Tiro Federal de Cosquín y San Lucas se enfrentaban por la Liga de Punilla en el Polideportivo de San Antonio de Arredondo. Transcurría el primer tiempo, cuando un inquietante suceso dejó el partido en un completo segundo plano. Baltazar, un bebé de un año, se había broncoaspirado, dejó de respirar. Fue ahí cuando Germán Luján, futbolista de Tiro, junto a David Quevedo, su compañero de equipo, acudieron al rescate. El primero, que además trabaja como sargento del Escuadrón Motorizado de la Zona II de la Departamental Punilla, le practicó la maniobra de Heimlich. Y los trabajos de reanimación surtieron efecto: jugadores, cuerpos técnicos, árbitros y espectadores le dedicaron la ovación más emocionante de su vida. “Estuvimos dos a tres minutos llorando de la emoción hasta que pudimos seguir jugando”, contó Luján en diálogo con Telefe Córdoba.
“Soy papá de dos niñas, eso me motivó para actuar rápidamente y de manera profesional, pensaba en ellas luego de lo que pasó”, relató Germán en el sitio de la Policía de Córdoba. Inmediatamente después, el bebé fue trasladado al hospital, donde terminó de reponerse.
“Balti estuvo a la tarde comiendo tutucas, después le agarró sueño, Cristian -su papá- me lo llevó hasta el auto, le di la teta, y a los segundos se quedó como sin aire”, comenzó su mamá el angustiante relato de lo ocurrido. “Empecé a gritarle a Cristian, le pedí que buscara a la enfermera, y él se metió con el bebé en brazos a la cancha”, continuó. Allí intervino primero Quevedo, que además de futbol es guardavidas en Cosquín, localidad con bellas playas a orillas del río. “Le empezaron a hacer las primeras tareas de reanimación, pero se empezó a poner morado, no volvía. Yo en ese momento me senté en un banco, soy muy católica, creyente. Me senté en el banco y dije: ‘Ángel, bajá, porque se nos va’”, detalló sobre el momento más desesperante.
Fue ahí cuando irrumpió Luján, el jugador-policía. “Veo sus ojos en realidad y... Apareció él ángel Germán, sé que primero lo asistió su compañero, pero recuerdo su mirada. Ellos estaban jugando, fue como esa confianza, esa conexión de alma, esa tranquilidad. Me entregué absolutamente a Dios y que sea lo que Dios quiere que sea”, contó la mamá, agradecida.
El futbolista-salvador ofreció su mirada de los hechos: “En un momento se corta el partido y veo ingresar al papá con el bebé en brazos. Mi compañero, que es guardavidas, se hace cargo de la situación. Fue un momento de mucho nerviosismo, con mucha gente que gritaba. Entonces me lo pasa a mí a Baltazar para que siga el trabajo. Me olvidé del entorno, traté de usar los conocimientos con los que nos capacitan. Lo trabajé un ratito hasta que llegue el servicio de emergencias. El tiempo se hizo eterno; él despide de su boquita un líquido y larga el llanto. Lo abrazo, le doy un beso como si fuesen mis hijas, y lo entrego para para que los trasladaran”.
“En el momento no tomé dimensión de lo que pasó, sólo estoy feliz de que Balti esté con sus papás”, concluyó el futbolista, que tuvo una tarde redonda: su equipo, Tiro Federal, le ganó 5-1 al local San Lucas tras su proeza.
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