Aún sin la posibilidad de albergar público por la pandemia de coronavirus, el estadio del Bicentenario de San Juan se vistió de azul y oro. Boca le ganó por penales a Banfield y se consagró campeón de la Copa Diego Maradona luego de igualar 1-1 en el tiempo regular.
Sufrido por el contexto, pero merecido, el Xeneize logró celebrar para quitarse el fastidio por la eliminación en las semifinales de la Copa Libertadores a manos del Santos. La entrega del trofeo y de las medallas, claro, estuvieron a cargo de Claudio Tapia, presidente de la AFA y de Marcelo Tinelli, titular de la Liga Profesional, organizadora del certamen y del evento, que contó con una emotiva previa, con un homenaje a Diego Maradona a cargo de una banda de rock compuesta por ex futbolistas como Héctor Bracamonte y Gonzalo Rodríguez.
Pues bien, el empresario, conductor y presidente de San Lorenzo se mostró afectuoso con los futbolistas a medida que fueron subiendo al escenario. Con algunos se notó un feeling especial. Por ejemplo, con Wanchope Ábila el diálogo se hizo más extenso, lo mismo que con Diego González (se advirtió que le preguntó por la lesión que lo sacó de la definición), Emmanuel Mas (ex Ciclón) y Carlos Tevez. Pero los ojos de fanáticos e incluso neófitos en el mundo del fútbol estaba atentos a un momento en especial: el instante en el que debía colocarle la presea a Lisandro López... Su yerno.
El defensor, de 31 años, está de novio con Micaela, una de las hijas del periodista. Y cuando subió, con un sombrero auriazul gigante, enfiló derecho hacia la posición de Tinelli, quien le dio un abrazo afectuoso, le dio dos besos, le deslizó algo al oído... Y le colocó la medalla.
López es habitual titular en la estructura de Miguel Ángel Russo, pero como luego de la caída ante el Peixe por la Libertadores el DT optó por armar un elenco mixto como el que jugó en gran parte del certamen local, le cedió su ubicación a Carlos Zambrano. De todas formas, el título también tiene su sello; es el segundo desde su arribo a la institución.
El clásico San Lorenzo-Boca se transformó en un juego incluso mediático entre suegro y yerno, que potencian con simpatía. En junio, por ejemplo, Micaela posteó en redes sociales: “Lo voy a escrachar porque esto me parece un montón. Hizo dos mates, uno para él y otro para mí. ¿Por qué? Porque mi mate es de San Lorenzo y se niega a tomarlo. Se hizo el suyo y obvio que su termo es de Boca. No puede ser que te niegues a tomar mate conmigo”.
Acto seguido, el animador de ShowMatch se sumó a la broma: “Me hubiese gustado que Licha hubiera tomado del mate y del termo de San Lorenzo. No lo puedo creer”. Pues bien, esta vez, el destino quiso que Tinelli le entregara la medalla de campeón.
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