pueden nutrir en su profesión.
¿Con quiénes estuvo? Con Luis Enrique, actual entrenador de España y de exitoso paso por Barcelona, y con el alemán Marco Rose, quien en los primeros días de julio comenzará su trabajo al frente del Borussia Dortmund luego de su reciente trabajo en el Borussia Moenchengladbach. En los encuentros con el español y con el alemán, Scaloni estuvo acompañado por Walter Samuel, uno de sus ayudantes de campo. Samuel también se reunió, pero a solas porque Scaloni no pudo ir, con Mauricio Pochettino, técnico del Paris Saint Germain. Scaloni y Samuel tienen 43 años y mantienen una muy buena relación desde que jugaban en las divisiones inferiores de Newell’s.
“A Lionel le interesa hablar mucho con otros entrenadores sobre la táctica de los equipos, los esquemas de juego y también el manejo del vestuario”, dijo a Infobae una fuente de confianza del técnico de Argentina.
La pandemia le impidió a Scaloni viajar a Inglaterra para tener una charla con Marcelo Bielsa, el prestigioso técnico rosarino que viene de causar sensación con su campaña al frente del Leeds. “La idea es tratar de visitar a Marcelo una vez que termine la Copa América”, señaló el informante, que pidió reserva de su nombre. La final de la Copa América se jugará el 10 de julio.
En los tiempos en los que fue uno de los ayudantes de campo de Sampaoli en la Selección, Scaloni participó del tramo final de una charla que el actual técnico del Olympique de Marsella mantuvo con Pep Guardiola en Inglaterra. El encuentro tuvo lugar en Manchester el 18 de enero de 2018, en el marco de una gira de la Selección previa al Mundial de Rusia. Aquel día, Sampaoli se entrevistó con Sergio Agüero y Nicolás Otamendi y luego con Guardiola en el Etihad Campus, el campo de entrenamientos del Manchester City.
En el predio de Ezeiza, a Scaloni también le gusta escuchar con atención a César Menotti, el Director General de las Selecciones Nacionales, con quien suele mantener largas charlas futboleras. “Scaloni tiene una mente muy abierta a nivel futbolístico. No se casa con ninguna escuela. Es de la idea de que los técnicos tienen que adaptarse a los jugadores que tiene”, agrega la misma fuente y remarca que uno de los equipos que más le gustaba ver a Scaloni era el Liverpool campeón de la Liga de Campeones de Europa en 2019 bajo la dirección técnica del aleman Jürgen Klopp.
Scaloni, que cumplió 43 años el 16 de mayo, hizo el curso de entrenador en Madrid. Su título habilitante es el UEFA Pro, el más prestigioso según los entrenadores, y en su caso está homologado por la Federación Española de Fútbol. En el curso tuvo como compañeros a Javier Saviola, Fernando Redondo y Leonardo Franco.
Después del último Mundial, esa decepción enorme para Argentina, Scaloni participó en Inglaterra de un Congreso brindado por el Grupo de Estudio Técnico de la FIFA en el que se hizo un profundo repaso futbolístico de lo que ocurrió en Rusia. Aquella vez, le quedó muy grabado un dato: Francia, el último campeón mundial, ganó el título después de finalizar en el décimo noveno puesto entre los equipos con mayor posesión de pelota. Ese apartado, en el Mundial, fue liderado por España, que tuvo un 69% de posesión, pero fue eliminada por Rusia en los octavos de final. El porcentaje de posesión del balón de Francia fue del 48% por encuentro. Argentina, con el 64%, fue tercera en ese rubro y Alemania quedó segunda con el 67%. En el comienzo de su ciclo, Scaloni prefirió darle forma a un equipo que buscaba tener ataques directos, rápidos y sin demasiada elaboración. Con el tiempo, suele contar, se fue dando cuenta de que lo más aconsejable era tener un poco más de juego por las características de los jugadores que conforman la Selección. “No sirve enamorarse de una idea. Hay que ser flexibles y trabajar. Trabajar mucho”, afirma una de las personas de confianza del técnico.
A su vez, remarca que a lo largo de su carrera como futbolista, a Scaloni lo marcaron varios entrenadores: “Sé que él guarda muy buenos recuerdos de José Perkerman en las selecciones juveniles y de cuando le tocó estar en el Mundial de Alemania 2006. También del vasco Javier Irureta cuando ganaron varios títulos en el Deportivo La Coruña y de Miguel Angel Portugal en el Racing de Santander. Lo dirigieron muchos técnicos destacados y de todos siempre terminas sacando algo”.
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