Con el automovilismo en la piel: las definiciones de Alberto Canapino en una de sus últimas entrevistas

Infobae habló con el chasista cuando volvió a trabajar en el Súper TC 2000, la categoría donde debutó en la plana mayor. Se lo vio muy entusiasmado y con el plus de atender otro auto de su hijo Agustín. “Tengo mucha pasión, el automovilismo es mi vida”, afirmó

Guardar
Con el Chevrolet Cruze del
Con el Chevrolet Cruze del Súper TC 2000 de su hijo. Alberto siempre tomó todos los recaudos durante la pandemia (@canapino).

Fue un domingo al mediodía en el Autódromo de Buenos Aires Oscar y Juan Gálvez. Era el segundo fin de semana en el que el automovilismo volvió a salir a pista luego de la pausa obligada por el aislamiento a causa de la pandemia de COVID-19. No se le podía ver la sonrisa por su tapaboca (hasta usaba una mascarilla), pero Alberto Canapino transmitió su felicidad por el triunfo de su hijo Agustín Canapino en el Súper TC 2000 y por haber vuelto a la categoría que le abrió las puertas a nivel nacional, allá por febrero de 1986 y sin haber cumplido 23 años (nació el 23 de mayo de 1963), le preparó un auto ganador a Luis Rubén Di Palma, nada menos.

Es cierto que Canapino se convirtió en uno de los mejores preparadores de autos de carrera en el Turismo Carretera, donde logró once campeonatos con tres marcas distintas (Ford, Chevrolet y Dodge). Pero en el Turismo Competición tuvo un romance especial porque es la categoría que lo vio crecer. También por el desarrollo tecnológico que siempre tuvo al usarse autos actuales y tener representación oficial de fábricas. Esa tecnología luego fue nutriendo al TC y por eso, aparte de su capacidad, fue tan exitoso. Por eso ese regreso al Súper TC 2000 fue tan especial a fines de 2020.

Tuvo el valor agregado de la victoria de su hijo y la recuperación del equipo oficial Chevrolet, que en la temporada 2019 nunca le encontró la vuelta a los motores turbo. Para 2020 hubo otro cambio de reglamento técnico basado en mayores libertades aerodinámicas (alerón trasero más alto, deflectores delanteros entre otras variantes), donde Alberto siempre se movió como pez el agua. En la primera carrera donde atendió el auto, su hijo resultó ganador y la marca del Moño Dorado recuperó la sonrisa. Fue ahí cuando aceptó de forma amable -como siempre- el mano a mano con Infobae.

-¿Cómo te sentiste en la vuelta a la categoría?

-Primero con mucha ansiedad, para saber qué iba a pasar y bueno, desde ya muy feliz por el avance del auto ya que descontamos bastante respecto de Toyota y Renault.

-¿Con qué auto te encontraste del Súper TC 2000 y por qué Chevrolet pegó un salto calidad?

-El equipo estaba armado y me sumé con las condiciones que me parecían a mí para mejorar el auto. Y eso hubo que verificarlo en carrera. Fueron arduos días de trabajo, porque encima yo estuve seis meses sin poder ir a Córdoba, trabajando a distancia, así que bueno, la verdad es que tuve un apoyo tremendo de parte de todos los integrantes del equipo Pro Racing (estructura que atiende al equipo oficial) que bancaron todo tiempo de la pandemia.

-Armaste tu primer auto en la categoría en 1986 ¿Cómo avanzaron los coches desde esa época hasta acá?

-Sí, mi primer triunfo en el automovilismo fue con Luis Rubén Di Palma hace 34 años, así que conozco toda la evolución de la categoría. Es tremendo, cuando uno recuerda lo que era eso y lo que es hoy en día es muy fuerte lo que avanzó la tecnología y para mí es una alegría enorme seguir siendo competitivo. Hay ingenieros nuevos, nuevas tecnologías, nuevas cosas ya con 57 años seguir siendo competitivo me pone más que feliz.

-¿Y cómo ves hoy a la categoría?

-Me gustó con este nuevo reglamento, las cuestiones aerodinámicas que se les dieron a los autos, la variable de puesta a punto que le dieron. Creo que hay buscar un poco más de espectáculo con un neumático más blando, para que se degrade más, los autos se caigan en su rendimiento y haya más lucha en la pista con alternativas de carreras. De todas formas, siempre que se estrena un reglamento técnico hay diferencias entre un equipo y otro y con seguridad las cosas se irán emparejando a medida de que se disputen las carreras.

Agustín y Alberto Canapino con
Agustín y Alberto Canapino con el trofeo luego de haber ganado en Buenos Aires en el Súper TC 2000 (Prensa Súper TC 2000).

-¿Cómo viste la vuelta del automovilismo luego de toda la pausa por la pandemia y por qué este deporte pudo seguir adelante?

-Realmente por una responsabilidad tremenda de todo el automovilismo, cambió el mundo y cambió nuestro deporte y hubo que adaptarse. Todos nos adaptamos y nos pusimos las pilas para las cosas salgan de la mejor manera. Otra no quedaba.

-¿Hubo algún momento límite durante el receso, en el que dijiste hasta acá llegué, cierro todo?

-No porque lo nuestro es un equipo familiar y no tenemos una gran cantidad de gente. Venimos de tres campeonatos, nos ayudaron los sponsors para seguir funcionando y si bien es verdad de que fue muy duro la rentabilidad de este año y el próximo se vio afectada por todo lo que está pasando, sin dudas trabajamos para volver más fuertes que antes.

-¿Es imbatible la dupla Canapino-Canapino?

-No, el automovilismo es muy difícil. Uno no se puede sentir imbatible y ya estamos trabajando para el fin de semana que viene porque todos están trabajando para la próxima carrera.

-¿Cómo hace un técnico para ir adaptándose a los cambios en los autos y sus reglamentos técnicos?

-Tengo mucha pasión, le dedico mucho tiempo y de hecho todos estos días en los que volvió el automovilismo me sentí como un joven de 20 años, tuve mucha ansiedad y levanté siempre a las 6:30 de la mañana. Saber que iba a poder meterle manos a un auto. Mi vida es el automovilismo. Tengo a mi familia que me acompaña en ese sentido y pienso permanentemente cómo ser cada día mejor.

Seguí leyendo

Guardar