El relato llegó al cielo: conmoción por la muerte de Adrián Di Blasi

La sentida despedida al relator, periodista y director de FMQ. Fue un apasionado del relato, del deporte, del fútbol y de la radio. Para definir su amor por Quilmes hay pelea entre los adjetivos

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El relator Adrián Di Blasi
El relator Adrián Di Blasi murió a los 54 años tras pasar casi 20 días internado luego de haber contraído COVID-19

El Covid terminó con su estado de salud. Vibró con el Quilmes del Colorado Sava casi hasta el final. Y descargó su bronca la noche en que se suspendió el partido en cancha de Atlanta. Ese fue su último tuit, y luego los mensajes a los amigos para contar que estaba aislado, el coronavirus y llegó la internación. Desde el 20 de enero los días en el Hospital El Cruce de Florencio Varela fueron difíciles, pero con fe. Médicos y enfermeros dieron todo para que Adrián volviera a ser Adrián. Claudia, su esposa, su hija, su familia, sus amigos y todo Quilmes, estuvieron pendientes de cada momento, hasta que a las 17:30 del domingo 7 de febrero, Adrián se transformó en eterno.

Adrián era el relator, periodista y director general de Radio FMQ. El dolor cercano también de sus compañeros, el Gerente Artístico Daniel Bocar y la Jefa del Informativo, Valeria Bottasso, y todo el personal de la emisora del Grupo Crónica.

El Municipio de Quilmes destacó para despedirlo que “se convirtió en la voz y el sentir del hincha cervecero. Su inesperada partida dejó un vacío muy difícil de llenar en el periodismo deportivo de la ciudad”. Hubo un lugar común para todos al resaltar “su bonhomía y generosidad”.

Adrián fue todo para la familia. El amor por su mamá, su esposa Claudia y su hija Lucía Milagros (11). Sólo los que estuvieron cerca saben lo importante que fue su llegada.

Relator desde 1987, tres años después arrancó la campaña de Quilmes. Durante 30 años fue, es, la voz que une la pasión con los hinchas. Con tono muy particular y un énfasis especial para gritar los goles, Di Blasi marcó con su estilo propio una forma de transmitir los partidos. Durante años, Sebastián Kerle, fue su comentarista y además co-conductor de la tira deportiva matutina y vespertina, durante cuatro horas diarias. Conmovido por la noticia, le dijo a Crónica: “Vivimos ascensos, descensos, viajes, Copa Libertadores. Todo. Y mil anécdotas, como cuando le pidió al árbitro Baldassi, quien lo publicó hasta en su libro Terminalo Héctor, terminalo, por el amor de tu santa madre, terminalo. Y lo que es el Ta-ta-ta de Víctor Hugo, o fue el “peligro de gol” de José María Muñoz, para Adrián era, es, “¡Lo grito, lo grito, lo grito!”.

También fue una de las voces del fútbol en Continental y de Relatores junto al equipo de Víctor Hugo Morales en Radio Nacional. Ellos también lo despidieron por Twitter: “Es imposible poner en palabras el dolor que sentimos. Nuestro corazón está con su esposa, su hija, su mamá y tod@s sus seres queridos. No se fue cualquiera. Buen viaje, querido amigo!” Y hasta el actual interventor de YCRT, Aníbal Fernandez, quilmeño de raza: “Adrián, Gordo querido amigo, que Dios te bendiga”, junto al video que se viralizó por la redes, con el relato histórico del Quilmes campeón de 1978 y el gol de Gáspari, en el 3 a 2 contra Rosario Central. El mundo del ascenso, futbolistas y cientos de periodistas y amigos dejaron sus mensajes conmovedores.

La sentida despedida al relator, periodista y director de FMQ. Fue un apasionado del relato, del deporte, del fútbol y de la radio. Para definir su amor por Quilmes hay pelea entre los adjetivos

Adrián era trabajo, tesón, compromiso. Sus comienzos en el sur del Gran Buenos Aires en la televisión por cable, sus recorridos por las radios y el crecimiento y desarrollo de FMQ, donde le puso todo para hacerla competitiva. Y entre los recuerdos, surge el último gol de Quilmes que gritó, el de Francisco Tico Ilarregui a Brown de Adrogué, el 11 de enero.

En la noche del domingo, como cientos de domingos a lo largo de su carrera, la cabina de transmisión del estadio de Quilmes volvió a iluminarse. “La cabina de Di Blasi”. Desde ahí Adrián vivió los momentos más inolvidables. Hinchas, periodistas, dirigentes, familiares y amigos le dieron el adiós, en silencio, donde él mejor se sentía trabajando. También era su casa.

El relato llegó al cielo.

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