Allá, muy atrás en el tiempo, quedó la polémica que originó cuando pegó el portazo en Vélez para cumplir el sueño de jugar en Boca y proyectar su deseo de llegar a la selección argentina. Mauro Zárate llegó al club con la misión de ganar títulos y cumplió, aunque su estadía haya sido con algunos sinsabores y la falta de protagonismo lo haya conducido a la puerta de salida. Después de tres temporadas en la institución, el delantero de 34 años dice adiós y ya fue sondeado por otro equipo argentino.
A MZ19 todavía le dura la bronca por no haber entrado unos minutos en la final de la Libertadores 2018 contra River en el Santiago Bernabéu, pero cuando revisa su palmarés se encuentra con tres estrellas bordadas con el escudo azul y oro: la Supercopa Argentina 2018, la Superliga 2019/2020 y la Copa Diego Maradona 2020 (a los que se le podría sumar un cuarto si Boca obtiene la actual Copa de la Liga Profesional, ya que participó con el equipo).
Fue en el último semestre con Guillermo Barros Schelotto y el primero con Gustavo Alfaro cuando más jugó, rindió y convirtió. Fueron 14 goles en 47 partidos, contra los 18 disputados en la segunda campaña (mitad con Alfaro y mitad con Miguel Ángel Russo) y los 20 de la actual, con apenas 3 y 4 tantos gritados. Se suponía que con el desembarco del DT de turno, quien lo conocía bien de su primera etapa en Vélez, iba a tener muchos minutos y respaldo. Pero las lesiones le jugaron una mala pasada de entrada: se lesionó en el debut de Miguel ante Independiente (0-0 en la Bombonera), quedó afuera varios partidos y fue reemplazado por un Sebastián Villa, que explotó todo su potencial.
Mauro esperó su chance y trató de aprovechar las pocas oportunidades que le quedaron en el semestre interrumpido por la pandemia del coronavirus. Su vínculo finalizaba en junio de 2020 y, por expreso pedido del cuerpo técnico, el Consejo de Fútbol se lo extendió por un año más junto a Carlos Tevez y Franco Soldano. Poco cambió con la reanudación del fútbol profesional, porque Russo lo consideró recambio y sí tuvo protagonismo pero en el certamen local, no así en la Libertadores en la que Boca pisó las semifinales y fue eliminado por Santos.
Concluidas las competencias a principios de 2021 (fue titular en la final contra Banfield que terminó en título de copa nacional para el Xeneize), Zárate le marcó la cancha a Russo y advirtió que en las mismas condiciones no podía seguir. El DT puso en funcionamiento su costado paternal con su dirigido y lo convenció de permanecer en el club al menos un semestre más.
A priori, el entrenador cumplió con su promesa y empezó a darle rodaje en la Copa de la Liga Profesional e incluso le dio minutos por Copa Argentina (le marcó un doblete a Defensores de Belgrano por los 16avos de final). Pero el karma de sus ausencias en Superclásicos se volvió a hacer presente y quedó sentado en el banco en el 1-1 de marzo en la Bombonera. Su medidor de paciencia estuvo al límite otra vez, pero como tuvo actividad en los siguientes 5 encuentros oficiales justo antes del estreno por la Libertadores calmó su ánimo. En el sexto cotejo otro dolor de cabeza marcó su destino: se desgarró el gemelo izquierdo contra Atlético Tucumán y quedó afuera un mes.
Mauro apostó por la recuperación muscular que le permitiera ir al banco de suplentes contra River por los cuartos de final de la Copa de la Liga y Russo no lo convocó. Y al quedar como relevo los 90 minutos en el empate sin goles ante Barcelona de Ecuador explotó: a las pocas horas Zárate le comunicó a Russo que se iba del club y lo mismo hizo con sus compañeros, pese a que quedaba un partido por la zona de la Libertadores y el elenco de la Ribera estaba en las semifinales de la copa nacional.
Sabiendo que probablemente no fuera tenido en cuenta por el cuerpo técnico y que figuraba en lista de prescindibles del CDF para junio, el ex Lazio, Inter de Milán y Fiorentina optó por anticiparse un mes al término de su contrato y rescindirá en estos días. Tal fue el disgusto en el último tiempo que prefirió no estar disponible para la semifinal contra Racing en San Juan y una hipotética final de Copa.
Como las noticias vuelan y más aún con un mercado de pases venidero, un club importante de Argentina se contactó con Zárate para tentarlo con firmar el próximo 1° de julio. Fue justamente la Academia, a través de su manager Rubén Capria, el que marcó el celular del futbolista que anteriormente tuvo sondeos desde el exterior. Un dato no menor es que en caso de optar por la mudanza a Avellaneda, quedaría habilitado para disputar los octavos de final de la Libertadores, ya que así lo permite la Conmebol desde la edición pasada. Y hasta el azar podría determinar que académicos y xeneizes queden frente a frente en octavos en el sorteo que se realizará mañana.
Hoy Zárate se entrena de forma personal y descansa la cabeza antes de definir su futuro. A día de hoy es poco probable que permanezca en el país y el destino más tentador que asoma es la MLS. No obstante la fuerza que hagan los clubes que pretendan contar con sus servicios será determinante para convencerlo de quedarse en la liga argentina.
SEGUIR LEYENDO: