River anunció una importante decisión a mediados de agosto del año pasado. Aprovechando que debido a la pandemia el fútbol argentino pasaría varios meses sin público, la dirigencia del club de Núñez apostó por realizar una importante renovación y modernización del Antonio Vespucio Liberti y su campo de juego, una obra que costará aproximadamente 200 millones de pesos.
El Millonario pasará a tener un césped de última generación, inspirado en los que tienen los principales equipos de Europa y se convertirá en un smart stadium (se instalaron distintos dispositivos para tener WIFI 6 de alta calidad). Además, se renovó el sistema de desagüe y riego, se quitó la pista de atletismo (lo que brinda la posibilidad de crear una nueva platea a futuro) y los alambrados de la Centenario alta. Se estima que la obra estará terminada para mediados de febrero.
Mientras las excavadoras y camiones no cesaban de trabajar para bajar 1.9 metros el campo de juego, en octubre el club de Núñez anunció “un descubrimiento que cuenta la prehistoria de nuestra casa”: tres herraduras.
Para poner en contexto, en las tierras donde actualmente se encuentra el Monumental antes existió el viejo Hipódromo Nacional, también conocido como “Hipódromo de Belgrano”, establecimiento impulsado y presidido por el general Francisco Bosch. El mismo se inauguró el 14 de agosto de 1887 y funcionó de manera activa hasta 1911. Luego se utilizó por algunos años para vareo de los caballos que corrían en Palermo y a partir de 1913 alojó distintos eventos sociales, culturales y deportivos hasta que se determinó su demolición en 1920.
El Millonario adquirió estos terrenos el 31 de octubre de 1934, a cambio de 569.403 pesos de la época. En menos de cuatro años River inauguró el estadio que hoy conocemos popularmente como El Monumental. En su momento, desde el club informaron que “la mudanza desde Alvear y Tagle hacia la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires, en la estructura del barrio se mantuvo el espíritu del hipódromo: el trazado de la calle Victorino de la Plaza, que cruza la Av. Figueroa Alcorta al 7300 y al 7700, describe las que supieron ser la curva sur y las dos rectas de la pista que se completaba con la curva norte, hoy reemplazada por la cabecera Enrique Omar Sívori”.
En diálogo con Infobae, Rodrigo Daskal, presidente del Museo River y sociólogo, brindó detalles exclusivos de los estudios que les realizaron a estas tres históricas piezas, las cuáles próximamente estarán exhibidas en el establecimiento.
“Se encontraron 3 herraduras y desde ese momento estamos en contacto con la gente de Patrimonio de la Ciudad de Buenos Aires para hacer los trámites correspondientes para que las herraduras sean patrimonio del club”, comenzó su relato el dirigente. Y luego, agregó: “También se acercó de manera voluntaria María de la Paz Blanche, estudiante de arqueología en la UBA, que se encuentra realizando su tesis sobre identificaciones equinas a través de restos materiales principalmente herraduras, a realizar una evaluación técnica de las mismas. Su estudio provisorio da a entender que dos de las herraduras pertenecían a una mula, mientras que la otra a un caballo de gran porte, probablemente un percherón, que era un caballo de carga”.
Aunque es muy difícil de precisar con exactitud de qué año datan estas piezas, por la cantidad de agujeros que poseen se estima que sería de fines de 1800 y principios del 1900.
Cuando la pandemia lo permita, el Gobierno de la Ciudad se ofreció para trabajar en la restauración de las herraduras y realizar algunos estudios complementarios. Paralelamente, el club inició los trámites correspondientes a la ley de patrimonio de la ciudad para informar de este hallazgo y que les den las tenencias de las mismas.
De esta manera, estas tres piezas se convertirán en los objetos más antiguos que se expondrán en el Museo. “La Copa más antigua que tiene el club, que fue por un torneo amistoso entregado por un centro de Avellaneda durante un partido ante Independiente, es de 1911. Es un pequeño cáliz y es el objeto más antiguo. No es muy distante de las herraduras”, advirtió Daskal.
El dirigente también confesó que la camiseta más añeja que le pertenece a la institución y que se encuentra en hoy en el Museo es la de Atilio Peruzzi, capitán del River campeón de 1920. “La camiseta fue donada por la familia. Está en la planta baja del edificio y aún conserva las marcas de juego”, comentó.
Luego de algunos meses, el Museo River volvió a abrir sus puertas
Nosotros, como Museo y como Club, fuimos los primeros en cerrar y ahora uno de los primeros en abrir, con todos los protocolos que solicita la Ciudad de Buenos Aires. Estamos contentos de tener abierto el Museo. Si bien las medidas de seguridad limitan un poco las posibilidades de acceso (se habilitó la parte superior del edificio, pero no el sector River Infinito, por ser un espacio muy cerrado), pese a esto la visita está organizada en forma de guía. Además, se puede ver la obra que se está realizando en el Monumental. Las visitas son acotadas y con reserva previa por Internet.
¿Con qué cambios y cosas nuevas se puede encontrar la gente que acuda al Museo?
Mucha gente se va a encontrar como algo nuevo el sector de la Copa Libertadores ganada en Madrid. Ese sector se inauguró a finales de 2019, pero sólo estuvo abierto dos meses. No es nuevo, pero todos no llegaron a conocerlo. Podrán ver una película hermosa, de producción propia del club. En la visita guiada también se puede apreciar una película en 360. En la parte superior del Museo también se puede ver el sector de símbolos y de camisetas. También otros objetos que no solían estar a la vista, o la posibilidad de ver las obras desde la tribuna San Martín.
¿Cuál cree que es la “joya” o uno de los objetos más destacados que hoy se encuentran en el Museo?
Es una pregunta difícil. Hay muchas cosas que me gustan mucho. No podría nombrar una sola. Podría nombrar del sector de la Copa Libertadores, que es la moneda con la que el árbitro Andrés Cunha hizo el sorteo en la final de Madrid. O la caja de la Conmebol con la cual voló la Copa. Son objetos que, para mí, son importantes para el museo. Me gusta poner el foco en esas cosas mínimas o interesantes, en vez de decir una Copa. Otra cosa que hicimos fue poner en la planta baja del Museo algunas copas que no estaban a la vista y que tiene un gran valor histórico. Además, están las Copas Aldao (torneo internacional que enfrentaba al campeón de Argentina con el de Uruguay), y la gente puede sacarse fotos con ellas.
¿Cómo nació la idea de crear un museo y cómo obtuvieron estos objetos?
La inauguración fue en 2009, pero la idea viene de mucho antes, con una gestión anterior. Tiene que ver con la idea de armar el museo de fútbol más importante en Argentina. Se trabajó durante muchos años. Se empezaron a recibir algunos objetos, que fueron donados. Otros se dieron en consignación o en préstamo. Hay mucha gente que se acerca para donar cosas o para darlas a préstamo, como algunos coleccionistas con las camisetas. Una de las cosas que hicimos fue hacer un relevamiento de las copas que hoy están en el club.
¿Cuál es la idea a futuro?
Cuando se vaya saliendo de esta situación de la pandemia, ir actualizando el Museo. Agregar más actualización tecnológicas, como sumar más cosas con realidad virtual. Después, estamos pensado proyectos para reutilizar espacios. También estamos trabajando en conjunto con otros museos.
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