Manu Ginóbili, a corazón abierto: el golpe más duro de su carrera, el día que casi pierde la vida en la ruta y el análisis de Campazzo y Deck en la NBA

El bahiense contó cómo llevó adelante el proceso de su retiro y también dio su visión de los argentinos en la liga más importante del mundo

Guardar
Manu Ginóbili habló a corazón
Manu Ginóbili habló a corazón abierto de su carrera y de su actualidad tras el retiro

Emanuel Ginóbili pasa sus días en San Antonio, Texas, disfrutando de un nuevo hobbie: el ciclismo. El retiro del básquet, ocurrido hace casi tres años, no ha traído mayores problemas o complicaciones en su predisposición hacia la vida. Por el contrario, ha encontrado el tiempo para dedicarse a su familia y a nuevos intereses. “La presión que tenía se disolvió y hoy vivo en tranquilidad”, aseguró el bahiense.

En una charla con el programa Todo Pasa de Radio Urbana, Manu repasó diversos momentos de su carrera, de su vida personal y de su actualidad, alejado del básquet. Además, como la voz autorizada que es, analizó el presente de Facundo Campazzo en Denver Nuggets y el próximo desembargo de Gabriel Deck en Oklahoma City Thunders.

El primer año después de mi retiro no debo haber visto más de un partido y medio. Solo miré los playoff de San Antonio, pero miraba muy poco. Ahora de a poquito se va incrementando más. Primero porque a mis hijos ya les gusta el básquet, siguen jugadores y eligen sus equipos, y segundo porque ahora está Facu (Campazzo) y quiero que le vaya bien. Ahora se viene también el Tortu (Deck), después (Leandro) Bolmaro y ojalá se le dé pronto también a (Luca) Vildoza. Ahora uno tiene más piel dentro de la cancha, pero al principio necesitaba desintoxicarme y miré poco”, reconoció.

Respecto del presente de Campazzo en Denver, Manu reflexionó: “Tiene un equipo muy bueno adelante, con jugadores de mucho gol. Es un equipo en el que el centro lleva la pelota y tiene probablemente a uno de los mejores pasadores. Necesita tiempo, que lo conozcan sus compañeros, que entiendan todo lo que pueda dar. A todos nos pasó de tener que pelearla, hacerse un nombre, que te respeten. Nos pasó a Chapu (Nocioni), a Luis (Scola), a mí. Todos tuvimos que empezar de a poquito y ganarnos un lugar. Facu está haciendo eso y lo está haciendo excelente. Hay que tener paciencia, esto es partido a partido”.

El ciclismo es el nuevo
El ciclismo es el nuevo hobbie del bahiense

El ex número 5 de la selección argentina, destacó la carrera en ascenso de Deck y recordó el día que habló con Kobe Bryant sobre él durante el Mundial de China 2019: “Tortuga venía en una carrera muy saliente, comenzaba a tomar protagonismo en el Real Madrid y a nivel mundial empezó a mostrar su atributos. Kobe lo vio antes que yo y en los últimos dos años ya me iba preguntando más seguido. Yo estaba en San Antonio el día del draft que le correspondía a Deck, hace tres o cuatro años y no lo eligieron. Tortuga estaba último entre los proyectos de San Antonio en su rol y eso me quedó grabado en la memoria. A partir de ahí siguió creciendo, lo mostró en el Mundial y ni hablar en Madrid. Ahora se le va a dar la oportunidad y estoy muy contento por eso”.

En ese sentido, recordó lo difícil que fue su primer año en la NBA con la camiseta de San Antonio Spurs: “Estaba frustrado por una lesión que tenía. Me había lesionado en la semifinal del Mundial, entonces jugaba cinco partidos y me doblaba de nuevo, me resentía. Estaba desesperado por mostrarle a todo el mundo lo que podía hacer en la NBA y ganarme la confianza, y tenía estos tropezones. Muchas veces me tocaba ir a un rinconcito y esperar mi turno. primer pick and roll lo debo haber jugado a mitad del segundo año. Son cosas que pasan. Uno va ganando la confianza y su lugar de a poquito. Hoy el básquet es muy distinto a como era hace 20 años, es más dinámico. Antes era más aburrido y más lento. Hoy hay más oportunidades con tantos pases y gente corriendo para todos lados”.

De cara a los Juegos Olímpicos de Tokio, dio su visión sobre la actualidad de la selección argentina: “Lo que hicieron en China fue increíble, algo inesperado, que sobrepasó toda expectativa, fue conmovedor. Obviamente que ilusiona, uno espera que por la madurez de los jugadores puedan lograr algo similar. A veces no jugás solo, no depende exclusivamente de vos: depende de los rivales, de la zona, de cómo te va en un partido. Este presente de muchos de los chicos de la selección, de este pibe que juega en Varese, ¿cómo se llama? ¡Scola! (risas), ilusiona. Ahí estaremos hinchando desde lejos, no creo que me dejen entrar a Japón para ver los JJOO”.

Ya en el plano personal, Manu contó una anécdota personal muy fuerte: dio detalles del día en que casi pierde la vida en un accidente automovilístico. “Volviendo de mi Luna de Miel, manejando de Villa La Angostura a Bahía Blanca, nos agarró una tormenta de nieve, nos retrasamos y tuvimos que atravesar el valle de noche. Yo venía a 100 kilómetros por hora. Un auto venía de frente lo vi primero a 100 metros, después a 30, después a 20. Me tiré a la banquina, tiré el volantazo y empecé a derrapar en el costado de camino, entre las piedras. No había arboles, personas ni barranco y zafé. El auto se frenó solo. Dejé a mi mujer y a mis suegros y me fui a caminar solo, respirando hondo. Fue tremendo cag..., el más grande de mi vida”.

Por estos días, más allá del ciclismo, Manu se encuentra adentrándose en el mundo de las criptomonedas. También disfruta de estar con su familia, de hacer deporte y de la flexibilidad de volver a la Argentina cada vez que lo desea. De hecho, entre diciembre y enero aprovechó para regresar a su país y pasear por este lado del continente.

Esta actualidad que hoy disfruta era su gran deseo cuando planificó su retiro: “Mi decisión no fue apurada, mi carrera no fue trunca a los 30 años y me quede con ganas de hacer cosas. Yo lo venía barajando en los últimos cuatro o cinco años, a veces por desilusiones, por no tener ganas o porque ya lo había madurado. Lo venía procesando de a poquito. Esta libertad de hacer lo que quiero hacer y de la forma que quiero sin que nadie me ponga nada en la agenda ni me diga cuándo entrenar o de qué manera, toda esa presión se disolvió y vivo en tranquilidad. Tengo una familia maravillosa y puedo disponer de mi tiempo en San Antonio y también en la Argentina”.

Ginóbili se retiró en 2018,
Ginóbili se retiró en 2018, a los 41 años (NA)

Finalmente, Manu dio detalles de cuál fue el momento de quiebre de su carrera, aquel que más lo golpeó y que lo obligó a replantearse muchos aspectos de su trayectoria profesional. “El golpe anímico y mental que sufrí en 2013 fue muy duro de digerir. Estábamos jugando la final de la NBA después de seis años y yo estaba en un proceso de cambio físico y mental: de decir no soy más el que era. Eso no es fácil de digerir, lleva un proceso, y a mí me agarró en pleno playoff y finales”, relató.

Luego, continuó: “Sentía que había desilusionado a todo el mundo, a mi familia, a mis compañeros, al cuerpo técnico, a mi carrera. De lo que yo tenía en mi cabeza que podía hacer, no hice nada. Sentí que perdí yo las finales de la NBA. No sabía si me iba a reponer. Estuve un mes lidiando conmigo mismo y con la almohada. Al final logré mi cometido: pude hablarme más cariñosamente y no tan asesinamente. Eso conllevó una maduración más humana. Empecé a aceptarme como lo que era: un tipo más, que no le iba a ganar nunca al tiempo. Empecé a aceptar mejor, a entender mejor y a perdonar más. Así, mis últimos tres años fueron los mejores de mi carrera. Más allá de puntos o de las victorias, fue cuando mejor me sentí adentro de una cancha”.

Y, sobre el aprendizaje que le quedó hasta su último día como profesional, recalcó: “Cambié las prioridades, empecé a valorar más el lugar donde estaba, ya no me importaba solo si salía campeón”.

SEGUIR LEYENDO:

Guardar