Se rompió la nariz, tuvo dos esguinces de tobillo, pero eso no le impidió ganar el Dakar: la odisea de Kevin Benavides para alcanzar la gloria

Recién llegado a la Argentina, Infobae habló en exclusiva con el salteño. Corrió ocho días lesionado. Las claves de su triunfo en motos, donde es el primer argentino y latinoamericano en lograrlo. Sus sacrificios. Y por qué hay tantos accidentes de motos en la Argentina

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Kevin en la coronación con
Kevin en la coronación con el mítico trofeo Touareg (Prensa Dakar).

Su herida en la nariz es una de las marcas de guerra. Esa guerra llamada Rally Dakar que en 2021 tuvo doce batallas que fueron sus etapas (7.658 kilómetros), donde al final Kevin Benavides cantó victoria. El salteño hizo historia a darle a nuestro país y a Latinoamérica el primer triunfo en motos. Su rostro de cansancio es elocuente, pero también su alegría por alcanzar el sueño de toda su vida. El piloto oficial de Honda luce con orgullo el mítico Touareg, el trofeo al vencedor que afirma que “no me lo despego ni un minuto. Hasta duermo con él”. Luego de ganar la carrera más dura del mundo, un largo viaje desde Arabia Saudita y recién llegado a la Argentina, Infobae pudo hablar con él en exclusiva.

-¿Qué se siente ganar el Dakar?

-Mucha alegría, orgullo y felicidad porque detrás de esto hay mucho sacrificio, constancia, determinación; y bueno, conseguir esto, dejar a mi país tan alto era mi sueño.

-¿Qué cambió en vos de los otros Dakar a este para poder ganar?

-Esta es mi quinta vez. Hay una maduración interna y sobre todo emocional. Mayor tranquilidad. Hay maduración en cuanto al pilotaje y a la navegación. El rally raid es un deporte muy peligroso y muy técnico y que puede variar de un segundo al otro. Para poder ganar un Dakar hay muchos factores que influyen y es muy difícil hacer un Dakar perfecto. Siempre te podés perder, golpearte; son tantos días, tantas horas que todo puede pasar.

A diferencia de los autos o camiones, donde los pilotos y navegantes viajan cómodos, correr en moto y en cuatriciclos genera un desgaste mayor a sus competidores. En especial en las dos ruedas donde van casi siempre parados. Eso les da más mérito a sus vencedores. Benavides triunfó en la quinta etapa donde tuvo una caída en la que sufrió la rotura de su nariz. “También sentí algo en los tobillos, pero luego me hicieron placas y solo fueron dos esguinces”, reveló. Luego repitió victoria en el noveno tramo y en el siguiente saltó a la punta de la clasificación general. Corrió ocho días lesionado de un total de doce de competencia.

-¿Cómo seguiste corriendo con una nariz rota y los esguinces de tobillos?

-Poniéndole huevo. Sabía que eso no me iba a parar. Por más que iba a sentir mucho dolor en ese momento no aflojé. Sabía que después iba a poder llegar y recibir la atención. De alguna manera iba a poder prepararme para el día siguiente.

-¿Cuáles fueron la claves del triunfo?

-La concentración, la determinación y la navegación. También mantener un cierto ritmo para toda la carrera, ser parejo. También la moto (Honda CRF 450 Rally) respondió de maravillas.

-¿Por qué fue tan difícil la navegación este año?

-Fue el Dakar más duro de los que corrí. La organización armó un trazado muy técnico en cuanto al roadbook (hoja de ruta) que prepararon. Mucha navegación complicada, difícil, y hago hincapié en eso porque muchos pilotos se perdían. Cuando abrías la pista (largar adelante en la etapa) perdías tiempo, o te sacaban tiempo (penalizaciones) y cuando largabas de atrás podías recuperar ese tiempo.

Ganar en las dos ruedas es muy especial por varios motivos. Porque es una de las dos principales categorías junto con la de autos. Es la más peligrosa ya que es la que más vidas se cobró (22). Luego porque es la que concibió el Dakar. Es el vehículo que usó el creador de esta carrera, el recordado Thierry Sabine, cuando se perdió en una carrera en África en 1977 y aquella supervivencia lo inspiró para gestar la gran aventura del deporte motor. Las motos tienen un mito y vencer en la divisional va más allá del éxito mismo, tiene épica.

-Carlos Reutemann dijo que se saludaba con sus colegas en la Fórmula 1 porque no sabía si volvían vivos de una carrera. Las motos es la categoría más peligrosa. ¿Ustedes hacen lo mismo?

-No, nadie se saluda pensando en algo así (el año pasado se mató su amigo y compañero de equipo Paulo Goncalves). Pero sí, es una de las carreras más peligrosas que hay en el mundo y puedo decir tranquilamente que es la más riesgosa de todas. Vamos a fondo sin saber lo que se nos viene adelante. Sólo tenemos un papel que nos dice adónde tenemos que ir. No sabemos todo el peligro que hay y día a día se va a una velocidad muy grande.

En el aire con su
En el aire con su Honda CRF 450 Rally (Prensa Dakar).

-El Dakar es una carrera desgastante en lo mental. ¿Cómo manejás el aspecto psicológico?

-Trabajo con mi psicólogo durante toda la temporada con ejercicios, meditaciones, trabajos de concentración, varias cosas que se van sumando a lo largo del año.

-¿Hay algún momento en el que se puede perder la cabeza?

-Si, sobre todo cuando las cosas te van mal.

Benavides cumplió sus 32 años (09/01/1989) en Medio Oriente. Salvo su ausencia en 2017 por una lesión, desde 2016 no tuvo a los suyos en cada aniversario. Pero es una anécdota. Está acostumbrado a sacrificios de verdad por dedicarse de lleno a su carrera. Valió la pena para llegar tan lejos. Desde los eventos familiares o salidas con amigos ya en su adolescencia cuando empezó a correr en enduro donde ganó 18 títulos: provinciales (10), nacionales (3) y latinoamericanos (5). Hasta que un día el Dakar llegó a Sudamérica y le picó el bicho por la “Odisea”, como de la conoce a la carrera.

-De chico, ¿mirabas el Dakar en África y te imaginabas esto?

-No me lo imaginaba. Cuando estaba en África lo veía como algo muy lejos. Sí después cuando llegó a la Argentina en 2009. Ahí me dieron ganas de meterme, pero bueno, yo venía del enduro y hubo un paso de aprendizaje para llegar a ahí.

-¿Qué dejaste de lado en tu vida para llegar hasta acá?

-Desde que soy chico me dediqué a las motos. De forma profesional desde los 15 años. He sacrificado muchos momentos, cumpleaños de 15, salidas con mis amigos, festejos, vacaciones, todo por carreras, entrenamientos. Cuando mis amigos me decían que saliéramos yo me tenía que acostar temprano porque al otro día tenía que entrenar. La vida de un deportista profesional muchas veces no es fácil, pero bueno, es en busca de un sueño.

Kevin a los 4 años
Kevin a los 4 años sobre su primera moto (@kevinmaxbenavides).

-¿Cómo se llega a correr en un equipo oficial en el Dakar?

-Primero demostrando que tenés la habilidad, la velocidad y las condiciones como piloto para poder llegar. Lo hice en mi primer Dakar donde quedé cuarto (fue el primer argentino en ganar una etapa en motos) y eso me abrió las posibilidades para entrar en un equipo oficial.

-¿Cómo manejaste la transición de la velocidad plena que es el enduro al rally raid, donde no siempre sirve ser el más rápido?

-Son dos disciplinas muy diferentes. El enduro me dio las técnicas de conducción y eso me ayuda mucho porque sé manejar en la mayoría de los terrenos. Lo que tuve que aprender luego fue la navegación y todo lo demás que se incorpora.

-Participaste de una campaña de seguridad vial. ¿Por qué hay tantos accidentes en motos?

-Si, con Honda. Lo que pasa es que hay mucha gente que antes de aprender a frenar, acelera. Ahí es donde vienen los accidentes. Y el que no tiene la técnica de manejo o no sabe de los riesgos no toma dimensión de los golpes que pueden tener y demás. Ahí es donde suceden la mayoría de los accidentes.

-¿En la Argentina se le da dimensión real a tu logro?

-El motociclismo tal vez no tiene el impacto que tiene otro deporte como el fútbol. Esta noticia del Dakar llega a más gente por lo que representa la carrera, por la aventura, la supervivencia, más de catorce días corriendo en el desierto. Cuando corría en Enduro no tenía tanta importancia como cuando empezás a hacer rally raid. Creo que a la gente le motiva eso de que estás tanto tiempo corriendo y demás. Creo que los cautiva esa parte.

-¿Cuánto tiempo va a pasar hasta que caigas en lo que lograste?

-No sé, ahora lo que más quiero es llegar a mi casa porque vengo viajando desde hace 48 horas, pero bueno, primero disfrutarlo con mi familia y mi gente, que eso es la parte más linda de todo esto.

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