Se inició como futbolista profesional en River, años después jugó una temporada en Boca y se retiró con la camiseta de Belgrano de Córdoba, verdugo millonario. La historia y destino de Juan José López es increíble. Y a poco de cumplirse una década del descenso del equipo que él dirigía, dejó una fuerte y polémica frase que alimentó la antinomia que reina entre los clubes más importantes de Argentina desde la final de Libertadores disputada en Madrid.
“¿Qué es peor, perder una final con tu clásico rival o descender?” fue la pregunta que se hace recurrentemente a los protagonistas identificados con River y Boca, para Jota Jota en esta ocasión. Y su respuesta en Fútbol 910 (Radio La Red) sorprendió: “Descender. Descender es bastante duro. Es muy duro para una institución como River”.
De todas formas el Negro se explayó sobre el tema: “Creo que a veces los golpes te hacen ver cierta realidad de que las cosas se venían haciendo mal. Digo en los períodos anteriores. Y bueno, que River tenía que hacer un cambio y yo creo que Daniel (Passarella) lo empezó a hacer el cambio. A pesar del descenso, acomodó la parte económica, en el Nacional B duró poco, ascendió ligero, que eso fue bueno, y después se fue acomodando River”.
No obstante asume su parte de responsabilidad y no niega la realidad: “La historia dice que nos fuimos al descenso y eso no es nada bueno, pero creo que si hacés un análisis de todo el hecho de que River jugara el Nacional B, movió a la Argentina, conmovió a la Argentina porque, adonde iba, la gente de River lo acompañaba y llenó estadios en todo el interior. La convocatoria que tuvo fue buenísima a nivel hinchas. Creo que hubo un montón de gente que se hizo hincha después del descenso con más fervor que antes y que hoy lo acompaña. Y el momento de River hoy es maravilloso”.
Las declaraciones de López complementaron las que había hecho algunas horas en las que dio detalles de los minutos tras consumarse la derrota con Belgrano y la cruda reflexión con lo que simbolizó en su vida personal: “Después del partido no habló nadie. Nos fuimos todos al vestuario y después a la concentración. Cada uno se fue a su cuarto y Passarella se quedó en un salón. Yo me encerré en la habitación y me puse a llorar de bronca. Era el club y la oportunidad de mi vida. Tuve dos momentos que lloré mucho, cuando murió mi viejo y con el descenso de River”.
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