Cristian Villagra es un futbolista de 35 años que se desempeña actualmente en 9 de Julio de Morteros, elenco de su ciudad natal que participa en la Liga cordobesa de San Francisco, donde hizo sus primeros pasos como futbolista. En este modesto club, el Kity se consagró campeón y obtuvo un ascenso. Sin embargo, no todo fue alegría para él en el fútbol. Pese a que jugó en River (donde se consagró campeón), Rosario Central y Alético Tucumán, e incluso fue convocado por Diego Maradona a la selección argentina, su vida estuvo marcada por la tragedia debido a la muerte de su hermano, Gonzalo Villagra a causa de un cáncer.
La triste partida ocurrió en junio de 2018 y luego de que el propio Cristian Villagra le pusiera el cuerpo a la lucha de Gonzalo a quien le llegó a donar médula ósea para que continúe con su tratamiento contra la leucemia. Este durísimo episodio, sumado a la incomodidad que le generaba la exposición en el fútbol, lo llevaron a retirarse del fútbol profesional, pese a que no había sufrido lesión alguna y mantener aún su pasión por el fútbol.
“Llegué a bloquearme y no querer estar ahí”, confesó Kity en una entrevista con Súper Deportivo Radio por Radio Villa Trinidad, donde contó el costado más triste que vivió con el fútbol. “Sinceramente no me veo más en el fútbol profesional. Fue una etapa linda de mi vida, pero ahora disfruto en el club que me vio nacer. Yo por mi forma de ser, padecí más que un jugador normal, de los que se ven ahora. El solo hecho de la exposición o que te hagan sentir una estrella, sinceramente nunca me gustó. Siempre era un desgaste salir a la calle en Buenos Aires o en Rosario que fueron los clubes más conocidos y grandes que estuve. Eso ayudó a que uno se vaya desgastando en su interior”, reveló el ex lateral de River, que en 2008 se consagró campeón con el Millonario.
“Yo me sentía bien, quizás podría haber seguido jugando en el fútbol profesional, porque nunca tuve lesiones. La muerte de mi hermano fue la gota que rebalsó el vaso, pero antes de eso ya lo venía procesando. No me sentía cómodo, me gustaba jugar al fútbol y me sigue gustando, pero esa parte del profesionalismo llevó a que en algunas ocasiones llegue a bloquearme, a pasarla mal en las concentraciones antes de los partidos. Me ponía nervioso y no quería estar ahí, llegué a ese grado de no querer estar en ese lugar”, expresó.
Fue una etapa muy dura, que como aseguró Villagra no estuvo directamente relacionada con la muerte de su hermano. “Me ha pasado de estar en partidos y disfrutar lo que hacía. Es difícil explicarlo. Dirán ‘¡este está loco!’, pero no disfrutaba de todo lo que generaba el fútbol profesional. Muchos relacionaban mi retiro del profesionalismo con lo de mi hermano, pero no fue todo por eso. Realmente es muy difícil hacer amigos en el fútbol profesional, porque hay muchos intereses. Yo en el fútbol tuve trato de compañeros y no de amigos”.
Y agregó: “Era difícil de explicar y que el resto me pueda comprender, porque supuestamente era el sueño de toda tu vida: jugar en primera división y cuando estás en ese sueño y pensás en todo lo que lograste, es como que cuesta hacerle entender al resto lo que te pasa. En el último tiempo de Rosario Central comencé a vivir todas estas situaciones. Era muy difícil disfrutar del fútbol porque se juegan muchas cosas. Está todo bien, entrás a jugar a lo que te gusta, pero ya tenés otra responsabilidad. Para mi sería más fácil disfrutar tirando un caño dentro del área, pero no lo podía hacer, ya no lo disfrutaba. No te quiero decir que toda mi carrera la padecí, pero los últimos años me pasó eso”, reveló.
Sin embargo, el fútbol sí le dio momentos maravillosos. Como cuando conoció a Diego Armando Maradona. “Me tocó debutar en la selección argentina en un par de amistosos y que Maradona haya sido el entrenador fue como un sueño doble”, reconoció, orgulloso. Y a la hora de recordar alguna anécdota con el mejor jugador de todos los tiempos, no dudó en contar una que lo pintó a Pelusa de cuerpo entero.
“Lo más loco que me pasó con él fue que en su primer partido en Escocia donde a mí no me tocó ingresar y no tuve participación. Lo primero que hizo (Maradona) fue a venir a disculparse. Tuvo ese gesto en el vestuario y yo le dije: ‘¡Cómo me vas a pedir disculpas!. Esa misma noche en Escocia, yo tenía pensado que firme la camiseta y cuando tomé la decisión de encararlo, justo él se da vuelta y a mí se me cayeron las medidas por los tobillos. Yo quería que me firme la camiseta, no pude y es de algo que me arrepiento, hasta el día de hoy. Tenía ganas de decirle, no me pusiste, pero firmame la camiseta y quedamos a manos”, se lamentó.
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