El partido entre River y Junior de Barranquilla en Colombia corrió riesgo de llevarse a cabo debido a una multitudinaria manifestación en las afueras del Estadio Romelio Martínez, escenario donde jugó por la Copa Libertadores. Marcelo Gallardo y sus futbolistas demoraron a la hora de realizar la entrada en calor debido a los gases lacrimógenos que fueron lanzados en las inmediaciones de la cancha, en los enfrentamientos que se produjeron entre la policía y los manifestantes.
Luego, durante el encuentro también se oyeron detonaciones y promediando la primera etapa del encuentro en Barranquilla el árbitro uruguayo Esteban Ostojich interrumpió por unos minutos el desarrollo del juego debido a que varios futbolistas se vieron afectados por dichos gases lacrimógenos.
Jaime Pumarejo, alcalde de Barranquilla, explicó lo ocurrido previo al encuentro. “No hay ningún contratiempo, en las afueras hay no más de 200 jóvenes que la fuerza pública los separó para que no ingresaran. Hubo una escaramuza, pero se está controlando. No hay ningún altercado. De hecho, Gallardo pidió que se pusiera música para calmar el ambiente, para distensionar un poco el ambiente. No va a haber ningún problema”, aseguró.
En diálogo con TYC Sports, Pumarejo explicó qué fue lo que pasó y cómo pudieron controlarlo: “Cuando vimos que se acercaba la hora del partido y no abandonaban el lugar, empezamos a repeler y retirar a la gente. Ya se han dispersado a las personas y seguimos manteniendo el perímetro de seguridad. La fuerza pública no va a responder al choque con violencia, sino con disuasión”.
Y agregó: “Son unos 200 jóvenes, no se corre ningún peligro. Quedan muy pocos manifestante que están a varias cuadras del primer anillo de seguridad, fuera del estadio. No hay ningún riesgo de que lleguen al estadio y hay suficiencia de fuerza publica, no vamos a tener que utilizar gases durante los 90 minutos de partido. Damos tranquilidad porque restablecimos el perímetro antes del partido”.
“El partido no se va a jugar”, fue el contundente mensaje que bajó uno de los líderes de la marcha en las primeras horas de la tarde, que alertó a las autoridades y fuerzas de seguridad locales. Lo cierto es que se montó una fuerte presencia policial no solo en el estadio, sino también en la concentración de River desde la noche del martes, donde también se produjeron incidentes.
Porque apenas arribó el plantel comandado por Marcelo Gallardo, tras más de seis horas de vuelo desde Buenos Aires, un grupo de manifestantes se apostó en la puerta del hotel Hilton Garden, donde quedó concentrado el equipo argentino. Además de los simpatizantes millonarios integrantes de una filial, según informó la prensa local, la policía debió actuar para dispersar a un grupo que intentó ingresar a la concentración para sabotear la llegada de River.
La crisis socio-política que atraviesa Colombia se trasladó hacia el fútbol, razón por la cual varios encuentros debieron postergarse y cambiar de sede debido a los graves hechos de violencia ocurridos en todo el país vecino. El Estadio Romelio Martínez se encuentra ubicado en la ciudad colombiana de Barranquilla y cuenta con una capacidad de para albergar a 8600 espectadores. Sin embargo, en este encuentro no contará con público debido a la pandemia del COVID-19.
River enfrentó a Junior, en la calurosa ciudad colombiana de Barranquilla, por la cuarta fecha de la Copa Libertadores en la antesala del Superclásico del domingo contra Boca por los cuartos de final de la Copa de Liga. El partido válido por el grupo D se jugó con el arbitraje del uruguayo Esteban Ostojich y transmisión de ESPN.
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