Por la segunda fecha del torneo de Primera C, esta tarde Excursionistas recibía a Alem. Se sabe, los partidos son a puertas cerradas. Pero para los barras eso es sólo una excusa. Y más si se trata del equipo del Bajo Belgrano, donde hay una interna feroz por ver quién se queda con la tribuna no tanto por los negocios que genera el fútbol y mucho menos en pandemia, sino por el lucrativo comercio de las drogas ilegales en todo el corredor norte de la ciudad de Buenos Aires y parte del Conurbano.
Por eso, desde el mediodía y para armar el “aguante” cerca del estadio, se juntó a almorzar en Dragones y Pampa La Banda del Nevado, que es una de las que maneja la barra brava de la institución. No se imaginaban lo que ocurriría una hora más tarde: llegados desde Lomas de Zamora, José León Suárez y San Cristóbal, una facción de la barra de Boca y otra de River unidas por los disidentes de Excursionistas intentaron tomar la zona por asalto desarrollándose una batalla campal por varios minutos hasta que intervino la Policía que dejó varios heridos y 13 detenidos, entre ellos viejos conocidos del mundo de los violentos del tablón como Martín Pérez, secuaz de Rafael Di Zeo en La Doce; Walter Coronel, capo de la barra brava de Los Andes, líder de la facción Lomas de Zamora de La Doce y elevado a juicio por presunta participación en un doble crimen en la interna barra de Boca producido en el 2013 y Pablo Mandibulín Quintana, hombre fuerte de la disidente y que trajo a la facción José León Suárez de la barra de River para ganar la contienda. La causa quedó en la fiscalía a cargo de Noberto Brotto.
No es la primera vez que barras de los dos equipos más grandes de la Argentina se unen para liderar una movida violenta. En su momento hasta fueron la barra oficial del equipo de futsal de Villa La Ñata y además tienen satélites en muchas barras del Ascenso. Son como ríos afluentes a ese gran mar llamados La Doce y Los Borrachos del Tablón. En el caso específico de Excursionistas la pelea viene desde 2014, cuando asumieron el control de la barra el mencionado Pérez con Roberto Santos Lucero y sus hermanos, quienes también paraban en la barra de San Lorenzo y eran fuertes en la zona de Lugano y Villa Soldati trabajando como punteros políticos.
Durante dos años tuvieron el paravalanchas hasta que Lucero fue baleado y retomó el control la gente del barrio, con Fernando Podestá, Hernán Castorani, Martín Tachuela y Fabricio Salvarreguy al mando. Hasta que a fines de 2019, con mucha gente presa por un lado y otra trabajando para las campañas políticas, la tribuna tuvo cierta tensa calma. Pero en diciembre de ese año volvió la guerra y Podestá y Salvarreguy quedaron de lado. Castorani se hizo fuerte y, aunque lo balearon en marzo de este año, resistió su puesto y poco tiempo después, fue baleado como represalia Lucero. Y, como si fuera una película de mafia italiana dirigida por Francis Coppola, a partir de ahí se desataron tiroteos por todo el barrio que incluyó uno en un bar de Niceto Vega y Humboldt y otro en pleno centro de Belgrano que no terminó con muertos inocentes de casualidad.
Con las causas judiciales trabajando parecía que volvía la calma, pero no: ayer la facción disidente juntó gente de Boca y de River y fue a ganar la barra a los alrededores del estadio. La Policía, que estaba dispuesta para empezar el operativo por el encuentro contra Alem, fue alertada y llegó para disipar el conflicto que por suerte no dejó víctimas fatales. Pero que si no lo paran a tiempo y con el negocio de los estupefacientes en el medio, no falta mucho para que eso ocurra.
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