La mecha estaba encendida desde hacía rato y se terminó de consumir en las últimas horas. El rumor dejó de ser tal cuando se detonó la bomba en la cuenta de Instagram de Mario Pergolini: “Presenté la renuncia indeclinable a la vicepresidencia primera del club”. Ya no hubo tiempo para amagues de dimisión o grabaciones en la Bombonera con mensajes irónicos apuntados a los que hablaban de conflictos internos en la institución como había ocurrido meses atrás. Pergolini conoció el límite de su paciencia y optó por dar un paso al costado. Evitó referirse a detonantes particulares para argumentar su salida (o sólo los sugirió), pero lo cierto es que hubo tres puntuales.
Para comprender por qué se llegó a este punto de desencuentro entre los vices hay que remontarse al inicio de la frustrada convivencia, la campaña por las elecciones de diciembre de 2019 en las que Jorge Amor Ameal resultó electo anteponiéndose a Christian Gribaudo (impulsado por el angelicismo) y José Beraldi. La adhesión de Juan Román Riquelme a la lista fue vital para sumar gran cantidad de votos y terminó acentuando una diferencia que, según a varias encuestas preliminares, favorecía levemente al actual mandatario. Pergolini ofreció públicamente bajarse de la fórmula si era necesario darle más notoriedad o espacio al ex futbolista, pero luego el trío entendió que ese detalle no iba a pesar en los sufragios y se ordenaron en los tres principales sillones de la presidencia como estuvieron hasta esta semana.
Ahora el conductor radial lo blanqueó: “Sin dudas la fórmula es Ameal-Riquelme”. Esta afirmación fue comprendida desde un primer momento -tácitamente- por los tres implicados amén de que Román no apareciera en la boleta. E incluso por la preponderancia que el ídolo tiene en el club más el poder de decisión con el que cuenta por llevar las riendas del fútbol profesional y que hasta el propio presidente adelantó que la idea era “capacitarlo” para que el propio Riquelme se postulara como candidato en 2023 invitan a pensar que ambos están a la misma altura. Una suerte de presidencia bipartita con sede en La Boca y Ezeiza. Si hasta 18 de los 30 miembros de la Comisión Directiva (quedaron excluidos los vocales suplentes), con lógica excepción de Riquelme, firmaron un documento que especifica que ninguno de ellos puede presentarse como aspirante a la presidencia dentro de dos años.
El panorama quedó completamente claro pasada la medianoche del 9 de diciembre de 2019 cuando se confirmó que Ameal había sido ganador de las elecciones en Boca. El flamante presidente se encargaría de la parte administrativa con el resto de la dirigencia; Pergolini (vice primero) desarrollaría un plan comunicacional y tecnológico; y Riquelme (vice segundo) abarcaría todo el fútbol profesional y amateur. Un experimentado en las oficinas de la Bombonera como Roberto Digón sería ladero de Jorge Amor ocupando la vicepresidencia tercera.
De arranque nomás, no hubo feeling. Román se aferra a su círculo íntimo, el único ámbito en el que confía ciegamente, y por eso se encerró en su búnker instalado en el interior de un contenedor en las entrañas de la cochera de los colectivos de la línea 53 ubicada sobre la calle Irala, a metros de Aristóbulo del Valle, frente al estadio y las carpas con las urnas. Allí permaneció casi toda la jornada dominical eleccionaria en la que apenas se movilizó para dejar su voto en la urna. Con el objetivo cumplido, Ameal y Pergolini se abrazaron junto a sus acompañantes en la Bombonera mientras Riquelme lo hizo con los suyos fuera de la misma. El 10 empezó a jugar su solitario partido.
Los primeros meses se consumieron casi por inercia entre la reorganización en la estructura del club. En el medio llegó la yapa del título de Superliga que el equipo de Miguel Ángel Russo le quitó a River en la última fecha. No hubo siquiera un centímetro para especular con diferencias dentro de la Comisión Directiva. Y para colmo el advenimiento de la pandemia del coronavirus postergó proyectos en todos los ámbitos, el día a día y... los conflictos. A mediados de 2020 Pergolini anunció el lanzamiento del canal oficial del club, que tendría como principal objetivo evitar rumores, trascendidos y dar información de primera mano a los hinchas y socios xeneizes. “Habrá un desarrollo tecnológico interesante”, había anticipado el ex CQC, quien a esa altura tenía diseñado un proyecto que significó el primer cimbronazo que desembocaría en su renuncia. Y no tuvo nada que ver con Riquelme.
“Yo puedo aportar desde lo que creo que fui exitoso o me ha ido bien. El marketing, desde la tecnología -mis últimos 10 años los dediqué más a la tecnología- y, por supuesto, a medios”, fue lo que mencionó en su programa de radio Pergolini tras dimitir. Luego de desarrollar una aplicación para el club que englobaría diversas cuestiones en beneficio de los socios, recibió el veto de un sector de la dirigencia y sufrió el primer gran revés. Un directivo que no está vinculado al área de comunicación y un ex del departamento de marketing metieron las narices en el rubro de Mario y lo incomodaron seriamente por primera vez. Pero continuó.
El hecho de que anteriormente no hubieran salido a la luz ciertos cortocircuitos no significa que la relación entre Riquelme y Pergolini gozara de buena salud. Fueron protagonistas de una Guerra Fría en todo el último año. Por sus actividades paralelas, falta de identificación y afinidad, algo que puede pasar en cualquier ámbito laboral, carecieron de diálogo. Apenas intercambiaron alguna palabra en un encuentro casual o mensaje de WhatsApp. O, en su defecto, Jorge Bermúdez, Raúl Cascini o Marcelo Delgado oficiaron de interlocutores. No obstante, entre fines del año pasado y principios del actual, en Boca todo marchó viento en popa fundamentalmente por los resultados deportivos que acompañaron hasta las semifinales de la Libertadores.
Con la eliminación sin atenuantes en Brasil se puso casi todo en tela de juicio: el poder de Russo en el vestuario, las contrataciones de Riquelme, el rendimiento de algunos futbolistas y la evidente falta de actitud en la revancha contra los paulistas. En paralelo el sector comunicacional orquestado por Pergolini se preparaba para el lanzamiento del canal oficial que se materializó el 22 de febrero.
La idea fue, desde un inicio, montar un estudio en la Bombonera y otro en el Centro de Entrenamiento de Ezeiza, algo que fue imposibilitado por los miembros del Consejo de Fútbol. Este fue el segundo foco de incendio para Pergolini. El grupo de trabajo de Riquelme apenas autorizó el ingreso al predio de los futbolistas profesionales y amateurs desde que se instalaron allí. Incluso se generó polémica por el contagio masivo de COVID-19 entre jugadores en plena pandemia por supuestas irregularidades en el predio.
Aunque lo desmintió por radio, gente allegada a Pergolini se sintió destratada por el CDF ante la negativa para moverse con libertad y ceder futbolistas para entrevistas que se emitirían en el canal de Boca. Fue a principios de mes cuando mencionó que se enteró por los medios de su teórico propio enojo con Riquelme por “no prestarle los jugadores para no sé qué cosa”. Su intención fue bajar decibeles y no exponer los trapitos al sol. Pero su fuego interno crecía.
Desde la emisión de la primera edición del noticiero por streaming de Boca apenas fue publicada una sola nota con un futbolista (el peruano Carlos Zambrano). La misma se registró en plena concentración antes de un partido y “a las apuradas”, según le confiaron a este medio. En tanto, contaron que hasta la cronista del programa oficial tuvo accesos limitados dentro del predio de Ezeiza, sitio que pasó a ser la tercera casa de Román (luego de su hogar y la Bombonera).
Los únicos que aparecieron esporádicamente en algunos medios televisivos fueron Bermúdez, Cascini y Delgado. Riquelme le había prometido a Jorge Rial en Intrusos, a días de las elecciones, que si ganaba iba a volver al programa para confirmarle en vivo quién iba a ser el nuevo DT. Pero cambió de planes: no regresó al Canal América y tampoco aceptó entrevistas desde que asumió la vicepresidencia. Apenas presenció el sorteo de la pasada edición de la Libertadores y figuró en un spot de la Copa en las redes sociales.
Hace semanas el Último 10 había pactado algunas notas por TV y hasta se rumoreó que aparecería en el canal oficial del club, algo que finalmente no ocurrió. Una agencia que pertenece a alguien de confianza de Riquelme se acercó para ofrecerle un nuevo contenido desde Ezeiza y montar un canal paralelo allí. Enterado de esto Pergolini puso el grito en el cielo y tras acaloradas reuniones se resolvió que el nuevo proyecto audiovisual tuviera espacio con la condición de que todo se viera reflejado en las redes oficiales de Boca Juniors y el canal ya lanzado.
Este requisito no fue cumplido y esto simbolizó el tercer detonante. “Desde este sábado, eso que tanto esperaste. Ver al club que amás como nunca lo viste antes”, fue el lema de un teaser que publicó el Patrón Bermúdez por primera vez y replicaron Sebastián Battaglia (entrenador de la Reserva) y la cuenta de Instagram Todo sobre Román (oficial de Riquelme). Al unísono se crearon las redes de Boca Predio con fecha de nacimiento para el sábado 3 de abril (mañana, aniversario xeneize número 116) a las 18 horas. En el video se ve a Bermúdez, Delgado, Cascini, Battaglia, Pablo Ledesma (flamante entrenador de las inferiores) y Miguel Ángel Russo.
Pergolini no tardó demasiado entre averiguar por qué se habían publicado estas imágenes y convencerse a sí mismo de renunciar a la vicepresidencia primera de forma indeclinable. El martes se difundió, el miércoles dialogó con Bermúdez y Delgado antes de formalizar su salida y ayer se despachó: “Sin dudas que haya otro canal de comunicación, que cuando lo ves cómo está armando no es como lo harías vos, que los ves a todos caminando así de forma más como modelos que de otra forma, no es lo que yo pretendo”. Hasta llegó a puntualizar su molestia al decir que no se había sentido destratado por Riquelme pero que “con los otros tres integrantes a veces era más picante, siento que sienten el lugar como muy propio”. Pero este Cancerbero de tres cabezas fue formado y tiene total respaldo de Román.
¿Cómo quedó parado Ameal ante esta situación? El presidente trató de poner paños fríos a un volcán en erupción. Intentó apaciguar los ánimos en una entrevista televisiva en la que quedó expuesto al buscar “normalizar” la renuncia de uno de sus laderos cuando se cumplió poco más de un año de gestión. La figura del pope xeneize resultó seriamente dañada y debilitada. El propio Pergolini graficó que existen “dos cabezas” (por Ameal y Riquelme). Y, cada cabeza, tiene su forma de pensar. La incógnita será hasta cuándo convivirán mancomunadamente por el bien de Boca.
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