Fue un duelo intenso. Como toda final, los protagonistas dieron todo por acceder al objetivo de conseguir el boleto a la Primera División del fútbol argentino. Estudiantes de Río Cuarto y Sarmiento de Junín animaron un entretenido espectáculo que tuvo todos los condimentos.
Situaciones de riesgo en ambos arcos, goles, expulsiones y suspenso. Fue un choque que se vivió con una carga emotiva notable y el mejor ejemplo lo expuso Nicolás Ferreyra en el complemento. El defensor fue a buscar su gol en una pelota parada a su favor cuando el pleito estaba 1 a 1. Pero lo que no tuvo en consideración fue la dimensión del terreno de juego y las instalaciones que había en las inmediaciones. Como si se tratara de un colectivo sin frenos, el central siguió de largo y se topó con los carteles de publicidad que no pudieron detener su marcha. Su destino fue el foso del estadio y la preocupación se despertó en todos los presentes.
Sin embargo, el áspero defensor se recompuso como si nada hubiera pasado y siguió jugando con su indumentaria empapada por el agua estancada. Una muestra de lo que es el ascenso en estado puro.
Sarmiento de Junín retornó esta noche a la Primera División del fútbol argentino, al derrotar en la tanda de los penales (4-3) a Estudiantes de Río Cuarto, luego del empate 1 a 1 en el tiempo de juego por la final de la Primera Nacional que ambos conjuntos animaron en el estadio 15 de Abril, del club Unión de Santa Fe.
El conjunto cordobés se había adelantado en la pizarra con una conquista de Bruno Sepúlveda (a los 21 minutos del primer tiempo), mientras que Claudio Pombo (a los 39 de la etapa inicial) estableció la igualdad para el conjunto bonaerense, que regresa a la máxima categoría del fútbol local, de la que se marchó en la temporada 2017.
En la angustiosa resolución, Manuel Vicentini se convirtió en el héroe al atajarle el último remate a Sepúlveda y depositar al Verde en Primera. Sarmiento volvió a lo grande y en Junín los fanáticos celebrarán diciendo “Todos somos Vicentini”.
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