Diego Latorre fue una de las grandes apariciones del fútbol argentino a finales de la década del 80. Descubierto por Mario Zanabria, el habilidoso futbolista debutó en el primer equipo de Boca y al poco tiempo se convirtió en uno de los baluartes del Xeneize. Es más, junto a Gabriel Batistuta conformaron una de las delanteras más recordadas de principio de los 90s con la camiseta azul y oro.
Justamente, luego de terminar como goleador de Primera División en el torneo Clausura 1992, Latorre fue vendido al fútbol italiano. Fiorentina, donde ya estaba Batigol, había decidido sumar al atacante para reeditar la potente dupla, pero la historia no tuvo el final esperado para Gambetita.
“Me sentí abandonado en ese momento”, fueron las palabras que utilizó Latorre para destacar su paso por el equipo de la ciudad de Florencia. ¿Qué fue lo que sucedió en su desembarco en una de las ligas más importantes del mundo? “El presidente de la Fiorentina no sabía quién era. Yo llego a la casa de Cecchi Gori y me preguntó si era derecho o zurdo”, dijo Diego sobre su primer contacto con el presidente del club en el programa ESPN FC.
“Primero que me hace esperar media hora en su casa en Roma. Encima se había ido Roberto Baggio…. Ahí caí lo que era la vida. Pase de la gloria a ser un desconocido en Italia”, agregó el hoy comentarista sobre la conflictiva llegada a Italia luego de haber anotado 12 goles con la camiseta de Boca en su último torneo.
Después de cinco temporadas en el Xeneize, donde anotó 52 tantos en su primera etapa en el club, su por entonces representante Settimio Aloisio lo llevó a Italia para firmar con la Fiorentina. Ya en suelo europeo, un problema legal de su agente en una transferencia que involucró a Diego Simeone y Claudio Caniggia provocó que Latorre quedara varado sin poder entrenarse con su nuevo equipo.
“Estuve dos meses parado. No me olvido más. Yo llego al hotel en Roma y ahí me encuentro con el Cholo Simeone, Carnevalli, Caniggia, todos los jugadores que cambiaban de equipo en ese momento. Estaba Aloisio y vienen seis carabinieri y se lo llevan, lo arrastran a la habitación. Se lo llevan y le dicen vaya a su habitación, recoja sus cosas y se lo llevan a la cárcel de Verona. Así fue”, explicó el ex futbolista.
“Yo quedé varado ahí. Entonces lo llamo a Carlitos Heller y le dijo: ‘Quiero volver a Boca, nadie se hace cargo de mí’. Y él me dice que estaba cerrado el libro de pases y que no podía volver. “Me quedé tres meses en el hotel esperando. No iba a entrenar… Bajé a tierra, me deprimí mucho. Nadie se quería hacer cargo de mí”, sumó Latorre en su recuerdo, al mismo tiempo que aclaró que fue Batistuta el que lo ayudó a resolver el conflicto.
La historia cuenta que Gambetita jugó sólo dos partidos en el Viola por la temporada 92-93 hasta que recibió el llamado de Jorge Valdano y se mudó a España para jugar en Tenerife. Allí se mantuvo cuatro años antes de pasar al Salamanca para luego volver a Boca y, luego de pasar entre otros equipos por Racing Club, ponerle fin a su carrera profesional en el fútbol de México.
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