Desde algún lugar remoto, custodiada por la Policía y viviendo como testigo protegida, J.R. tuvo una sensación de alivio. Su historia la había contado Infobae la semana pasada. Allí, por primera vez ella narraba cómo fue abusada por el dirigente político Mariano Mera Figueroa y cómo, tras haberlo denunciado en Morón por ese delito sexual, el hijo del ex ministro del Interior durante el gobierno de Carlos Menem la mandó a secuestrar en connivencia con la barra brava de Boca para hacerle cambiar la declaración en la Justicia. Y este mediodía llegó el veredicto por este segundo delito: el Tribunal Oral 10 a cargo de los magistrados Marcela Rodríguez, Silvia Mora y Alejandro Noceti condenó a cinco años y medio de prisión a Osmar Moyano y Ernesto Duarte como autores. Si bien la pena es más baja que la de 11 años pedida tanto por el fiscal Oscar Ciruzzi como por los abogados de J.R., Nicolás Rechanik y Romina Avila, es de prisión efectiva y además debería ahora impulsar la causa por abuso sexual que está extrañamente dormida en Morón.
¿Por qué no se condenó también a Mera Figueroa? Porque está prófugo de la Justicia hace dos años y habrá que encontrarlo para después juzgarlo. Pero el fallo tiene una particularidad para nada menor: los jueces extrajeron testimonios y decidieron que se investigue como presuntos coautores a Rafael Di Zeo y Norberto Cibile, el famoso Turco de La Boca, hombre clave en el grupo del barrio de La Doce, ya que el fiscal dio por probado durante el proceso que toda la acción tuvo la coordinación de la barra brava. Tremendo.
Para entender la historia hay que remontarse años atrás, cuando empezó el calvario de J.R. “El padre de mis hijas trabajaba para Mera Figueroa cuando éste era asesor en la intendencia de Merlo. Le habían conseguido un puesto aunque a la Municipalidad iba solo el día que cobraba, después se la pasaba haciendo política. Cuando nos separamos él deja de pasarme plata y, desesperada, porque tenía que mantener a mis dos hijas, acepto trabajar para Mera en su casa con la promesa de un puesto municipal. Y un día pasó lo que pasó. Yo lo denuncié y me fui a vivir primero con mi abuela y después a La Boca, donde era amiga del Turco, que lideraba al grupo del barrio de La Doce. Yo siempre fui a la cancha con ellos, porque el Turco manejaba las entradas, los molinetes, nos hacía entrar gratis. Así fui conociendo a todos los de la barra. Jamás pensé que ellos podían llegar a entregarme”.
Pero su pálpito falló, la secuestraron y el fiscal cree que Di Zeo fue clave presentando como pruebas un intercambio de Whatsapp con Mera Figueroa, donde en uno de esos mensajes el líder de La Doce le dice: “Mirá que la estuvieron buscando en la cancha y no la vieron, pero si no es hoy, es el domingo”. Y finalmente fue, no un domingo, sino un miércoles de Copa Libertadores, el 19 de octubre de 2018, tras la victoria frente a Cruzeiro en el partido de ida de cuartos de final. Y así lo narraba J.R. “Yo me entero de que ellos me entregaron cuando estaba secuestrada. Supe que cuando empezó la movida a Rafa le preguntaron por mí y dijo ‘no tengo idea de quién es’. Entonces le mostraron una foto del Turco para decirle ‘se junta con este chabón y su gente’ y Rafa pidió que se lo trajeran y entendieron que era la pieza fundamental para hacerme algo. Ahí me cerró lo que viví esa noche contra Cruzeiro, que fue la última vez que pisé la cancha, porque me miraban mucho, venían atrás donde yo estaba o desde el paravalanchas me marcaban y yo no entendía nada, pero me daba cuenta de que había una onda como ‘es ella, es ella’. Y después me enteré de que mi foto circuló por el grupo de la barra con el texto ‘el que la ve, avise’. Después que me llevaron, termino en una casa en Moreno donde aparece Mera con un abogado y me dicen: ‘Vos decís esto, esto y esto y te vas con las nenas de nuevo (por sus hijas) y acá no pasó nada’. Es más, Mera me agrega: ‘Yo hablé con Rafa y ni se te ocurra mencionar que te llevó la barra de Boca. Hacé un video para Facebook diciendo que estás bien, que te fuiste por tu propia cuenta y si sale todo bien, el domingo Rafa te lleva al paravalanchas y te para al lado suyo en el Superclásico (Boca-River se jugó ese domingo 23 de octubre de 2018)”.
Por suerte para ella, en un descuido de sus captores pudo tomar el celular y mandar un mensaje a una amiga para contarle lo que estaba pasando. Al rato, la brigada antisecuestros de la Policía Federal la liberaba y pasaba a integrar la lista de testigos protegidos del Ministerio de Seguridad. Ahora, casi tres años después, J.R. consigue que sus secuestradores sean condenados por la Justicia. “Es una victoria a medias porque por un lado los condenan pero, por otro, por secuestrarme y lastimarme sólo estarán presos seis años. Acá falta además que busquen a Mera y ver quiénes me entregaron”, le dice ahora a Infobae. Esas dos cosas pide J.R. y sobre eso trabaja la Justicia. Para el político se puso una recompensa de medio millón de pesos para quien entregue información fehaciente sobre su paradero para después poder juzgarlo por el secuestro, pero fundamentalmente por el abuso sexual. Y sobre La Doce, el Tribunal ya ordenó que vaya a sorteo la nueva causa para investigar la participación concreta en toda esta historia de Rafael Di Zeo y el Turco, aquellos jefes de La Doce que decían protegerla y que según cree la Justicia, la habrían entregado.
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