La historia permaneció inalterable durante 45 años. Un hincha había intentado contactar a Ubaldo Matildo Fillol con un particular mensaje tallado en el palo del arco del Estadio Monumental. Lanzó una especie de botella al mar tras el título de River en 1975 que parecía haberse perdido en la convulsionada marea del tiempo. La magia de las redes sociales rescató el mensaje, el Pato le respondió vía Twitter y finalmente el truco se materializó.
Todo comenzó –o se reinició, mejor dicho– en enero de este año cuando la cuenta virtual del museo millonario replicó una foto de la Revista Goles de agosto de 1975 tras el título Metropolitano: “Pato vení a mi casa. Palmar 6439 (Liniers). 14/8/75. Por favor, Rubén”, le había tallado en el palo del arco un fanático misterioso al arquero.
Fillol recién tomó conocimiento de eso hace tres meses atrás al ver esta foto en Twitter y le contestó: “Hola, Ruben! Recién veo el mensaje. Abrazo del alma”. La historia pareció diluirse, pero tuvo una especie de final feliz: el enigmático Rubén es Rubén Ferrín, un hombre nacido de Liniers que revivió la anécdota con el diario local Cosas de Barrio.
“Esa noche salimos campeones acá en Vélez. Yo tenía 15 años, los había cumplido hacía cinco días, o sea que era la primera vez que veía campeón a River. Todos mis amigos eran hinchas de Vélez o de Boca, el único de River era yo, por eso iba solo a la cancha”, le relató al periodista Ricardo Nicolini en el citado medio. En el festejo, que precisamente cortó una sequía de 18 años sin títulos para el club de Núñez, se topó con un amigo que terminó siendo el cómplice de esta fantástica historia.
“Así que nos fuimos juntos en un micro a festejar a la cancha de River. Ya eran como las once y pico de la noche. Yo siempre llevaba a todos lados una birome Parker, de las retráctiles y con el metal de esa lapicera tallé el poste derecho del arco que da al Río de la Plata”, relató sobre esa travesía de adolescente en la que se encontraron un Monumental con las luces prendidas y todas las puertas abiertas, sin ningún agente de seguridad que les impidiera el camino. Síntomas de otras épocas.
“Yo quería invitarlo a comer a mi casa. Soy hijo único y vivía con mis viejos, por eso me imaginaba a los tres comiendo con el Pato, de hecho ya tenía el lugar reservado en la mesa. Por eso en realidad soy yo el que le debe una cena, él sólo tiene que aceptar la invitación. Fue el único arquero que me hizo disfrutar los ataques del equipo contrario”, comentó el hombre que pasó 24 años de su vida en Liniers y hoy reside en Merlo.
Ese título fue muy especial para el Millonario que había celebrado por última vez en el tricampeonato de 1957 de la mano de José María Minella. El equipo, que tenía figuras de la talla de Norberto Alonso, Juan José López, Carlos Morete, Roberto Perfumo y el propio Fillol, jugó el duelo definitorio ante Argentinos Juniors con una formación plagada de juveniles ya que por entonces existía una huelga de jugadores profesionales. El Pato, lógicamente, estuvo ausente.
45 años después, el alma del niño que esperó a su ídolo Fillol para compartir una cena se reactivó gracias a la magia de las redes sociales. El encuentro, que parecía haberse diluido, ahora tiene chances de ser una realidad nuevamente y todo dependerá de la evolución sanitaria: “Creo que tiene que ver con el tema de la pandemia. Pensá que el Pato ya tiene 70 años. Capaz que cuando se dé la vacuna se anima y nos encontramos”, planteó Rubén con tono de deseo. 45 años, 7 meses y 21 días después, la esperanza del hincha sigue intacta.
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