En Kuwait ni por asomo el fútbol tiene la popularidad que sí hay en Argentina. Para tener una referencia, su seleccionado nacional (disputó el Mundial 82) está ubicado en el puesto número 148 de un ranking FIFA en el que descendió considerablemente desde hace una década por problemas políticos y ninguno de los equipos de su liga llegó alguna vez a las instancias finales de la Champions League asiática, certamen por excelencia del continente. Sin embargo, un kuwaití se las ingenió para construir un puente imaginario entre Asia y Sudamérica. La historia de Salem Aljamiah es más que interesante.
Este ex político (llegó a fundar un partido) e ingeniero petrolero de 36 años quedó maravillado con Diego Armando Maradona cuando concretó su regreso a Boca en 1995. Si bien era fiel seguidor del astro argentino desde hacía tiempo, el quiebre se produjo con su vuelta al Xeneize, cuando era un niño de 10 años.
Su fanatismo por la cultura nacional decantó por el fútbol pero Salem se interiorizó al unísono por otras ramas como la literatura, poesía y hasta política. Una de sus obras favoritas es “El libro de arena” escrito por Jorge Luis Borges, uno de los últimos textos del poeta porteño (según el propio Borges, el escrito publicado en 1975 fue su “obra maestra”). A más de 13 mil kilómetros de distancia, este kuwaití se comunica con un castellano más que entendible pese a disfrutar de los textos de Borges traducidos en su lengua natal.
Y si Borges lo enamoró, el espíritu de lucha de Ernesto Che Guevara lo inspiró y motivó. Este asiático se empapó del historial del revolucionario nacido en Rosario que marcó a fuego a Cuba y terminó de abrazar a la insignia albiceleste. Probablemente también haya tenido al Che como referente antes de introducirse en la política de su país. Entre turbantes y túnicas, literatura sudamericana e imágenes del barbudo guerrillero.
En el 95 fue su flechazo con Boca. El arraigo de la hinchada y Maradona con el barrio y su historia lo invitaron a reflexionar y madurar la idea de armar una filial internacional en Kuwait. Sí, aunque para casi todos en ese sector de Asia Occidental el fútbol y la cultura argentina son ajenos, Aljamiah se decidió a vender su negocio para poder dedicarle tiempo a este proyecto que hoy lo tiene como cónsul oficial de Boca en Kuwait.
“Tal vez no soy bostero desde la cuna, pero por supuesto que lo seré hasta el cajón. Siempre les digo a mis amigos que el corazón que reconoció el amor por Boca, nunca podrá hacerlo con otro club. Boca es el único equipo al que apoyo, no tengo otro a nivel local ni internacional”, le cuenta a Infobae este loco asiático que articuló un plantel de fútbol indoor que luce los colores y el escudo xeneize y acaba de consagrarse en la liga de fútbol sala callejero más importante de la región.
La peña tuvo su origen en 2016 y recién el año pasado, tras la asunción de la nueva dirigencia de Boca, se conformó el consulado kuwaití que promete expandirse prontamente con otros fanáticos distribuidos en diversos rincones de Asia como Omán, Arabia Saudita y Bahrein. El equipo se compone de un arquero y cinco jugadores de campo y en el plantel figuran 10 ó 12 futbolistas, pero los miembros que integran el consulado ya son más de 50 y pronto lanzarán una campaña para sumar aún más socios.
Boca Kuwait compite hace dos años en la SFL (Street Football League) y le hizo frente a 50 equipos, habiendo finalizado invicto el certamen. Incluso cosechó buenos resultados contra las peñas de Inter, Milan y Liverpool. En la última campaña obtuvo 13 victorias y dos empates para levantar el trofeo. “En Kuwait nadie puede competir con los bosteros kuwaitíes”, sacó chapa Salem. Mientras prepara y potencia al equipo para los próximos torneos, mencionó que el sueño de sus muchachos es jugar algún día en Argentina y pisar el césped de la Bombonera. Y, además de Maradona, al que le rindieron homenaje tras su fallecimiento con una pancarta, los jugadores son devotos y se ilusionan con conocer en persona y jugar un picado con Juan Román Riquelme.
“Lo que noté en Kuwait y el mundo árabe en general es que la mayoría te detiene en la calle si llevas puesta la camiseta de Boca Juniors, ya sea para felicitar al equipo o para preguntar dónde comprarla. Hay mucho sentimiento de admiración por Boca, Maradona y Riquelme”, concluyó.
La pasión por la cultura argentina, el fútbol y Boca, trasciende todo tipo de fronteras.
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