En vísperas del inicio de la competencia en Australia, tres aviones charteados por la federación de tenis de ese país llegaron con al menos un pasajero que dio positivo de COVID-19. A pesar de no ser ningún jugador, todos los que viajaban en ellos fueron puestos en cuarentena durante 14 días, incluidos los más de 70 tenistas que arribaron a Melbourne en esos vuelos. Entre ellos, dos argentinos y sus acompañantes: Guido Pella y Juan Ignacio Londero, quienes subieron en el vuelo que unía Los Angeles con la ciudad sede del Australian Open.
Encerrado en su habitación en Melbourne, Pella habló sobre el aislamiento, sobre cómo sobrelleva la cuarentena, el enojo que provocaron los privilegios para unos pocos y el silencio de Rafael Nadal. “Se cayeron todas las caretas”, dijo, refiriéndose en general a sus colegas.
El malestar generalizado de los jugadores aislados en Australia comenzó a filtrarse en las redes sociales, y en el blanco quedaron algunos colegas y el director del Australian Open, Craig Tiley.
Como una síntesis de los comentarios de los tenistas que se acumulan en las redes, Pella dijo que “todo quedó muy clarito, al torneo le interesan sólo tres jugadores. Los que están haciendo la cuarentena especial en Adelaida -refiriéndose a los 3 mejores de los rankings masculino y femenino-. Lo blanqueó el director. La pregunta es: ¿para qué nos trajo acá? Hubiera hecho una exhibición con ellos solos y listo”.
En este contexto de pandemia, en el que la federación australiana modificó en un mes toda su programación habitual e hizo cambiar el calendario de los dos primeros meses del año, decidieron incluir una exhibición en Adelaida (no en Melbourne) con los tres mejores de la ATP y WTA, alojándolos en mejores hoteles, saliendo a entrenar e interactuando con otras personas, aunque sea a distancia. “Djokovic sale al balcón, un balcón más grande que nuestra habitación, a hablar con la gente, a tomar aire y nosotros acá, sin poder abrir las ventanas, porque son selladas y eso es lo que genera malestar”, confesó Guido en la entrevista a Podcast 3iGuales .
Pero, más allá de lo que pueda haber pretendido negociar el N°1 del mundo, Novak Djokovic, para que mejoren las condiciones de quienes permanecen aislados, a Pella le llama la atención el silencio de otros jugadores que podrían tener influencia. “Yo no pongo las manos en el fuego por nadie, pero Djokovic, por lo menos, muestra intenciones. Después, no sé qué pasa. A mí no es que me dolió, porque nadie tiene que decir nada, pero que tanto Thiem como Nadal no hayan dicho nada de la cuarentena de Adelaida, a mí no me gustó. Pero bueno, claramente hay gente que piensa diferente y es así.”
No es la primera vez que Guido es aislado, por lo que el bahiense ya cuenta con cierta experiencia. Cuando regresó el circuito, en agosto pasado, él y Hugo Delliem debieron quedar en cuarentena por contacto estrecho con un integrante de su cuerpo técnico. “La estoy llevando mucho mejor que la que hice en Estados Unidos. La indignación nos duró 10 minutos, el primer día, pero después me di cuenta de que no hay chances de salir y hay que tomarlo de la mejor manera. Pero nunca pensé que me iba a tocar de nuevo. Y lo peor es que la sigo ligando de rebote, porque no soy yo el positivo”, comentó y agregó que “mientras dure la pandemia hay que aceptar las reglas de juego y ser muy inteligentes a la hora de elegir los torneos a los que vas. Yo a esta altura priorizo lo económico, juego por plata. Es mi trabajo. Si tuviera la posición económica de Isner, que decidió quedarse con su familia, como también Federer, seguramente yo tampoco hubiera venido”.
Pero los que aceptaron ir y permanecen encerrados “como en una prisión” en sus habitaciones, como dijera en privado Bautista Agut, tomaron diferentes actitudes y decidieron divertirse haciendo públicas sus actividades en las redes sociales. Algunos, de manera muy histriónica.
Entre las mujeres, una de las más divertidas es la británica Heather Watson (@heatherwatson92), quien apareció haciendo un triatlón en su habitación, utilizando la ducha, una bicicleta fija y el pasillo de su habitación, para simular la competencia. Mientras que el uruguayo Pablo Cuevas saca una gran ventaja diaria entre los hombres, con sus historias de Instagram (@pablocuevas86). “Lo que me mata es que no sé de dónde sacó la heladerita de cerveza”, enfatizó Pella entre asombro y risas. “Lo peor es que lo tengo de vecino. A veces lo escucho gritar, no puedo confirmar que sea él, pero estoy casi seguro”, afirmó.
Pero, más allá de estas situaciones divertidas, aparecen otras más dramáticas, como la de la estadounidense Sloane Stephens, quien recibió la noticia del fallecimiento de su abuelo, a pocos días de la muerte de su abuela y de su tía, contagiadas de coronavirus.
Una expectativa de solución son los resultados que puedan aportar las vacunas, aunque el bahiense reconoció que de eso no se habla entre los tenistas y, para él, todavía no es tiempo para ellos. “Yo soy pro vacuna, pero mientras estemos en la situación sanitaria que estamos yo no voy a pedir una para mí, hay otros que están antes para aplicárselas, que son los del grupo de riesgo. No es joda lo que está pasando. En esta situación donde sigue muriendo gente todos los días, hay que ser más solidario con el otro”, quiso especificar, aunque aclaró que si algún país “empieza a ofrecer vacunas pagas y me hace bien para mi trabajo, yo la voy a tratar de conseguir porque es inviable jugar al tenis en estas condiciones”.
En estas circunstancias siguieron apareciendo cruces entre los tenistas, como viene sucediendo desde el comienzo de la pandemia, como el de Nick Kyrgios con Novak Djokovic, a quien trató de estúpido y de hacer las cosas en su beneficio. “Hay muchas cosas que dice Kyrgios que tiene razón, pero las dice de tan mala manera que cae antipático y genera poca empatía”, expresó Guido, aunque confesó que esta situación global le sirvió para conocer mejor el ambiente en el que se mueve. “Se cayeron todas las caretas y empezamos a conocer cómo se maneja cada uno y no hay nada que me haya dado tanta satisfacción. Si no hubiéramos tenido esta pandemia, me retiraba del tenis con una sensación positiva. Ahora no, ahora conozco mejor a la gente de alrededor. Por eso, más que nunca, juego sólo para mí, profesionalmente hablando”, aclaró.
El malestar de estos más de 70 jugadores aislados proviene, además, porque saben que les darán ventaja, cuando salgan a competir, a quienes enfrenten y hoy puedan estar entrenando. La cuarentena culminará el 29 o 30 de enero próximo y los torneos, incluida la ATP Cup, certamen en el que representan a su país, comenzarán el 1 de febrero, por lo que sólo tendrán dos días para reacomodarse al entrenamiento y a las condiciones de estar al aire libre, después de 14 días.
“Salimos de la cuarentena y tenemos que empezar a jugar, a eso vinimos, pero en mi mente solamente estará el no lesionarme. Además, te tenés que acomodar a las nuevas condiciones, después de tantos días de encierro, que es salir al aire libre, tener aire natural, sol y moverte con libertad. No es fácil y ya me pasó en Estados Unidos, te sentís como perdido al principio”, explicó Pella respecto a lo que vendrá en pocos días. En su caso, Guido será la segunda raqueta del equipo argentino que participará de la ATP Cup, junto a Diego Schwartzman -con quien reconoció que está hablando bastante menos que antes, en una relación que no parece estar en su mejor momento-, Horacio Zeballos y Machi González (estos últimos integrarán el dobles). “Lamentablemente, ellos se van a tener que poner la 10 y salir a ganar, yo voy a hacer lo que pueda y a aprovechar para agarrar ritmo para el Abierto de Australia”, dijo respecto a su primera presentación, aunque reconoció que eso puede llevar al descontento del público argentino: “La gente no va a tener en cuenta mi situación, cuando salga a la cancha y me voy a comer cada puteada”, señaló, mientras se tomaba la cabeza y sonreía.
El gobierno australiano y el estricto protocolo del tenis, tal vez el más riguroso en el deporte mundial, ha sido una combinación demasiado rígida para los jugadores y plantea interrogantes para el futuro, sin embargo, todos los que fueron a Melbourne eran conscientes de las condiciones y “el premio sólo por perder en primera ronda (N de la R: 100 mil dólares estadounidenses), ya hacía valer la pena el sacrificio de venir y bancártela. Habrá que ser muy inteligente para armar el calendario y evaluar riesgos y beneficios, hasta que esto pueda jugarse normalmente”.
Guido Pella también confirmó su presencia en los dos torneos argentinos, el Córdoba Open y el Argentina Open, mientras pasa su última semana en cuarentena.
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