Vicente del Bosque fue testigo presencial del golpe que Boca le dio al Real Madrid en Japón por la Intercontinental del 2000. Con goles de Martín Palermo y una actuación descollante de Juan Román Riquelme, el equipo dirigido por Carlos Bianchi puso de rodillas al campeón europeo y se quedó con la gloria en Tokio. A más de dos décadas de aquel cruce, el ex entrenador español se refirió al ídolo xeneize y ese histórico match.
“Riquelme era un jugador que aglutinaba mucho al juego del equipo y que lideraba con su participación, marcaba mucho el ritmo de Boca”, observó sobre Román. En diálogo con Secta Deportiva, mencionó además: “En el inicio del partido estuvimos un poco dejados, no estuvimos con la máxima intensidad, nos marcaron dos goles muy pronto. Dominamos, insistimos e insistimos pero fuimos incapaces de resolver el partido gracias también al oficio de ellos y a los jugadores de calidad que tenían”.
Hay quienes creen que el Madrid no disputó la final con el ímpetu que sí tuvo el elenco argentino, aduciendo que los sudamericanos le daban mucha más importancia a ese título que los europeos. Pero del Bosque espantó esa teoría: “Nos ganaron merecidamente y no tenemos más que admitir la derrota como buen deportista. Nadie en el fútbol puede ir presumiendo de nada. Creo que subestimando rivales no estamos en la mejor postura”.
Y confió: “Nos empapamos de cómo era Boca, conocíamos perfectamente y se los trasladamos a los jugadores. Les hicimos ver la importancia del partido que tenía para una entidad como nosotros. Esa temproada perdimos también la final de la Supercopa europea (2-1 en gol de oro con el Galatasaray turco en Mónaco). Debe ser un poco de educación deportiva, es bueno que los chicos jóvenes entiendan que a veces se gana y a veces se pierde. No solo es ganar”.
La frase más resonante y sorpresiva de del Bosque fue cuando le preguntaron si Riquelme hubiera podido triunfar en el Real Madrid. Sobre el enganche que supo vestir los colores del Barcelona y Villarreal en España, opinó: “Claro que podría haber jugado en el Madrid y haber sido una estrella para nuestro club. Hemos tenido tantos, casi todos los jugadores que se han traído o han llegado al Madrid han jugado bien, la mayoría. El que es bueno, termina triunfando”.
Román no duró demasiado en el Barça por las diferencias con el entrenador holandés Louis van Gaal y encontró su lugar en el mundo siendo líder futbolístico indiscutido del modesto Villarreal, al que condujo hasta las semifinales de la Champions League en 2006 y con el que obtuvo dos Copas Intertoto.
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