Los laderos, los incondicionales, los que siempre estuvieron al lado de Alejandro Sabella. Sus emblemáticos ayudantes de campo, Claudio Gugnali y Julián Camino, pasaron por los estudios de ESPN y retrataron al personaje en cuestión. Pachorra dejó una huella imborrable en el fútbol argentino, siendo Estudiantes de La Plata y la Selección las insignias identificadas. A la espera de una oferta para volver al ruedo, los entrenadores brindaron detalles de lo que fue la estadía de aquel combinado nacional en el Mundial de Brasil 2014.
Casí a dúo, añoran: “¿Sabés por qué hacía diferencia Sabella? Porque se le cree. Y para que te crea, ¿qué tenés que hacer? La receta: simpleza, honestidad, respeto, humildad, capacidad, seriedad. Y no mentirle al jugador”.
EL INICIO Y LA CLASIFICACIÓN AL MUNDIAL
El inicio fue complicado: el primer encuentro con el plantel argentino fue en un hotel de India, en vísperas de un amistoso contra Venezuela más otro en Bangladesh contra Nigeria. Recordaron que los jugadores no reconocían al cuerpo técnico. El propio Lionel Messi le decía “Julián” a Gugnali y “Claudio” a Camino.
En las Eliminatorias Argentina tenía que visitar a Colombia en Barranquilla luego de golear a Chile, perder con Venezuela y empatar con Bolivia. Una derrota en suelo cafetero dejaba en la cuerda floja a Sabella. El equipo se fue al vestuario 0-1 y Julián Camino entró en crisis. Le exclamó como nunca al entrenador principal que había que patear el tablero. “Se volvió loco Julián”, le dijo a su otro ayudante Pachorra, que priorizaba el equilibrio táctico y emocional. Sin embargo introdujo a Sergio Agüero por Pablo Guiñazú y allí el equipo hizo un clic, dio vuelta el partido y encaminó su andar.
BILARDO, LA CONCENTRACIÓN EN BRASIL Y LA PRIMERA RONDA
Cuando Argentina se instaló en Cidade do Galo, espacio del Atlético Mineiro en Belo Horizonte, Carlos Salvador Bilardo (director de selecciones nacionales) se percató de que había muchos brasileños trabajando en el predio y advirtió de forma íntima: “Hay que echarlos a todos, eh. Hay que traer argentinos porque estos van a ponerle algo a la comida”.
El plantel llegó a tener tanta confianza con los ayudantes de Sabella que los incluyeron en los famosos torneos de truco que se obtuvieron una mística en esos 35 días en Brasil. El clásico eran las parejas Mascherano-Messi contra Camino-Gugnali. “¿A dónde van? Vengan que tenemos que preparar cosas”, detuvo Pachorra a sus segundos un día que fueron solicitados por los jugadores para presentarse a un desafío de cartas.
De los partidos de la primera fase recordaron el olor feo e incomodidad en el vestuario por el flojo primer tiempo contra Bosnia y Herzegovina, el magnífico planteo del portugués Carlos Queiroz que les dificultó el choque con Irán y la tranquilidad de jugar ya clasificados contra Nigeria. Pero lo que más les quedó grabado fue cómo latía el micro yendo a los estadios, con la gente cantando en la calle y los propios jugadores sumándose: “¡Messi cantaba la canción en la que lo nombraban!” (la famosa Brasil, decime qué se siente...”).
RONDAS FINALES: LA PREGUNTA MÁS FEA Y LA AYUDA DE SAMPAOLI
“En caso de que queden eliminados... ¿Cuándo prefieren volverse?”. El incómodo cuestionamiento se realizó de parte de un emisario de la FIFA antes de cada encuentro eliminatorio. Previo a Suiza, Bélgica y Holanda. Por cuestiones de logística, los organizadores deben pactarlo antes de cada duelo, algo que no le hacía ninguna gracia a Sabella.
El entrenador solía dialogar mucho con Javier Mascherano y Lionel Messi, los capitanes. Luego de la clasificación en octavos contra Suiza, el DT introdujo una modificación en defensa: Martín Demichelis por Federico Fernández. Camino aseguró que no hubiera puesto a Demichelis; Gugnali argumentó que Fernández estaba perdiendo autoridad ante los rivales y con los propios compañeros.
“No les podemos ganar”, exclamó Sabella la noche anterior mientras analizaba a Bélgica. El karma de las eliminaciones en los cuartos de final estaba muy presente para los jugadores en el búnker albiceleste y el propio entrenador estalló en crisis. El DT veía que Bélgica era un equipo muy rápido, que se desdoblaba y podía llegar a complicarlos. El gol tempranero de Gonzalo Higuaín fue clave para el pasaporte a semifinales.
Hubo un espía y ayudante externo compatriota que aportó su grano de arena antes de jugar contra Holanda: Jorge Sampaoli. El técnico argentino ya había jugado contra los holandeses en primera ronda y les pasó toda la información al cuerpo técnico nacional. Fue un partido muy especial para varios jugadores que eran cercanos al recordado periodista Jorge Topo López, que había perdido la vida ese mismo día en un accidente automovilístico en Brasil.
Ezequiel Garay, que había sido recomendado por el Tata Brown en el principio del ciclo Sabella, fue anotado en la lista de los pateadores de penales gracias a los ayudantes de campo. ¿Qué jugador levantó la mano para ejecutar? Marcos Rojo, quien finalmente fue descartado. “Si falta uno, yo estoy”, dijo el hoy defensor de Boca.
El cuerpo técnico respetaba una cábala: se subía siempre con el mismo orden al micro de traslado. “¡¿Qué hacés?! Sentate donde estabas”, le dijo Sabella a Camino durante la tanda desde los 12 pasos contra los holandeses, mostrando la cabulera escuela pincha.
Con su habitual postura de hombre correcto, Sabella pidió a todos los argentinos que no se rieran ni burlaran de los brasileños por el 7-1 en contra sufrido el día anterior en las semifinales ante Alemania.
LA FINAL DEL MUNDO Y LA FIESTA ORGANIZADA POR LAVEZZI
Contaron Gugnali y Camino que tras la semifinal con Holanda tuvieron que apagar sus teléfonos celulares por la cantidad de mensajes y llamados de amigos, parientes, conocidos y desconocidos pidiendo una entrada para la final. Ya en lo referido al partido, apuntaron el respeto que imponía Messi ante los adversarios y hasta los árbitros.
“En un momento Alemania se planchó. Alejandro se daba vuelta y decía que estábamos tranquilos. Los alemanes llegaban hasta 3/4 de cancha y tenían que volver”, recordaron.
A pesar del dolor por el subcampeonato, se organizó un agasajo íntimo entre jugadores y cuerpo técnico. Con las esposas; sin los niños. ¿El anfitrión? Ezequiel Lavezzi. “Sabella decía que el Pocho era autosuficiente. O lo querés o no lo querés”, comentaron tras repasar el episodio en el que le tiró agua antes de ingresar a la cancha o cuando se sentó en el sillón del Papa en el Vaticano para sacarse una selfie.
Hubo llanto pero también alegría por el grupo y la unión que reinaba. Muchos, hasta ahí, no sabían que Sabella se alejaría muy pronto.
EL VERDADERO MOTIVO DE LA SALIDA DE SABELLA DE LA SELECCIÓN
Camino confesó que Pachorra tenía la idea de probar suerte en Europa y remarcó que en la Selección argentina estaban lejos de ser reconocidos económicamente como ameritaba su trabajo (contó que eran el 26° cuerpo técnico mejor pago entre los 32 países de Brasil 2014). Gugnali hizo hincapié en el desgaste que le generaron esos años siendo líder del equipo.
¿Qué equipos y selecciones lo buscaron? La Selección de Portugal, Mónaco, Valencia, Real Sociedad, la Selección de Arabia Saudita y equipos de Emiratos Árabes Unidos. Un club de medio oriente estuvo muy cerca de quedarse con sus servicios pero finalmente el DT dio marcha atrás a último momento. En medio de las negociaciones, pensaba: “Si voy a Portugal me van a preguntar si es mejor Messi o Cristiano Ronaldo y ¿qué digo?”; o “del Mónaco se está yendo Falcao, debe estar destruido”. Tras su salida de Estudiantes de La Plata lo contactó Boca pero Sabella no accedió a la reunión porque había un colega trabajando.
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