Trabajó de portero y como personal de maestranza durante la pandemia: ahora se ilusiona con eliminar a River de la Copa Argentina

Tras ponerle punto final a su larga carrera en el fútbol del Interior del país, en donde fue parte importante de los ascensos de Patronato y Atlético Paraná, la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus golpeó con fuerza a Sergio Chitero.

Checo, como es conocido dentro del mundo del fútbol, aguardaba con ansias una oportunidad que no llegaba. Pasaron los meses y sus ahorros comenzaron a desaparecer. “Los que jugamos en el fútbol del Ascenso no nos salvamos económicamente”, recalcó en diálogo con Infobae.

Ante este complicado cuadro de situación, y gracias a la ayuda incondicional de algunas personas, consiguió una manera de darle sustento económico a su familia, que está compuesta por su pareja y sus dos hijos. Comenzó a trabajar como portero de un edificio y en la parte de maestranza en una escuela.

Sin embargo, cuando menos se lo esperaba, un llamado le cambió por completo el escenario. Tras la salida de Hernán Orcellet, la dirigencia de Defensores de Pronunciamiento decidió apostar por aquel delantero que tantas alegrías le dio al Depro entre 2017 y 2018. “La vida es así, un día podés estar limpiando pisos o tirando basura y luego estar ligado al fútbol. Ojalá esto sea un puntapié para una larga carrera”, soltó con una sonrisa el flamante entrenador, de 37 años.

El pueblo de Pronunciamiento, ubicado en el distrito Molino del departamento Uruguay, provincia de Entre Ríos, se encuentra convulsionado ante la histórica chance de medirse con el vigente campeón de esta competencia. La Copa Argentina pone cara a cara a los poderosos con los humildes, quienes en más de una oportunidad han sabido dar el golpe.

Chitero, pese a las grandes diferencias, se ilusiona con la posibilidad de hacer historia: “Sabemos que enfrentamos a River, no somos necios. Enfrentamos al mejor equipo del fútbol argentino y debiera haber sido el de América, pero se le puede ganar. Dependerá mucho de las decisiones y ejecuciones que tengamos. No tenemos margen de error. Ellos tienen mucha jerarquía”.

¿Cómo lo encuentra esta oportunidad de ser entrenador?

Estaba en un momento de incertidumbre en lo laboral. Estaba trabajando por fuera de lo que es el fútbol, por esa cuestiones de la vida. Nosotros, los del ascenso, cuando terminamos de jugar al fútbol, no tenemos un buen pasar económico, solamente tenemos para el día a día o para hacer alguna inversión, pero nada que nos salve. Estaba trabajando como encargado de un edificio y como maestranza en una escuela. Con esto de la pandemia cubría algunos puestos. Sí seguía ligado con el fútbol, viendo videos, partidos, siguiendo al Depro, porque jugué acá. Después de la renuncia de Hernán (Orcellet), la dirigencia se comunicó conmigo y llegamos enseguida a un acuerdo. Hoy me encuentro feliz acá, entrenando con los muchachos, ya preparando el partido con River.

Que se me presente esta situación justo ahora me da mucha felicidad. Siempre la luché. Siempre creí que podía estar ligado al fútbol, y hoy por suerte me toca estar acá. Fui jugador y sé cómo piensan los jugadores ante esta clase de partidos. Desde chicos soñamos con jugar en Primera, o ante un grande, y hoy se les presenta a ellos. Les puede cambiar la vida. Enfrentarán a un River que ha ganado todo. Van a representar a una provincia, al club, a la gente de Depro, que es un pueblo con un corazón tremendo. A la dirigencia, que hizo tanto esfuerzo para llegar al Federal A y apostar a infraestructura. Lo vivimos como un sueño.

El último partido de Depro fue a mediados de enero, en la derrota ante Douglas Haig por el Reducido por el segundo ascenso a la Primera Nacional. ¿Cómo se encuentra el plantel después de ese golpe?

Sacando lo que pasó en el torneo, ellos están bien. Quieren ir por más. Buscamos armar un plantel competitivo, acorde a lo que es el torneo. Ahora están motivados, es el partido para nosotros, como para el pueblo, para Entre Ríos, para el fútbol del interior. Es lo bueno que da esta Copa Argentina, que es tan federal. Están trabajando seriamente, es una oportunidad única que se nos presenta.

¿Pudo mantener la base del equipo en este mercado de pases?

La base se queda. Están todos los que jugaron el Federal A para este partido. Hablé con casi todos y les dije que se quedaran. Creería que va a ser así. Estoy tratando de convencerlos. Sería fantástico, porque ganaríamos tiempo. Ya se conocen entre ellos, al club, al torneo. Luego tendré que inculcarles mi idea, pero en lo otro ganaría mucho tiempo.

Haber jugado hace poco en la institución le permite conocer a la mayoría de sus dirigidos. ¿Esto es una ventaja o puede jugarle en contra?

Sí, sin ninguna duda es una ventaja. Yo sé bien cómo piensan y cómo están los muchachos. Conozco a los dirigentes, a todo lo que es el club. Es una ventaja tremenda. Y se dio el plus de que no se vayan los jugadores para poder trabajar con más tranquilidad.

¿Qué significa para Defensores de Pronunciamiento jugar contra River?

Es todo. Jugar contra River, o Boca, o ante un equipo grande, es un sueño. Nos estamos preparando para ese partido. Estamos tratando de estar en todos los detalles. Esto es único, lo tienen que vivir así, pero con responsabilidad, porque defienden una camiseta, una institución.

¿Se tienen fe para dar el golpe?

Sin dudas, esto es fútbol. Sabemos que enfrentamos a River, no somos necios. Enfrentamos al mejor equipo del fútbol argentino y debería haber sido el de América, pero se le puede ganar. Dependerá mucho de las decisiones y ejecuciones que tengamos. No tenemos margen de error. Ellos tienen mucha jerarquía.

¿Por dónde pasará la clave del partido?

River juega muy bien. Marcelo (Gallardo) tiene una filosofía de juego sencilla y las ideas claras, y los jugadores representan sus ideas de una muy buena manera. Ellos tienen una idea definida. Nosotros tenemos nuestras armas, nuestro trabajo, y trataremos de golpearlos en algún momento.

Para muchos de sus dirigidos será la primera vez que enfrentarán a un conjunto de Primera División y que tendrán tanta exposición. ¿Va a trabajar esta cuestión para que estén tranquilos durante el partido?

No hay que trabajar nada. Ellos saben que enfrentarán a River, y es una posibilidad de mostrarse, pero siempre en función de equipo. Dependerá de las ganas de cada uno. Cuando se dan estos partidos no se trabaja lo motivacional, la motivación ya la tienen desde que salió el nombre del club en el sorteo. Quiero aclarar que en este partido deberían estar Hernán Orcellet y su cuerpo técnico, que fueron los que hicieron los méritos para clasificar. Trataremos de representarlos de la mejor manera luego del esfuerzo que hicieron.

El 10 de febrero será su debut como entrenador, y ante nada más ni nada menos que River. ¿Con qué clase de entrenador nos encontraremos?

Preparamos este partido, es el sueño de todos, pero pensamos en el Federal A. Esto es lo lindo del fútbol. Hoy me puso acá, pero mañana me puede tener limpiando un edificio o sacando basura, y pasado nuevamente dirigiendo otro club. Es lo lindo de la vida, hay que estar preparado para todo. La idea nuestra es trabajar, seguir aprendiendo y volcar todo lo que aprendí como jugador de fútbol. Esto no deja de ser un partido, no se muere nadie.

Durante la entrevista contó que no la pasó bien durante la pandemia y tuvo que trabajar por fuera de lo que es el fútbol. ¿Cómo vivió ese proceso?

Difícil. Llegó un momento en donde uno se replantea muchas cosas. Uno tiene que tener un equilibro emocional y económico. Tengo una familia, con mis dos hijos y mi señora. Ella estaba sin trabajo. Teníamos unos pesos ahorrados y habíamos hecho unas inversiones, pero después el dinero se va. Tuve que salir a trabajar, pero sin ninguna deshonra. Ya lo hice antes de ser profesional. Con esto de sacar el Federal B quedaron marginados muchísimos jugadores, utileros, gente que trabajaba en las canchas. Son situaciones en donde uno se tiene que reinventar. Gente buena, que me conoce de la vida, me dio la posibilidad, me abrieron las puertas para trabajar en una escuela como maestranza y en un edificio, reemplazando a gente que es de riesgo. Tenía que pagar cuentas y dar sustento a mi familia. Después me salió esta posibilidad, que era un sueño, y me la jugué. Les agradecí a esas personas que me dieron una mano en un difícil momento. La vida es así, un día podés estar limpiando pisos o tirando basura, y hoy me tiene ligado al fútbol. Ojalá esto sea un puntapié para una larga carrera.

¿Qué recuerda de su paso como futbolista de Defensores de Pronunciamiento?

En donde estuve me quedan los mejores recuerdos. Depro es una institución familiar. Es un club chico, pero con un corazón gigante. Es gente de pueblo, que todos los fines de semana va a la cancha. A todos los que nos gusta el fútbol nos pasa que sentimos esa ausencia por esto de la pandemia. El club va creciendo con pasos cortos, pero firmes. Se hicieron muchas obras, como la iluminación, una tribuna, riego automático, césped sintético o espacio físico para entrenar. Como jugador ya lo fui viendo. El vestuario también es una familia, con (Patricio) Valente, (Milton) Álvarez, (Maximiliano) Villagrán, (Alejandro) Rizzo, (Héctor) Echague, (Johan) Laureiro, (Jorge) Cardozo o (Sergio) Correa. Son pibes del club, que han pasado por el ascenso. Depro te atrapa, es una familia. Tengo muchos sentimientos. Estoy feliz de estar acá, con ganas de trabajar y demostrar que no se equivocaron con la elección.

¿Se trazaron como objetivo para esta temporada lograr el ascenso a la Primera Nacional?

Yo quiero ir por todo. Voy a tratar de armar un plantel competitivo. Quiero que mi paso por Depro sea por mucho tiempo y significativo. Quiero quedar en la historia del club. Como jugador me porté bien, y como entrenador quiero aprender e ir por más. Ojalá se nos pueda dar. Buscaremos llegar a la final. Si trabajamos todos juntos creo que se puede.

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