Trabaja en el Mercado Central, es mamá de mellizos y fue la gran figura del Boca campeón: Lorena Benítez, la jugadora que se llevó el premio más preciado

A los 22 años, fue reconocida como la mejor futbolista del Torneo Transición. La historia de una joven que sorprende con su talento y su sacrificio

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Lorena Benítez recibió el premio
Lorena Benítez recibió el premio a la mejor jugadora del torneo (REUTERS/Juan Ignacio Roncoroni)

Es difícil saber cuándo duerme Lorena Benítez. Sus horas se ocupan entre los entrenamientos y los partidos con Boca Juniors, su trabajo desde las madrugadas en el Mercado Central y la crianza de sus hijos mellizos de un año y medio, Renata y Ezequiel. Aún a pesar de lo apretada que es su agenda, la futbolista se las arregla para llevar adelante todas sus tareas con solvencia y este martes fue premiada como la mejor jugadora del Torneo Rexona del fútbol femenino, que quedó en manos del club de la ribera tras una aplastante goleada por 7-0 ante River.

Ese premio confirmó a Lorena como una de las jugadoras con mayor proyección del país. Con tan solo 22 años, la mediocampista se ha convertido en el eje de un equipo que brilló. En cada partido aportó equilibrio y pases precisos. Ella es la que hace la pausa, levanta la cabeza y siempre encuentra a una compañera libre. A esa justeza en las conexiones le suma un gran sentido de la ubicación y un sacrificio para ir al piso y cortar cuando es necesario. Cada vez que toca la pelota, destila calidad.

Todas esas cualidades la llevaron en 2019 a ser titular en la selección argentina en el Mundial de Francia. Aquellos fueron tiempos de grandes emociones para Benítez: tan solo un mes antes del certamen en Europa su pareja Verónica Rivero -titular de la comisión de Futsal de AFA- había dado a luz a los hijos de la pareja. A Lorena se la podía ver con lágrimas en los ojos en los pasillos de los hoteles cada vez que hacía una videollamada para ver a su compañera y a sus bebés.

El fútbol es la gran pasión de la nacida en Luis Guillón, pero la profesionalización no la ha alejado de su otro trabajo. De madrugada, junto a Verónica llegan hasta el Mercado Central de Buenos Aires donde manejan un puesto y un reparto de alimentos. De hecho, durante la pandemia, con ese emprendimiento se encargaron de repartir comida a comedores a los que se acercaban las personas más necesitadas.

Lorena Benítez y Verónica Rivero
Lorena Benítez y Verónica Rivero son mamás de los mellizos Renata y Ezequiel (Natalia Ponce)

Lorena es la hija de un matrimonio de inmigrantes paraguayos y, en total, son ocho hermanos. De pequeña, cuando comenzó a jugar al fútbol, su papá quería que representara a la selección “albirroja”, pero una convocatoria a los 13 años al combinado argentino selló su destino “Albiceleste”. Tan grande es su talento con la pelota que en San Lorenzo, club por el que pasó antes de recalar en Boca, la hicieron debutar en el Torneo de Primera División de fútbol femenino una semana antes de que cumpliera los 14 años, que es la edad mínima reglamentaria. El rival reclamó por su inclusión y el “Ciclón” perdió los puntos.

Pero el talento de la joven no se limita al fútbol 11. Hasta hace un tiempo fue además la mejor jugadora de futsal del país (fue galardonada con el premio Alumni 2018) y una de las más destacadas a nivel mundial (estuvo entre las diez nominadas por Futsal Planet).

Otro rol en el que se destaca es en el de mamá. La propia futbolista de Boca reconoció antes de la final ante River que Renata y Ezequiel la habían mantenido despierta casi toda la noche previa. Los mellizos fueron concebidos luego de un tratamiento en un centro de fertilidad: se utilizaron los óvulos de Lorena, los cuales se fecundaron con el esperma comprado a un donante anónimo, y los embriones producto de ese proceso se implantaron en el útero de Verónica, que fue quien llevó adelante la gestación.

La mediocampista marcó el tercer
La mediocampista marcó el tercer gol en la final ante River (REUTERS/Juan Ignacio Roncoroni)

Esa noche en vela no pareció hacer mella en la concentración y en el físico de Benítez, que no solo jugó un gran partido ante River, sino que marcó el tercer gol para las Gladiadoras con un soberbio disparo desde afuera del área. En el festejo de la conquista señaló hacia la platea del estadio José Amalfitani, allí a dónde se encontraba Verónica, quien respondió con una sonrisa. Al terminar el encuentro, y ya con la consagración consumada, la mediocampista se alzó con el premio a la mejor jugadora del torneo, el galardón más preciado. Fue un reconocimiento a su talento dentro la cancha y a su sacrificio en todos los ámbitos.

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