Carlos Tevez atraviesa uno de los momentos más difíciles de su vida. Don Segundo, quien lo adoptó cuando era niño tras la muerte de su padre biológico, falleció el domingo pasado cuando el ídolo de Boca se encontraba en la concentración junto al plantel en vísperas del encuentro con Newell’s en Rosario. El Apache fue licenciado desde ese momento (miembros del Consejo de Fútbol lo trasladaron en auto hacia Buenos Aires) y se aferró a su familia para pasar el mal trago. Hasta ahora, no reapareció en los entrenamientos con sus compañeros.
La situación venía de arrastre. Desde que se desató la pandemia del coronavirus Tevez sufrió mucho por su papá, quien padecía diabetes y obesidad y además había sido operado del cuello a principios de 2020. Cuando contrajo el COVID-19 su situación médica se complicó y fue internado por varias semanas hasta ser dado de alta. En pleno confinamiento, trató de concientizar a la gente sobre los cuidados y prevenciones del virus.
A pesar de que nunca dejó de entrenarse y competir en alto nivel (fue una de las figuras xeneizes en la última edición de la Copa Libertadores), Carlitos cargó con un peso tremendo por el estado de salud de Segundo, que lo mantuvo en vilo a toda hora. De hecho llegó a confesar después de un partido que en algunos entretiempos se largaba a llorar en el vestuario. Sacó fuerzas de donde pudo para mantenerse de pie. Dentro y fuera de la cancha.
Y como en Casa Amarilla o el predio de Ezeiza le toca ser líder del grupo, hoy se pone la 10 en el ámbito familiar. Es la principal contención de sus hijas y círculo íntimo. Hasta ahora no se reincorporó a los entrenamientos y tanto Miguel Ángel Russo como el Consejo de Fútbol le dejó en claro que lo esperarán todo lo que haga falta para su regreso. Los cortocircuitos con algunos integrantes de la directiva quedaron de lado en este triste momento y todos lo acompañaron. Solamente él sabrá cuándo estará respuesto mentalmente para afrontar sus compromisos con el equipo.
Lo que también fue fundamental para Tevez está vinculado al afecto que le brindaron los hinchas, ya desde el año pasado. Al cariño habitual se sumó una bandera de La 12 en el encuentro contra Talleres de Córdoba en la Bombonera por la Copa Diego Maradona y el hashtag que en las últimas horas se volvió tendencia en las redes sociales: #FuerzaCarlitos.
Desde el cuerpo técnico le brindaron licencias en todo momento para que manejara los horarios de entrenamientos y concentraciones, con algunas escapadas para acompañar a su papá y familia en los instantes en que él creyó necesario. Y ahora mantuvieron esa postura independientemente de que no existen compromisos de alta relevancia en el corto plazo.
Russo no lo contempla a Tevez para el partido del domingo contra Sarmiento de Junín (21:30 en la Bombonera por la tercera jornada de la Copa de la Liga Profesional) así como tampoco para el choque por los 32avos de la Copa Argentina contra Claypole del miércoles 3/3 en cancha de Lanús. Con suerte, reaparecería en la cuarta fecha del torneo regular frente a Vélez en condición de visitante. Su reincorporación a las prácticas sigue siendo una incógnita.
De esta forma el DT apelaría a la misma alineación que empleó contra la Lepra el domingo pasado: Esteban Andrada; Nicolás Capaldo, Carlos Zambrano, Carlos Izquierdoz, Frank Fabra; Sebastián Villa, Jorman Campuzano, Cristian Medina, Edwin Cardona; Eduardo Salvio y Mauro Zárate.
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