El 25 de noviembre el planeta se detuvo por un rato cuando se conoció la noticia de que el corazón de una de las personas más amadas del mundo había dejado de latir. Los principales portales y canales de noticias del globo alinearon sus titulares y graphs para informar que el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos había pasado a la eternidad y mientras las lágrimas de millones de personas brotaban incontrolablemente, en un rincón de Buenos Aires, un pincel y una paleta daban vida a un trabajo excepcional.
Apenas Maxi Bagnasco escuchó que Diego Armando Maradona había muerto, quedó pasmado y dentro de sí nació la necesidad de expresar sus sentimiento a través de la mejor forma que sabe hacerlo: la pintura. Es que el recuerdo de su niñez, del día que se acercó a Segurola y la Habana con un dibujo del por entonces jugador de Boca junto a sus hijas que le entregó en persona a Dalma, le vino de inmediato a la mente y por eso decidió publicar la imagen de su trabajo en las redes con una dedicatoria especial: “Te dibujé también el día que te fuiste”.
Lo que hasta ese momento el artista desconocía era que después de tocar ‘publicar’ en su celular, su obra se iba a viralizar de tal manera que su público, que ya lo había dejado de conocer como el caricaturista que supo ser en sus comienzos, ahora también dejaría de llamarlo ‘muralista’, porque su capacidad para dibujar al Pelusa iba a eclipsar toda su trayectoria. A las pocas horas lo contactó un canal de televisión y días más tarde un fanático le pidió que dibuje una imagen gigante de su ídolo en el patio de su casa.
Así, comenzaron a llover las propuestas: fue el artífice junto a Dreier (el artista con el que trabaja codo a codo) del mural en el santuario inaugurado en la cancha de Argentinos Juniors, lo contactaron de varios clubes para pintar el rostro de Diego y de repente el planeta conoció su nombre: “Tuvimos una repercusión mundial, porque estábamos haciendo después del fallecimiento, su santuario oficial acá y tuvimos entrevistas de la Rai, China, Venezuela... de todas partes del mundo. Vi mi nombre en noticias en portugués, italiano, en idiomas que ni imaginás”.
Mientras el teléfono no para de sonar y su presencia es solicitada en varias naciones europeas para extender su arte, Maxi Bagnasco se hizo un espacio para recibir a Infobae y adelantarle parte de lo que pronto será una exposición y subasta de cuadros realistas de Diego. Es por ese proyecto que al abrir la puerta de su taller aparecen contra las paredes Maradonas de todos los tiempos: gordo, flaco, con rulos, teñido, con la camiseta de la Selección, con la de Boca, joven, triste, grande, leyendo un libro, insultando... “A mí me gusta pintarlo en todas sus épocas, porque Diego es cada una de sus épocas y ver a este Diego rubio en Cuba... o a mí me fascinaron imágenes que vi que no son comunes para murales, que no vas a ver en la calle porque siempre ahí va a estar con la copa, sonriente, flaco, ganando... y no. Diego era también cuando salía de la cancha y tenia un tapado de piel y una copa de champagne o fumando un habano o bailando”.
Rodeado de aerosoles y cuadros, Maxi, de 39 años, charló con Infobae junto a su compañero, Dreier, (colombiano que se reconoce poco futbolero y que sigue sorprendido por la repercusión de los trabajos de Maradona) y contó cómo vive esta nueva etapa de su vida profesional en la que el mundo lo asocia con el ídolo argentino. Además reveló en qué se inspira para pintar al Diez y qué ejemplo sigue del protagonista de sus últimas pinturas.
-¿Cuándo arrancaste a pintar?
Desde chico, de toda la vida. Por suerte me incentivaron y a los 9 años hice por ejemplo mis primeras publicaciones en el diario de la zona del barrio, gané mis primeros concursos, así que ya desde muy chico me mandaron a cursos de dibujo y pintura. Yo decía que mi madre era mi representante, empezaba a vender todos mis trabajos y las cosas que hacía.
-Hoy en día hacés cuadros, murales, caricaturas. Hacés de todo, tenés un universo amplio.
Sí, la verdad es que me dedico desde muy chico. A los 17 años empecé a trabajar profesionalmente, pero yo obviamente soy dibujante. Arranqué haciendo caricaturas, después me metí un poco en lo que son las artes plásticas, hacía cuadros, hice ilustración para libros, trabajé haciendo dibujos animados, haciendo caricaturas en eventos en vivo, empecé a dar clases... después me puse a hacer murales y hay algunos que hoy en día me conocen como ‘muralista’, otros como ‘caricaturista’... yo digo que soy muy versátil.
-Y algunos te conocen por tus trabajos sobre Maradona. ¿Cuándo fue que arrancaste e hiciste tu primer cuadro sobre el Diego?
Yo creo que pasó desde el día que se fue Diego, el 25 (de noviembre). Desde ese día la gente me conoce por hacer retratos de Maradona. Porque falleció El Diego y creo que nadie se lo esperaba, nadie pensaba que se iba a ir y cuando vi la noticia, me llegó. Entonces fui a hacer unas cosas, volví y dije: ‘Lo voy a pintar’. Grabé el proceso de cómo lo pintaba, le puse una dedicatoria, ‘Chau Diego’ , y cuando lo publiqué puse: ‘Te dibujé también el día que te fuiste’. De inmediato lo empezaron retuitear, a repostear y al otro día ya me estaban llamando de un programa homenaje que querían un cuadro. Eso tuvo mucha repercusión, mucha gente vio el programa y quería el mismo cuadro, así que después me empezaron a llamar y a contactar para hacer otras cosas de Diego y fueron saliendo más todo el tiempo. Después con Dreier, el artista que me ayuda, hicimos el santuario de Maradona en Argentinos Juniors. Y ya venía hablando con el presidente de Argentinos, Malaspina, porque íbamos a hacer unas cosas, pero falleció Diego y me dijo: ‘Tenés que hacer la imagen del santuario de Maradona’. Así que hicimos esa imagen y tuvimos una repercusión mundial, porque estábamos haciendo después del fallecimiento, su santuario oficial acá y tuvimos entrevistas de la Rai, China, Venezuela... de todas partes del mundo. Vi mi nombre en noticias en portugués, italiano, en idiomas que ni imaginás.
-¿Te contactó gente de esos países para pedirte un cuadro o un mural?
Si, desde que fuimos haciendo imágenes de Diego, ahí te das cuenta lo que es Diego. No me había pasado con nadie que me hayan pedido pintar, con nadie iba a pasar que me lo pidan tantas veces. De repente en la calle que uno haga un mural y que lo tengan como una imagen sagrada, como un santuario. Lo que despertó él que te pidan de todo el mundo que lo vayas a pintar y además yo digo: ‘¡Qué suerte que soy argentino!’, porque que vaya un argentino a pintar a diferentes lugares a Maradona yo creo que también tiene algo fuerte.
-¿Y vos tomaste esta noción de lo que es Maradona con su muerte, con tu trabajo o vos ya te considerabas un maradoniano?
No soy muy futbolero, pero sí soy maradoniano. Siempre repito esto, yo pude vivir Italia 90, fue lo que pude vivir de Maradona. Lo que yo vi y lo que sigo viendo es la pasión. Es la misma pasión que yo trato de transmitir cuando pinto un cuadro, un mural o hago lo mío. Yo creo que es eso: poner pasión, preparar todo como para ir y meter un gol.
-¿Te llamó alguien de la familia Maradona, sabés si Dalma y a Giannina conocieron tus obras?
Sí, me han comentado que Giannina ha subido alguna historia de mi mural, no directamente conmigo pero sí de otras personas. Me dijeron que ella lo subió diciendo que era lo mejor que vio que hicieron de su padre. No lo vi, pero me lo han contado. En el santuario estuvo Jana y las hermanas de Diego y se acercaron a nosotros a saludarnos.
¿Te gustaría pintarles algo a ellas?
Mirá, cuando era chico hice un dibujo de Diego con sus hijas y fui a Segurola y La Habana y llevé ese dibujo. Justo salió Dalma y se lo di. Por esto me sorprendió la muerte del Diego. Así como me acerqué alguna vez a su casa para darle un dibujo, yo en algún momento decía que iba a conocerlo a Diego, que iba a hacer algo para conocerlo y darle mi arte. Hoy en día la gente se sorprende de que cómo Diego no conoció estas cosas que hago.
-¿Te hubiese agradado que Diego conociera tus obras?
A él lo pintaba todo el mundo, no se qué reacción hubiese tenido, pero sí me hubiese gustado estar cerca de Diego y darle algo.
-¿Hay un look o un momento que te haya gustado más que otro para dibujar?
Tantas veces pinté a Diego que imaginate que si yo lo hago en una época nada más... A mí me gusta pintarlo en todas sus épocas, porque Diego es cada una de sus épocas y ver a este Diego rubio en Cuba... o a mí me fascinaron imágenes que vi que no son comunes para murales, que no vas a ver en la calle porque siempre ahí va a estar con la copa, sonriente, flaco, ganando y no. Diego era también cuando salía de la cancha y tenía un tapado de piel y una copa de champagne o fumando un habano o bailando, siempre lo vas a ver agarrando a una chica para ponerse a bailar. Para mí, Diego era genial en todo lo que hacía. Yo a veces pienso... ¿cómo podés llevar esa vida que tenía Diego?. Bueno... hay que respetarle todo, su vida privada y lo que hizo en la cancha.
-¿Qué le dirías a Diego si se te aparece en un sueño mañana y tenés una charla con él?
Creo que apareció en varios de mis sueños, por estos de los sueños inconclusos que uno tiene, y se me apareció a veces. Y yo creo que siempre estaba queriendo darle algún cuadro o algo. A Diego no hay más que agradecerle, él nos representó y nos representa en el mundo. No hay figura más grande. Cuando nosotros viajamos al exterior, “Argentina-Maradona”. Que él haya salido de tan abajo y haya llegado a algo tan grande, como fue ser el mejor en los suyo de todos los tiempos en el deporte más popular del mundo. Es como... nada... llegó a ser grande de verdad.
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