Rolando Schiavi se quitó los filtros a la hora de dialogar con el prógrama Líbero de TyC Sports y repasó gran parte de su carrera como futbolista. Hincha de Boca al igual que toda su familia (con excepción de su hermana, que es de River), aseguró que el gol que más gritó en su carrera fue el que le convirtió al Millonario por la ida de las semifinales de la Libertadores 2004 en la Bombonera.
Sus primeros apodos en Lincoln, antes de popularizarse el Flaco que lleva como sello, fueron Narigón y Alf. Pero por sus mañas para defender dentro de la cancha, enseguida llegaron otros desde la tribuna: Carnicero, Burro y Patadura. “Tenían razón”, dijo resignado.
El rival que más loco lo volvió fue Javier Saviola, aunque también hizo un párrafo aparte para Maxi López, quien lo tuvo a maltraer en un clásico que River ganó en la Bombonera. Y uno de sus grandes partidos fue ante un adolescente Sergio Agüero de 16 años, al que no lo dejaron moverse junto al Cata Díaz: “Pobre Kun, las patadas que le pegamos”. Sin embargo enumeró a tres ex compañeros a la hora de elegir a los que peor juego brusco ligaron de su parte.
“Tevez era insoportable. Nos ponía el culo con 17 años y no los podíamos mover. Lo hacíamos volar por el aire. (Franco) Cángele también, porque me pasaba, tiraba un caño y en vez de tirar un centro, enganchaba y me esperaba. Cuando frenaba, iba y le metíamos una patada. Y al Gato Formica en Newell’s, era canchero. Me tiró un caño en una práctica y le pegué un codazo. Al otro día lo cité y acordamos que si no me tiraba más caños, no le pegaba más”, fue el uno por uno de Rolando. A Carlitos lo eligió como el mejor jugador del fútbol argentino en la actualidad (y a Marcelo Gallardo como el mejor entrenador).
Pese a que con Radamel Falcao y Juan Pablo Ángel se sacó chispas, eligió a Gonzalo Belloso (ex delantero de Rosario Central y actual funcionario de Conmebol) como el delantero con el que más se pegó, en la época en la que defendía la camiseta de Newell’s. “De mi paso por Rosario lo que más me sorprendió fueron los Banderazos. No se puede entender que metan 30 mil personas dos días antes de jugar el clásico. Vas a la cancha, que está explotada, caminás alrededor una hora y chau, no te da ni para entrenar porque la gente no para de cantar”, recordó. Pese a haber estado muy identificado con la Lepra, aseguró que nunca tuvo inconvenientes con algún hincha canalla.
SU PASO POR LA SELECCIÓN ARGENTINA
“Estaba yendo a buscar a mi hijo en Rosario y me llamó Diego por teléfono. Me dice ‘habla Diego Maradona, tenés que venir a la Selección’. Le digo ‘¿qué es una joda para Tinelli?’. Y me responde ‘no boludo, tenés que venir en serio’”. Esa fue otra de las perlitas del Flaco en la que fue su experiencia con la Albiceleste en 2009, aportando su granito de arena para clasificar al Mundial de Sudáfrica.
Sobre el Diez, quien era su ídolo de chico, afirmó: “Agradecido porque fue el único que se la jugó por mí. Yo tenía 34 años, estaba en Newell’s y estábamos en un momento muy complicado para clasificar al Mundial”.
Con Lionel Messi cambió una camiseta y reveló qué fue lo primero que le dijo: “‘Enano, te voy a pegar una patada...’. Lo corría de atrás y le quería pegar. Lo corría para asustarlo y él se reía”.
SU PASO POR BOCA Y LA CONFESIÓN SOBRE LA FINAL PERDIDA CON CORINTHIANS
Hubo tres momentos destacados de la nota vinculados al Xeneize. Sobre el partido en el que jugó con apendicitis, relató: “Sentía dolor, fiebre y chuchos de frío desde la noche anterior. Bianchi me veía que estaba muy mal pero en el entretiempo le dije que quería seguir mientras estaba tirado en la camilla”. Boca le ganó 2-1 a Colo Colo por la Libertadores 2003 y Schiavi presenció los 90 minutos.
Del Virrey, comentó: “Fue fundamental para que ganáramos porque daba tranquilidad. Marcaba tres o cuatro tips de cómo jugar, qué contraarrestarle al otro equipo y vos ya sabías lo que tenías que hacer”.
Por último dejó una especie de crítica a Juan Román Riquelme por haber manifestado el mismo día de la final de la Libertadores 2012 contra Corinthians en Brasil que iba a dejar el fútbol. “¿Si influyó el mensaje antes del partido? Sí. A muchos chicos les tocó que lo haya dicho antes de una final. No es excusa, pero a muchos les pegó la noticia. Muchos eran amigos, entonces no fue fácil salir con la cabeza pensando en la final”, sentenció.
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