Domingo 2 de diciembre de 2001. En diversos planos, eran días agitados. El viernes 30, se había anunciado que a partir de ese lunes 3 comenzaban las restricciones para retirar dinero de las cuentas, lo que pasó a la historia como el corralito. El sábado 1 se realizó el sorteo del Mundial Corea – Japón y pese a que la selección argentina estaba en una excelente realidad, quedó una mueca de insatisfacción porque había caído en el grupo de la muerte con Nigeria, Inglaterra y Suecia. En junio de 2002, todo quedaría confirmado. El martes 27, Boca había perdido ante Bayer Munich la final de la Copa Intercontinental y por el torneo local, debía recibir a Banfield. El golpe anímico de aquella caída en Tokio lo llevó a tener un flojo partido, que el Taladro aprovechó muy bien y se llevó una importante victoria por 1-0. El gol fue marcado por Cristian Lucchetti de penal, en el que fue su primer tanto oficial en la máxima categoría.
El campeonato Metropolitano de 1975 significó un enorme alivio para River, ya que logró salir campeón luego de 18 años. Desde el arranque se mostró como un cuadro potente, goleador y que le sacó mucha ventaja en la tabla a sus perseguidores. Al concluir la primera rueda, Boca estaba noveno y a 14 puntos de su tradicional rival. En el desarrollo de las revanchas, experimentó una espectacular racha, que sumado al declive de los Millonarios, lo llevó a ubicarse como escolta y a tan solo tres unidades, luego de imponerse en el superclásico disputado en el Monumental con gol de Osvaldo Potente. En la jornada siguiente recibió a Banfield, que estaba en los últimos puestos, en una Bombonera colmada. El 0-0 final no solo cortó la larga racha de triunfos sino que ya nunca pudo alcanzar a River. El principal responsable fue el arquero del Taladro, un joven y casi desconocido Ricardo Antonio La Volpe, que tuvo una actuación descollante y a continuación fue contratado por San Lorenzo, donde siguió destacándose hasta llegar a ser campeón del mundo con Argentina en 1978.
La historia goleadora de Martín Palermo con la camiseta de Boca se ha ido poblando de leyendas y records. Uno de ellos ocurrió el 16 de septiembre de 2007 en ocasión de enfrentar a Banfield en el sur, cuando marcó cuatro tantos. Tres de ellos en el primer tiempo y el último apenas comenzado el segundo. Fue la segunda y última vez que el gran goleador anotó esa cantidad jugando con la camiseta azul y oro. La anterior había sido en ese mismo año, el 18 de marzo, ante Gimnasia y Esgrima La Plata en la victoria 5-1.
Tras estar muchos años en el fútbol de ascenso, a mediados de 1987, Banfield consiguió en ansiado regreso a primera división. Pese a contar con un equipo de buenos jugadores, le costó adaptarse y los resultados no eran buenos. El viernes 9 de octubre se disputó la 7° fecha del torneo 1987/88, el Taladro estaba entre los últimos de la tabla y debía recibir a Boca, que tampoco marchaba bien y en la fecha anterior había tenido el regreso de Juan Carlos Lorenzo a la dirección técnica. Fue una noche muy recordada, porque el cuadro del sur tuvo una gran actuación, ganó con claridad 3-1 (goles de Andrada, Aquino y Orte) y obtuvo su primera victoria en condición de local. Para su rival fue el principio de una racha de cuatro derrotas consecutivas de un ciclo olvidable del Toto como entrenador, que dejó el cargo a fin de año.
El 28 de abril de 2002, Banfield venció como local a Boca por 1-0 con gol de Walter Jiménez, en un triunfo que le sirvió para posicionarse mejor en la dura lucha de la tabla de los promedios, y que tendría su premio al finalizar la temporada, ya que logró zafar hasta de la promoción. Pero aquel partido será recordado por la acción desleal de Santa Cruz en la marca de Juan Román Riquelme, tocándole la cola. El 10 reaccionó con un golpe de puño y automáticamente recibió la roja del árbitro Fabián Madorrán. Esa fue la primera de sus únicas tres expulsiones con la camiseta Xeneize a lo largo de 388 partidos oficiales.
El calendario de 1978 debe haber sido uno de los más frondosos en cuanto a cantidad de partidos disputados para Boca Juniors. Una prueba de esto fue lo ocurrido en el mes de abril, cuando viajó a México para enfrentar a América por la final de la Copa Interamericana. La ida la había ganado en forma contundente en Buenos Aires por 3-0, pero cayó en la revancha 1-0. Dos días más tarde, fue el desempate, nuevamente en el estadio Azteca, con derrota 2-1 en tiempo extra. 48 horas más tarde debía enfrentar a Banfield en la Bombonera por el Metropolitano. Allí dispuso un equipo alternativo, donde ni siquiera estuvo Juan Carlos Lorenzo en el banco (su lugar lo ocupó Carlos Román). Poco le importó todo esto al Taladro, que goleó 3-0 en uno de los triunfos más festejados de su historia, con tantos de Telli, Cerqueiro y Santillán. Una curiosidad de apellidos en la formación de Boca: dos Alves (los hermanos Hugo y Abel), dos Álvarez (los atacantes Carlos Albero y José Luis) y dos Rodríguez que se llamaban igual: Carlos Alberto (uno delantero y el otro arquero, apodado la Pantera, campeón con Maradona en 1981)
Tras un año 1994 de flojos resultados con la dirección técnica de César Luis Menotti, Boca renovó las esperanzas para la temporada siguiente. Luego de 14 años el entrenador volvía a ser Silvio Marzolini, leyenda absoluta del club y entrenador campeón en 1981 con la estrella fulgurante de Diego Armando Maradona. Su regreso oficial ocurrió el 24 de febrero de 1995 con una victoria ante Banfield en el sur por 2-0 con tantos de su implacable goleador Sergio Manteca Martínez. También esa noche hizo su debut oficial en el fútbol argentino el excéntrico delantero camerunés Alphonse Tchami, que iba a permanecer en la institución hasta mediados de 1997 con 11 goles en 51 encuentros oficiales.
En octubre de 1995 se produjo el regreso de Diego Armando Maradona a Boca Juniors. El equipo no terminaba de convencer en la cancha, pero si lo hacía en la tabla, donde marchaba en la punta. El domingo 12 de noviembre enfrentó a Banfield, que hizo de local en cancha de Independiente y le ganó por 2-0 sin mayores apremios. Las posiciones lo mostraban como un cómodo líder, con seis unidades de ventaja por sobre Lanús y Velez. Sin embargo, aquella fue su última victoria en el torneo. Maradona recibió una tarjeta amarilla y llegó al límite, por lo que no pudo actuar ante Rosario Central a la semana siguiente. Los resultados posteriores fueron frustrantes: River 0-0, Racing 4-6, Estudiantes 1-2 y Español 2-2. Toda la ventaja se fue esfumando y finalizó segundo (junto a Racing), a tres puntos del Velez campeón de Carlos Bianchi.
Banfield no andaba bien en noviembre de 1996. Se habían disputado 12 fechas del torneo Apertura y apenas había ganado dos partidos. Tenía que recibir al atribulado Boca dirigido por Carlos Salvador Bilardo, que no lograba transmitirle sus conocimientos al plantel. El partido quedó en el recuerdo por varias situaciones: La clara victoria de los locales por 3-1 (ya a la media hora estaba 2-0), la cornisa en la que quedó el Narigón por la sucesión de flojos resultados (terminaría renunciando tres semanas más tarde) y el debut en la valla de Banfield de un joven arquero, que con el paso del tiempo se consolidaría como una figura en la institución y sigue hasta nuestros días: Cristian Lucchetti.
El domingo 13 de diciembre de 2009 se marcó eternamente en el almanaque histórico de los hinchas de Banfield, porque esa tarde se consagró por primera campeón en la máxima categoría del fútbol nacional. Esa tarde enfrentó en la Bombonera a un Boca caído anímicamente que marchaba por debajo de la mitad de una tabla de posiciones, donde el Taladro aventajaba por dos puntos a Newell´s. Ambos contendientes al título, tuvieron varios denominadores en común: nervios, presión y ansiedad. Y los dos fueron derrotados. El cuadro rosarino en su estadio ante el San Lorenzo que dirigía el Cholo Simeone por 2-0. Idéntico score se dio en cancha Xenieze con tantos de Martín Palermo, pero nada le importó a la gente del sur. Fue la caída más linda de su larga historia, porque se dio el gusto de dar la vuelta olímpica con símbolos eternos como Lucchetti, Víctor López, Erviti, James Rodríguez, Santiago Silva y el gran DT: Julio Falcioni.
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