En su interior, Julio Chiarini sabía que el desembarco a la Primera División de Argentina era inminente. Sus grandes actuaciones en Instituto de Córdoba generaron interés en varias instituciones, pero un llamado lo sorprendió y lo dejó perplejo: del otro lado de la línea estaba Marcelo Gallardo, que lo quería para iniciar su camino como director técnico en River Plate.
En diálogo con Infobae, Chiarini rememoró su experiencia en el Millonario (disputó 16 partidos, en los que recibió 17 goles y mantuvo la valla invicta en 4 encuentros) y contó detalles sobre cómo es el Muñeco en el día a día y las claves para convertirse en uno de los entrenadores más exitosos del continente.
El ex Tigre y Sarmiento de Junín, de 38 años, también se refirió a los motivos que lo llevaron a alejarse de la actividad profesional, su breve incursión como vendedor de muebles y su anhelo por regresar al mundo del fútbol.
¿Cómo se encuentra hoy?
Bien, tranquilo, en mi pueblo (Oliva, Córdoba). De momento no estoy haciendo nada. Estoy con algunos proyectos, pero para más adelante. Ahora con la pandemia no se puede hacer mucho. Ahora estoy disfrutando de mi hija y de mis amigos.
Hasta hace poco se encontraba trabajando con un amigo en un proyecto de muebles
Sí, en un mayorista de muebles. Pero bueno, a veces las sociedades son complicadas y desistí. Volví a mi pueblo y ahora estoy viendo qué se puede hacer. Por el momento estoy tranquilo, entrenando, porque me gusta entrenar y andar en bici. El proyecto era en Córdoba capital, era un proyecto lindo, pero son cosas que pasan dentro de una sociedad. Decidí dar un paso al costado y volver a mi pueblo, aunque también estoy yendo y viniendo a Córdoba capital.
En su momento salió la noticia de la posibilidad de volver a jugar. ¿Es algo que le interesa?
Volver a jugar no, no me lo han propuesto, por eso tampoco le di mucha bola. Por el momento estoy viendo qué hacer, aunque ahora es complicado con esto de la pandemia.
¿Dentro del qué hacer, su idea es que sea algo vinculado al fútbol o le gustaría incursionar en otro ámbito, como fue lo de los muebles?
No tengo problema con ninguna de las dos opciones. Si es de fútbol, mejor; porque es lo que hago de chiquito. Hoy no es momento de invertir en nada, hay que esperar a ver lo que puede surgir.
¿Hizo el curso de entrenador?
No me gustaría ser técnico, sí estar dentro de un cuerpo técnico. Me gustaría tener otro rol. Estar pegado al jugador, al día a día, el ver qué le pasa. Si está bien, o si está mal. Siempre me actualizo viendo trabajos de campo. No me gustaría ser la cara visible, sí ser el nexo entre jugador y cuerpo técnico.
¿Por qué dejó el fútbol en su momento?
Estaba a 10 puntos en lo físico, pero no estaba bien con uno mismo. Me pasaron cosas en el fútbol que ahora no vienen al caso, que no esperaba que me pasen a esa edad. Me enojé, vivía enojado, vivía con bronca. La estaba pasando mal en el día a día. No estaba feliz con lo que hacía y tomé esa decisión en ese momento. No lo disfrutaba como lo tenía que hacer. Físicamente estaba 10 puntos para seguir, pero de la cabeza tampoco estaba bien. Tampoco me dejé ayudar, siempre tomé decisiones solo. Nunca pedí ayuda a nadie con mis problemas. Los analicé en mi interior. Soy un tipo un poco especial en ese sentido y no recurrí a nadie.
¿A qué le atribuís esa falta de ganas?
Injusticias. Hay mucha mierda en el fútbol, y uno piensa que nunca le va a tocar. No me supe manejar. Me hizo mal, porque acumulé cosas y después exploté y dejé de jugar. Lo podría haber resuelto de otra manera. O sacarme esa bronca que tenía con tal persona. Me dolieron un par de cosas.
A la distancia, ¿se arrepiente de cómo se dieron las cosas?
No, no trato de arrepentirme de las cosas. Sí extraño, pero miro hacia el frente. Sé que en algún momento voy a tener otra oportunidad dentro del fútbol, en el lugar donde sea. Dejé muchos amigos. Algunos se están retirando y quieren formar cuerpos técnicos. Uno está a la expectativa. Estoy tranquilo, esperando que aparezca algo.
En su momento declaró que no miraba fútbol. ¿Por qué?
El año que me retiré no miré nada porque me hacía mal y extrañaba. Ahora ya estoy más tranquilo y miro todo. Me costó al principio, porque por ahí me picaba el bichito de volver. Traté de aislarme un poquito. Además había nacido mi hija, y quería estar con ella. Ahora sí estoy al día con todo lo que pasa. Desde los 4 años que juego al fútbol y me gusta todo lo que lo rodea, es normal que esté atento a lo que pasa, y tengo amigos que aún están jugando.
¿Qué recuerda de su paso por River?
Tengo los mejores recuerdos. Tuve la suerte de estar en el ciclo Gallardo, que ganó prácticamente todo lo que jugó. Me enseñaron la humildad de los grandes. Había grandes jugadores, que triunfaron en Europa, y me recibieron como uno más. Me respetaron y ayudaron siempre. Ninguno era más que nadie, por eso teníamos un grupo tan grande. Nunca hubo una pelea. Obvio que todos no éramos amigos, pero la pasábamos bien. Lo disfrutamos. Éramos un conjunto lindo.
Gran parte de su carrera la hizo en el Ascenso, pero un día sonó el teléfono y el que lo quería era River. ¿Qué pensó en ese momento?
Me llamó Marcelo (Gallardo), fue algo lindo. No entendía nada en ese momento. Me imaginaba que iba a pasar a Primera, pero no haciendo un salto tan grande. Una vez que firmé contrato me alivié y me dediqué a entrenar. Entrené siempre, no falté nunca. Nunca me lesioné. Hice todo lo correcto. Me faltó quedarme como titular, ser un Barovero, un Armani, que fueron glorias. Me hubiera gustado consagrarme en ese arco. Me quedó esa espina. Igualmente no me puedo quejar, jugué bastante y ganamos muchas cosas. Le estoy agradecido a Marcelo, al cuerpo técnico y mis compañeros.
Estuvo desde el inicio del ciclo Gallardo. ¿Se imaginaba que iba a ser una clase de entrenador?
Sí, desde el primer momento. En el fútbol es importante que al tipo que tengas enfrente le creas. Su forma es trabajar. Si tenés a un tipo que sólo hace fútbol y te está todo el día chamullando, o haciendo siempre lo mismo, es un chamuyero. Llega un momento que los mismos jugadores ya no le creen. Y así es difícil armar un grupo. Marcelo te habla lo justo y necesario, y lo demás es todo trabajo. El trabajo es intenso, y siempre está pendiente de todos, no sólo de los titulares. Te preguntaba todo el tiempo cómo estabas vos, tu familia. Le llega muy bien al jugador, lo respeta mucho. Eso hace que gane todo lo que ha ganado. A cada jugador que llega lo exprime para que de lo mejor. Fijate ahora con (Matías) Suárez, que lo conocía de enfrentarlo. Todos sabíamos que era un fenómeno, pero él le sacó lo máximo. Es muy completo, y además es una gran persona.
Su foto de perfil de WhatsApp es un abrazo con Marcelo Gallardo. ¿Por qué eligió esa foto?
La encontré, y me gustó. Fue cuando fui a la cancha de River. Nos abrazamos, yo le tengo un gran afecto, y estoy orgulloso de esa foto. Me gustó y la puse, simplemente eso. Ir al Monumental y recibir ese abrazo de él, de mis ex compañeros y el cuerpo técnico, fue como un reconocimiento, un agradecimiento. Ellos me dieron una gran oportunidad.
¿Sigue hablando con Gallardo?
Cuando cumple años o cuando gana algún campeonato le mando un mensaje. Siempre me respondió, pero con el que más hablo es con (Hernán) Buján, porque también es de Instituto. Y con Leo (Ponzio), que es con el que más hablo. Somos parecidos en la forma de vivir, somos los dos de pueblo. Nos gustan las mismas cosas. Quedó una buena relación.
Dijo que le quedó la espina de consolidarse como arquero titular de River. ¿Qué cree que le faltó para quedarse con el puesto cuando quedó vacante?
Mi rendimiento por ahí no fue el mejor, aunque no me reprocho nada, porque tuve partidos buenos. Eso me relegó un poquito, y por eso después jugó (Augusto) Batalla. Cuando vi eso, y que todo se encaminaba para que él sea titular… Yo quería ser titular, volver a sentir más el día a día, los partidos, por eso decidí ir a (Sarmiento) Junín. Ahí anduve bien, porque después me llamaron equipos de Primera y de afuera. Por ahí si me quedaba en River, estaba ahí ahora. Más allá de que no me tocaba jugar, me entrenaba, sumaba en el día a día, hacia las cosas bien como para estar en el plantel. Pero bueno, son decisiones que uno toma apresurado; pero me sirvió, porque eso me abrió muchas puertas.
Comentó que podría estar ahora en el plantel. ¿Se arrepiente de irse de River?
El club y el cuerpo técnico querían apostar por Batalla e iba a estar seis meses más de suplente, y yo estaba en una edad que necesitaba jugar, y pensé eso en ese momento. Por ahí me equivoqué, pero ya está. Necesitaba estar parado en un arco y jugar. Ser el arquero de River hubiese sido un orgullo muy grande, pero no me puedo quejar. Estuve en un club muy groso, ganando muchas cosas. Me siento orgulloso de haber estado ahí.
Cuando volvió al club, ya sin ser jugador, todos me dieron un abrazo y me abrieron las puertas, incluso Enzo (Francescoli) y el presidente. Aunque no dejé un recuerdo muy importante como jugador, sí como persona. Me gusta ir a la cancha, ir a verlos.
Le tocó estar en un partido que siempre será tristemente recordado por el “gas pimienta”.
No esperábamos pasar algo así. Estábamos bien en la cancha, no corríamos peligro en el primer tiempo. Pero luego nos encontramos con algo totalmente diferente a lo que es un espectáculo del fútbol, que no me pasó nunca. Estábamos conmovidos, queríamos que se terminara rápido e irnos. Esa es la verdad. No sabíamos qué tenían nuestros compañeros, qué les habían tirado. Fue una noche nefasta, que uno no quiere recordar. Uno no se fue contento. Sabíamos que podíamos ganarlo en la cancha, eso estaba claro. Nos fuimos tristes. Al otro día no era lo mismo.
Tuvo el privilegio de estar en un Mundial de Clubes
Fue un espectáculo, un orgullo. Yo pensé que el equipo estaba capacitado para ganarlo, pero el Barcelona no nos dejó un hueco para ganarle, pero competimos y llegamos ahí, que es lo más importante. No tengo dudas que River en algún momento lo va a ganar si sigue Marcelo en el cuerpo técnico. Es una espina que nos quedó. Ese título merecíamos tenerlo, porque habíamos hecho todo perfecto para llegar a ese partido, pero nos encontramos con el mejor Barcelona.
Entonces, ustedes estaban convencidos de poder jugarle mano a mano a Barcelona, pese a la diferencia de presupuesto y plantel
Sí, estaba confiado en mis compañeros. Sabíamos que era difícil, pero estábamos convencido. Era una final del mundo. Hasta que empezó a rodar la pelota estábamos todos convencidos. Luego nos encontramos con un equipo superior.
Usted sostiene que si Gallardo continúa en el club, en algún momento van a ganar ese partido
Es una cuestión de tiempo. Con Flamengo se le escapó por cuestión de tiempo, lo mismo ahora con Palmeiras allá. Si Marcelo continúa, van a seguir ganando cosas y jugando esa clase de partidos.
Cómo fue ver a Messi desde tan cerca
Un orgullo. Lo crucé al salir del vestuario, y lo saludé tímidamente, porque soy tímido en ese sentido. Luego lo miraba dentro de la cancha. Ahora, alejado del fútbol, uno no lo puede creer. Jugar un partido contra ellos, ver esa figuras... En ese momento no lo disfrutás tanto, porque estás metido en otra cosa. Cuando pasaron los días vimos la magnitud de estar al lado de esos monstruos.
¿Cómo ve a River en la actualidad?
Igual. Ordenado, siempre mostrando lo mejor y peleando cosas. Hace rato que River no juega por nada. Siempre está peleando por cosas importantes. Ahora con lo del dólar es complicado traer jugadores, pero con lo que tiene en el plantel está haciendo grandes cosas. Si daba vuelta el partido en Brasil, esta vez la final no se le escapaba.
River lleva un tiempo sin incorporar. ¿Esto hizo que se vea más la mano de Gallardo?
A todos nos gusta tener más, pero se arregla con lo que tiene, que tampoco es poco. Tiene muchos jugadores importantes, una base importante y algunos juveniles. Mientras esté, el club va a seguir ganando cosas, va a seguir sacando pibes y vendiendo. Hizo una base muy importante, armó la Reserva e inferiores a su gusto. Hizo que el club crezca en lo futbolístico. Cuando se vaya dejará un legado muy importante para el que venga después. El día que se vaya será a un club importante, de los mejores del mundo. No creo que vaya a cualquier lado. Si da ese salto, será uno importante.
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