Gabriel Deck se prepara para cumplir uno de los sueños que persiguió desde chico: jugar en la NBA. Desde hace tiempo habitué en la Selección argentina de básquet y habiendo llegado a Europa tras consagrarse a nivel nacional, el Tortu fue contratado por Oklahoma City Thunder y ya se despidió del Real Madrid en las redes sociales.
“He pasado momentos hermosos e inolvidables en este club. Me llevo los mejores recuerdos”, mencionó el basquetbolista de 26 años, quien ya se imagina en la liga de baloncesto más importante del planeta. “Ahora me espera otro desafío, para mi vida y mi carrera. Cuando era chico y jugaba con mi hermano Joaquín, soñaba con la NBA. Era algo muy lejano. Hoy voy a tener la posibilidad de estar ahí”, expresó.
Mientas algunos debaten las condiciones del santiagueño que a nivel nacional vistió los colores de Quimsa y San Lorenzo y se filtró cuántos millones embolsará durante su contrato con la franquicia de Oklahoma City (se aseguró el primer año de vínculo con opción a extenderse a otros tres), Deck se centra en disfrutar de su actualidad y se pone a punto para tener su bautismo en la NBA.
El argentino que se sumará a Facundo Campazzo (Denver Nuggets) en la liga norteamericana se convertirá en el 14° argentino en jugar en la NBA. Los dos primeros en tener minutos en la liga norteamericano fueron Juan Ignacio Sánchez (Philadelphia 76ers) y Rubén Wolkowyski (Seattle SuperSonics) en el 2000. Los otros fueron Emanuel Ginóbili (San Antonio Spurs), Carlos Delfino (Detroit Pistons), Andrés Nocioni (Chicago Bulls), Fabricio Oberto (San Antonio Spurs), Walter Hermann (Charlotte Bobcats), Luis Scola (Houston Rockets), Pablo Prigioni (New York Knicks), Nicolás Laprovittola (San Antonio Spurs), Nicolás Brussino (Dallas Mavericks) y Patricio Garino (Orlando Magic).
Nacido en Colonia Dora, Santiago del Estero, de chico, Gaby prefería el fútbol. “Ojo que era bastante bueno, goleador, soñaba con ser futbolista profesional”, contó. Pero su hermano lo convenció de intentar con el básquet. “Me llevaba a jugar al club Mitre pero yo me volvía porque no me gustaba el básquet… Hasta que vi por TV un partido de la Liga Nacional y me encantó”, relató sin recordar qué clubes se enfrentaban ni qué jugadores lo cautivaron. Así fue que agarró viaje, se apasionó con el deporte y empezó a dividir el tiempo de juego entre el patio de su casa y la cancha de baldosas de Mitre.
Pero, claro, como hijos varones de una familia muy humilde, ambos también debían trabajar. Lo hacían en los campos de alfalfa, ayudando a su padre, al rayo del abrasador sol santiagueño. O limpiando el interior de los micros de larga distancia en la empresa en que papá Carlos era chofer. Hasta que un día dijeron basta. “Eran las 2 de la tarde, hacía un calor bárbaro y estábamos con Tortu en la bodega de uno de los colectivos. Sofocados, cansados… Y recuerdo bien lo que le dije”, detalló el hermano mayor.
-Nos vamos, Gaby. Así no podemos seguir. Vámonos a Santiago, a Quimsa, a probar… Vamos a intentarlo a la capital.
Luego, es historia conocida. Liga Nacional, selección argentina, Europa, Real Madrid. Y la NBA, apenas un escalón en una novela que recién se está escribiendo.
LA CARTA DE GABRIEL DECK
“Hola a todos. Quiero aprovechar estas líneas para despedirme de toda la gente del @realmadridbasket. De los aficionados, que me cobijaron desde el primer día que llegué al club, de los compañeros que tuve en estos tres años, y de cada uno de los integrantes del staff. He pasado momentos hermosos e inolvidables en este club. Me llevo los mejores recuerdos. Ahora me espera otro desafío, para mi vida y mi carrera. Cuando era chico y jugaba con mi hermano Joaquín, soñaba con la NBA. Era algo muy lejano. Hoy voy a tener la posibilidad de estar ahí. Agradezco a todos los que me han acompañado en el camino. A mi familia, a mi novia Tamara, a mis amigos y a toda la gente que me ha escrito en estos días. Fueron muchísimos. MUCHAS GRACIAS!”.
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