Sigue delicado el panorama en Israel y el grupo terrorista Hamas, donde hoy se supo que a los embates se sumaron tres cohetes desde el Líbano, cerca del foco de conflicto en Tel Aviv donde hay dos futbolistas argentinos que juegan en el Hapoel Beer Sheva. Uno de ellos es Mariano Bareiro, quien contó detalles de cómo vive esta dramática situación.
En diálogo con 947 Radio, el volante indicó “Hoy ya no hay vida normal. Da mucho miedo lo que está pasando. La gente de acá te dice que para ellos es algo normal, que están acostumbrados a los bombardeos, a las alarmas, a meterse en el cuarto de seguridad, pero ya tomó una dimensión más grande”.
“Cuando vine a Israel lo hice con muchos prejuicios por toda esta situación en la Franja de Gaza y que tenía que estudiar el tema. Pero llegué y me encontré que acá hay calidad de vida y me sentí bastante a gusto. Hasta este punto la pasé bárbaro. En lo futbolístico, la vida social, conocer lugares históricos, el país, todo estaba perfecto. Pero ya con esta situación el tema se complicó”, explicó.
“Cuando llegué a Israel y empecé a buscar el lugar dónde vivir me encontré con una habitación diferente que acá la llaman ‘cuarto de seguridad’. Esta habitación es obligatoria en todas las viviendas. Desde el momento que suena la alarma, tenemos como 30 segundos para ir al cuarto reforzado”, contó respecto del búnker, situación similar a lo que expresó su compañero en el equipo hebreo, Marcelo Meli.
“Ante una situación de peligro, no es que la alarma la escuchás de una. Acá te avisan antes y te dicen por ejemplo ‘a las doce de la noche puede haber un ataque de la Franja de Gaza’”, describió.
De todas formas aclaró que “escuchar las alarmas es algo paralizante”. Y agregó: “Te tenés que guardar para protegerte y escuchás el descontrol de afuera. En una película cuando escuchás las alarmas porque sabés que es algo jodido, pero acá es la vida real”.
“Hace dos días fue la noche más larga y recién me pude dormir a las 7:30 de la mañana. Acá los bombardeos son más de noche que de día. Todos están metidos en sus casas y acá todo el tiempo están pasando aviones caza”, agregó.
“Hay una cortina de defensa de Israel que cuando está cayendo un misil se lo hace explotar en el aire, pero esas explosiones suenan con todo”, apuntó sobre escudo aéreo llamado “Cúpula de Hierro”. Sin embargo, antes de este contexto el clima era muy bueno y el jugador de 26 años así lo resaltó: “Desde que llegué a Israel, en septiembre pasado, nunca me pasó nada”.
Por otro lado, subrayó cómo fue el sistema vacunatorio en plena pandemia de COVID-19. “Acá, ni bien llegaron las vacunas, cada uno iba por su cuenta y te vacunabas. Cualquiera que vaya, aunque seas extranjero, te vacunan. Te dan las dos dosis con dos semanas de diferencia. Igual tenés que tener el cuidado porque más allá de estar vacunado podés llegar a enfermarte”.
Sobre el fútbol local dijo que “se vive de manera bastante apasionada. Por un lado, está bueno porque se está más acostumbrado a ese tipo de vida, porque se vive parecido a Argentina”.
En relación a su contrato, contó: “Tengo un préstamo con opción de compra que termina pronto (30/06/2021). Lo primero que quiero ahora es llegar a mi casa y estar con mi familia. Por eso del coronavirus hace mucho tiempo que no los veo”, aseveró el jugador cuyo pase pertenece a Racing.
Aunque planteó: “Más allá de esta situación, me gustaría seguir jugando acá. Sea en este club o en otro de Israel. La vida acá es muy buena y sigo pensando que me gustaría quedarme”.
No obstante, sabe que el panorama está difícil para retornar al menos en el corto plazo: “Hasta que se calme la situación lo más seguro es quedarme acá. Por más que te puedas subir a un avión y volverte, con lo que está pasando puede pasar cualquier cosa”.
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