Tres goles y una expulsión clave: los 12 minutos de furia del empate entre Boca y River

El Superclásico ofreció un lapso de máxima intensidad en el segundo tiempo, con emociones de un lado y del otro

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Borré y Villa, cara a cara en un final de clásico súper intenso (REUTERS/Marcelo Endelli)
Borré y Villa, cara a cara en un final de clásico súper intenso (REUTERS/Marcelo Endelli)

Fueron 12 minutos en el Superclásico que empataron 2-2 River y Boca en el que cambió la música funcional que reemplaza a los hinchas, ausentes por la pandemia de coronavirus. El rock and roll, frenético, vertiginoso, furioso, irrumpió sin pedir permiso. Cuatro acciones marcaron el clímax del duelo, que repartió muchas emociones: tres goles y una expulsión que le devolvió el aliento al dueño de casa.

28 minutos. River cercaba a Boca, que ya había perdido a Jorman Campuzano por expulsión. Gonzalo Montiel lanzó un centro desde la derecha al corazón del área, ya poblada por la visita. Y surgió Federico Girotti, el juvenil de 21 años, una de las apuestas de Gallardo, para conectar de cabeza y plasmar en el marcador la superioridad posicional de la Banda.

31 minutos. El ahogo del Millonario continuaba; sin embargo, segundos antes Villa casi convierte de tiro libre. Pero el balón llegó a la zona donde estaba ubicado Nacho Fernández, en el rol de wing izquierdo. Intentó un primer centro, falló, la pelota volvió a sus botines. Y allí soltó una sutileza, la colgó en el área para el ingreso de Rafael Santos Borré, quien anotó el 2-1.

Un gol de ventaja, un hombre de más. El clásico parecía asomar del bolso visitante. Pero... Enzo Pérez fue expulsado por doble amarilla a los 34 minutos del complemento. Y le inyectó esperanza a los dirigidos por Miguel Ángel Russo.

El Superclásico ofreció un lapso de máxima intensidad en el segundo tiempo, con emociones de un lado y del otro

Y a los 40 llegó la igualdad. Tevez aplicó sobre el césped toda su experiencia. Acomodó el cuerpo ante Robert Rojas, fabricando el espacio y ejecutó el pase perfecto para la entrada de Sebastián Villa quien, a diferencia de otras ocasiones, definió sin apuro, con una sutileza por encima de la salida de Armani.

Con el 2-2, los dos intentaron, con más empuje y voluntad que claridad. Los dos habían tenido sus chances de martillar el resultado en su favor. Boca, con el 1-0 y la corrida solitaria de Wanchope Ábila, en la que no le dio el pase a un mejor ubicado Mauro Zárate, quien le cobró la actitud egoísta con una catarata de insultos. River, con el 2-1 y el hombre de más que entregó Enzo Pérez.

Los dos regalaron un Superclásico intenso. Y 12 minutos de furia para imantar a los fanáticos de un lado y del otro y a los admiradores del deporte más popular del mundo que vibraron con uno de los mejores partidos de la vigente Copa Diego Maradona.

El Superclásico ofreció un lapso de máxima intensidad en el segundo tiempo, con emociones de un lado y del otro

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