“Esto es una locura, el teléfono me explota. Me felicitaron desde Bizarrap hasta Pedro Alfonso, pasando por Justin Holiday, el jugador de los Pacers… Ni hablar de Facu (Campazzo). Apenas dormité una hora. Aún no caigo, no lo puedo creer. Tengo tantas cosas en la cabeza…”. Florencia Chagas se ríe cuando cuenta cómo la emoción todavía la mantiene despierta, pese a una noche de locos en su departamento de Empoli, Italia. Nuestra embajadora de 19 años vivió sola la elección que marcó otro hito en la historia en el básquet –y el deporte- argentino. Apenas una llamada, en vivo, con su familia. “Fue muy emocionante, sobre todo cuando vi a mi papá y mamá explotar de alegría…”, cuenta quien es la imagen del Proyecto Nacional Formativo lanzado por la Confederación Argentina de Básquet en diciembre (busca el desarrollo en todo el país de chicas de 13 a 17 años).
Fue un día a pura adrenalina para esta base-escolta cuyo pase pertenece al Familia Schio pero ahora se está destacando en el USE Basket de la Lega (promedia 9.3 puntos, 2.2 rebotes y 1.6 asistencia en 24 minutos). “Hasta ayer a la tarde no me iba a anotar en el draft, pero cuando terminé de jugar (NdeR: partido de playoffs), me llamó mi agente en la WNBA y me dijo que el panorama había cambiado mucho. Me contó que había tres equipos interesados pero que uno, incluso, me había puesto en una lista corta que además necesitaba que firmara una autorización para que la WNBA pudiera usar mi imagen durante la transmisión del draft. Me dijo que no había certezas, pero que era una oportunidad que teníamos que aprovechar”, detalla. Horas después la ilusión creció, cuando ese equipo que la había puesto en la lista corta, le pidió su número de teléfono. Y esa franquicia era justamente Indiana Fever, la que la terminaría eligiendo en el puesto N° 31 (#7 de tercera ronda). “Eso fue tremendo, me dio más ilusión pero también nervios. No había seguridad de que me seleccionaran, porque el draft es un dominó de fichas que puede darse a favor o en contra. Yo tuve suerte, se dio cómo esperaba Indiana y me eligieron. No puedo estar más feliz, estoy soñando con los ojos abiertos”, revela quien saliera de Casa de Padua y luego pasara por Vélez, Indios de Moreno y Berazategui (integró el equipo que jugó la primera Liga Femenina argentina).
Flor, quien saltó a la fama mundial en 2018 cuando hizo el primer triple doble en la historia de un Mundial U17 (17 puntos, 12 rebotes y 12 asistencias contra España), reveló qué fue lo primero que se le cruzó en su cabeza cuando escuchó su nombre en la transmisión. “Muchas cosas, pero sobre todo se me cruzaron cada paso que di en mi carrera, desde mis inicios, pero sobre todo los más difíciles, cuando tomé la decisión de dejar mi casa a los 16 años para venirme a vivir a otro continente, a otro país, con otro idioma… Viví cosas difíciles, la pasé mal, pero nunca aflojé. Sabía lo que quería, cuál era mi objetivo… Tuve claro que debía aguantar y seguir, aunque estuviera triste o mal… Y salí adelante y hoy también soy lo que soy y vivo lo que vivo porque pude superar aquellos momentos. Por eso también estoy feliz y orgullosa, por haber tomado cada decisión y aguantado los momentos difíciles”, explica con la madurez de una adulta.
-¿Cuáles fueron esos momentos difíciles y de tristeza?
-Mis primeros años en Italia, fueron muy complicados. No hablaba el idioma y vivía con una familia que no era la mía, que tenía su ritmo, su dinámica y no era lo más cómodo para mí. No pasaba nada grave, pero no es sencillo para una chica de 16, 17 años... Pero por suerte pude focalizarme en lo que quería, como era dedicarme 100% al básquet. Aproveché el entrenar en doble turno, algo que en la Argentina no pasaba porque el club me quedaba a una hora de viaje desde mi casa. Poder meter mi cabeza y cuerpo en ser 100% como jugadora profesional fue algo determinante. Hoy miro cómo estaba antes y cómo estoy ahora y me doy cuenta todo lo que sirvió aguantar… Porque cambié mí físico, mi manera de jugar y hasta de entender el juego…
-Y un crecimiento grande en lo humano, en lo emocional, imagino.
-Sí, claro. Todas las cosas que uno pasa, tan fuertes, te hacen crecer y madurar mucho. Tres años sola en Italia son como 20 en Argentina (se ríe). Acá tuve que solucionar todo yo. Aprendí a eso, a ser independiente, a aguantar, a ser disciplinada. Crecí mucho, la verdad. Porque además pagué mucho derecho de piso porque en el Schio era la pendeja.
-¿Qué te hacían hacer las veteranas en Schio?
-De todo. Llevar el agua, las pelotas, las valijas en los viajes, quedarme juntar las cosas después de cada entrenamiento, como pelotas o sudaderas... Si alguien se olvidaba algo, me llamaban a mí (se ríe).
-Imagino que anoche habrá cambiado esto, que te habrán llamado para felicitarme, ya no sos la Florcita que era la cadeta del equipo…
-(se ríe) Sí, es verdad, llamaron varias para felicitar. Cambió un poco todo con esto (se ríe).
-¿Qué sabés de Indiana? Imagino que te llamaron anoche, pero no sé si tenés alguna certeza de cómo puede seguir esto.
-Sí, anoche me llamó un asistente para felicitarme pero no mucho más por la hora. Quedamos en volver a hablar hoy para ver si debo ir al training camp, saber cuáles son sus planes. Sobre el equipo tampoco no sé tanto porque, por los horarios, se me complica ver siempre la WNBA.
-Lo bueno es que las fechas de los torneos en Europa y la WNBA no se superponen. Tal vez podrías jugar ambos.
-Sí, es verdad. Los tres meses que hay WNBA es el parate acá. De hecho hay varias jugadoras que aprovechan eso para jugar en ambos lugares. Yo voy a ver qué quieren, pero estoy disponible. No voy a tener mucho descanso, pero es un sueño jugar allá y puedo bancármelo (se ríe).
-¿Suponés qué te van a proponer?
-No, no sé qué pensar, si quieren que vaya ya con ellos (NdeR: la temporada arranca el 15 de mayo) o no, tal vez el año que viene. Yo estoy a disposición.
-¿Esto puede complicar tu disponibilidad para la Selección?
-Habrá que ver cuán flexible es Indiana, si es que me convoca… La celeste y blanca siempre será muy importante y siempre querré estar.
-Y por lo que has visto, por cómo se juega y tus características, ¿sentís que podrías jugar ya en la WNBA o que te falta crecer como jugadora?
-Es otro básquet, bien americano, con un ritmo más veloz, con más corrida y tiros. Lo veo y lo noté cuando enfrente a jugadoras en campus internacionales que realicé. En Europa se juega más pausado, pensado, con menos vértigo. Yo creo que puedo jugar, aunque deberé hacer una adaptación, como hice en Europa cuando llegué desde Argentina.
-Uno de tus espejos es Campazzo y justamente Facu subió anoche una foto de ambos, de hace años, para felicitarte.
-Sí, una locura, no lo podía creer cuando la vi. Es una foto del 2016 que nos sacaron y ni yo me acordaba que existía. Fue especial que me felicité Facu, ahora espero el de Manu (se ríe).
-Por último, hablando de Facu, no sé si viste el video de cuándo, a comienzo de temporada, entra por primera vez al Ball Arena, mira para arriba y suspira, no pudiendo creer donde está. En ese momento no es el Facu famoso, héroe del Real Madrid, es el pibe que soñó con la NBA. ¿Te imaginás ese momento, fantaseás con eso?
-(suspira) Y sí, claro. En realidad, todavía no caigo, cuando me pongo a pensar, no lo puedo creer. Pero, por otro lado, sí se me cruza por la cabeza vivir un momento así, aunque yo, en vez de suspirar, creo que me voy a desmayar en ese momento.
-¿Sos de volar con tu cabeza, de imaginarte esas cosas?
-Sí, soy de hacerlo, imagino mucho, y trato de hacerlo porque soy una convencida que eso me ayuda y me empuja. Dicen que si lo podés imaginar, lo podés lograr. Y yo esto lo imaginé tanto que siento que me ayudó a poder concretarlo. Pero también es verdad que esto no es punto de llegada. Es un punto de partida. Ahora me debo esforzar el doble de lo que estaba haciendo.
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