Los festejos por la obtención de la Copa Diego Armando Maradona se sintieron como un desahogo en el seno del plantel de Boca Juniors. Luego de una semana agitada por la dura eliminación de la Copa Libertadores a manos de Santos, el equipo que conduce Miguel Ángel Russo pudo sonreír y celebrar el haber conquistado el otro objetivo que se había planteado en este tramo de la temporada.
Una vez que Julio Buffarini convirtió su penal y selló el triunfo ante Banfield en el estadio Bicentenario de San Juan, la locura se desató entre los jugadores del Xeneize. Los abrazos y las risas convivieron dentro del campo de juego con algún enojo como el de Emmanuel Mas, quien había sido expulsado sobre el final del partido. Sin embargo, la alegría reinaba: ni Diego González, que había salido por una seria lesión, se perdió los momentos de diversión y salió del vestuario para recibir la medalla de campeón con una bota ortopédica.
Boca ya tenía todo preparado en caso de que ocurriera la consagración. Una vez que terminó el encuentro, hubo sombrillas con los colores del Xeneize, espuma de carnaval y cada jugador recibió una camiseta con una estrella con el número 70 en el pecho (por la cantidad de títulos que tiene en club) y un homenaje a Diego Maradona en la espalda. “La Copa del 10 #SeQuedaEnCasa” fue la leyenda que pudo leerse como forma de recuerdo al astro del fútbol argentino fallecido el pasado 25 de noviembre a los 60 años.
La camiseta no fue la única prenda confeccionada para la ocasión. Ya con el título consumado, Russo se cambió el tapabocas blanco que había usado hasta ese momento por uno de fondo azul con la estrella con el número 70 bordada en uno de sus costados. El nuevo accesorio pudo verse en las entrevistas que dio a la televisión.
Después de la ceremonia de premiación y de levantar el trofeo ante las cámaras (en el estadio no había hinchas ya que la final se disputó a puertas cerradas por las medidas en el marco de la pandemia de coronavirus), en el vestuario se desarrolló la parte más íntima del festejo con música y baile. El más virtuoso a la hora de la danza fue el colombiano Frank Fabra, con sus alocados pasos. A él se sumaron el juvenil Gastón Ávila, su compatriota Jorman Campuzano y el arquero Esteban Andrada.
Así se cerró la noche en la que el Xeneize se consagró en la primera edición de la Copa Maradona de la Liga Profesional de Fútbol luego de empatar 1-1 ante Banfield en los 90 minutos y de haberse impuesto en la tanda de los penales. La celebración fue una mezcla de éxtasis y alivio, fue una descarga luego de una semana complicada.
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